Capítulo 33.

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Harry.

Desde hace meses volví a buscarla. Pero no la encontré. Mi relación con Jessie era normal, la quería y supongo que ella a mi también. Al menos así lo demostraba.

Al otoño le sucedió el invierno, y a éste la primavera. Jessie me había regalado unos pasajes para un crucero hasta llegar a Brasil por mi cumpleaños, se lo agradecí y decidimos irnos juntos.

Traté de fingir una sonrisa, traté.

No estaba feliz, el regalo me emocionó y realmente se lo agradecí, pero no estaba de buenas para irme a un crucero por meses. Aún lo tenía en mente.

Desde aquel día en que tropecé con Luca, esperaba todos los días por la tarde en la plaza de enfrente. Pero no volví a verlo.  

Tenía que trabajar horas extras para mantener mi mente ocupada, pero siempre volvía a lo mismo. Babi.

Podría decir que mi mente no estaba tranquila, algo la incomodaba, pero no encontraba respuesta a mis preguntas o incognitas. ¿Qué quería? ¿Qué debía hacer?

Un jueves por la mañana me encaminé derecho al hotel, era feriado y mi último día para seguir buscando.

09:45 am, con un café en mano esperé en un banco de la plaza, estaba nervioso y confundido. Quería preguntarle sobre ella, pero me aterraba la respuesta. Hasta que lo ví, caminando con una mochila y el celular en mano, entró al hotel y lo perdí de vista, pero sabía donde estaba. Crucé la calle y me adentré en el hotel.

Estaba de espaldas, ordenando unas carpetas, me acerqué al escritorio y lo saludé. Mas bien fue un simple y algo frío"hola"

Creo que supo quien le habló, ya que no quiso darse vuelta, creo que por temor a verme, no lo sé. Pero lo hizo. Mantuvimos el silencio por un momento, hasta que decidí romper el hielo, hacer algo, lo que fuera.

-Te ves bien.-

No obtuve respuesta, su rostro expresaba el odio o rencor, o algún sentimiento parecido, pero no era alegría, sin duda no lo era.

-¿Qué haces acá? ¿Para qué vinistes eh? ¿No hicistes el daño suficiente? -

-¿Daño? ¿De qué hablas?-

-No te hagas el imbécil, sabes exactamente de lo que te hablo. No tienes nada que hacer aquí, vete, tengo que trabajar.-

-¿Cómo está ella?- le pregunté, sentí el nudo en mi garganta romperse de a pedazos, desintegrarse.

-¿Ahora te importa? Lárgate.-

-Nunca dejó de importarme, escuchame, tengo que decirte porqué me fui aquél día...-

-¡No me interesa tus excusas, causastes el suficiente daño en ella como para ahora volver y decirme que tienes una razón coherente del porqué la abandonastes! ¡No me vengas con tus estupideces! Lárgate o llamo a seguridad.- no supe que decir, mis labios enmudecieron, quería gritarle, decirle y explicarle todo, pero no pude. Sentí su rabia y su enojo, y lo respete. Abandoné el hotel y comencé a caminar, no sabía a donde me dirigía pero caminé.

Volví al departamento y sentí una fuerte presión sobre mí. Jessie me recibió colgándose sobre mi espalda, me besó el cuello y se acurrucó en mi cuerpo. Su cariño me hizo sentirme aliviado, la besé y le demostré cuanto la quería. Aunque no podía decir la palabra"amor", ya que eso no era exactamente lo que sentía por ella.

Después de pasar la noche con Jessie, sentí la necesidad de escapar del mundo, de poder apretar el botón de alto y bajarme del autobús."Disculpe, aquí me bajo yo". Pero no era así, no podía simplemente desaparecer, parar, retroceder, debía seguir, continuar, avanzar. Pero no podía, por alguna razón no podía, algo me atascaba, me aprisionaba en un lugar, pero qué lugar era ese. Mi cabeza revoloteaba mil veces seguidas, no lograba concentrarme, no lograba ser feliz. Felicidad. ¿Soy feliz? No lo sé.

Nuestro amor.Where stories live. Discover now