Capítulo 40.

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Colgué el teléfono, sentí como el corazón se me salía del pecho. Probablemente he hecho la mayor estupidez de mi vida, después de venir aquí sola; claro, pero cuando se ve la necesidad y no sabes que más hacer toca arriesgar hasta tu propia vida...

Empecé a correr en dirección hacia las escaleras, si lo que había planeado mentalmente estaba en lo correcto, podría encontrar a quien creía que estaba escalera arriba.

Corrí a todo lo que mi cuerpo daba, empecé a ver que unas cuantas luces se estaban apagando del todo, no puse mucha atención y seguí corriendo.

Llegue al inicio de la escalera, analice cada uno de los escalones.

Dos buenos.

Uno roto.

Dos buenos.

Se repetía el mismo patrón a diferencia de que por la mitad de esta había un gran agujero de unos 3 escalones seguidos y rotos.

Trague saliva y empecé a subir, teniendo mucho cuidado y precaución ya que la estructura y el material de la escalera están viejos y quien quita que los escalones "buenos" estén también dañados.

Seguí subiendo teniendo en cuenta el patrón que ya había hecho, en cuanto llegue a las 3 escaleras dañadas fue cuando todo se me complico.

¿Qué hago ahora?

Pase mi mano por la baranda de la escalera para tener más equilibrio y no caer, estire mi pierna derecha hacia el escalón "bueno", sosteniendo mi peso únicamente con la pierna izquierda.

Estaba decidida a pasar también la pierna que sostenía mi cuerpo cuando sentí que mi cuerpo era alzado, ya ninguna de mis dos piernas me sostenían ya que habían cambiado de papeles con dos manos que me tenían de las costillas.

—Haz silencio y no te muevas, por favor. —Susurró la voz de un hombre en mi oído, esa voz que era inconfundible y podría reconocer en cualquier parte...

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