Capítulo 35.

47 5 3
                                    

Esto esta jugando conmigo, de nuevo recuperó la conciencia. Intento de nuevo abrir los ojos, con esperanza de que esta vez funcione y logre salir de este trance; la que llame hace poco muerte... Si eso, de esta muerte en la que me encuentro.

Aquí vamos.

Primer intento de tres...

Intento abrirlos, lucho contra ellos; pero toneladas es poco para el peso que tienen actualmente mis ojos.

Segundo intento...

Todo sea por él, por Robín.

Forcejeo de nuevo contra mis ojos, siento que van cediendo pero todo queda en vano. No abren ni un centímetro.

Último intento, si no lo logro en éste, me daré por vencida.

Lucho contra mis ojos, siento como se despegan dolorosamente de mi párpados, ¿lo logre?

Vuelvo a intentar abrirlos, esperando que no vuelva a doler ni a costar tanto.

Siento como ceden, por fin ceden.

En cuanto logro abrirlos, veo todo a mi al rededor; es nublado, nada más que nublado.

Intento aumentar la nitidez parpadeando rápidamente, pero lo único que logro es que me duela la cabeza.

Intento levantarme aun sin ver demasiado a mí al rededor, tropiezo con algo y termino cayendo al suelo.

Ven suelo a mí, dame un beso.

Estaba preparada psicológicamente para el golpe que se avecinaba, pero en cuanto caí no sentí ningún golpe. Caí en una superficie suave.

¿Pero qué?

Pasé mi mano por la superficie, ahora mi tacto se convirtió en mi vista agudizando bien el primer sentido.

Era un ¿colchón? en cuanto supe que era, entendí que me encontraba en una habitación. Decidí quedarme donde estaba, consideraba que si me quedo aquí probablemente no volvería a caer al suelo. En cuanto mi visión fuera más nítida, intentaría de nuevo levantarme para concretar mi objetivo.

Recordé una de las conversaciones que escuche mientras estaba inconsciente, Raquel no esta sola. Pero, si no lo está, ¿quién está con ella?

Dos contra uno, no se vale.

Intenta encontrarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora