No Todas las Princesas Viven en Castillos

Prólogo

Phoebe

-Nos vamos - dice mi mamá desde el carro - Phoebe baja.

Me termino de despedir de Marco y bajo al carro, lo voy a extrañar mucho, solo espero que lo que tiene planeado funcione, de todas formas llevo mi teléfono y mi laptop para poder hablar por Skype, es mejor siempre estar seguro.

Llegamos al gran lugar, son muchos edificios de unos cinco pisos cada uno, podría decir que hay al menos veinte, también hay muchas muchachas llegando y abrazándose entre sí, parecen muy felices, algunas mientras paso con mi mamá por el campus me miran raro, pero no me importa en lo absoluto.

Entramos a la oficina de la directora, es muy grande, como todo aquí, tiene una bonita decoración en beige y vinotinto, supongo que a juego con los colores del internado. Las paredes de un tono claro, beige, los muebles vinotinto, al igual que las alfombras. Tiene dos muebles donde fácil entran cuatro personas, con una mesita de madera en el medio donde, supongo yo, se podrían sentar a tomar café o té, todo es muy sofisticado realmente. Su escritorio intimida mucho, te hace sentir chiquito.

-Carla - saluda mi mamá a la directora con un beso - ella es mi hija - me señala - Phoebe.

-Hola Paula, Phoebe - me estrecha la mano - bienvenida, siéntense - toma asiento detrás de su escritorio.

Nos sentamos en los sofás frente a su escritorio.

-Señorita Phoebe, es un placer para todos tenerla en el instituto - y este es el punto en el que comienzan las formalidades - como sabe, este es un internado y hay ciertas reglas que debe cumplir, poco a poco lo irá conociendo, tenemos diversas cosas para el entretenimiento, así que no hace falta la salida del mismo hasta las vacaciones decembrinas, sin embargo permitimos las visitas de familiares una vez al mes, nosotros realizamos un compartir entre todos los padres de nuestras alumnas, el objetivo de mantenerlas aquí es el enfoque directo en los estudios para así evitar distracciones o faltas a clases los inicios de semana. No obstante, podrá salir solo cuando lo sea necesario y sea notificado a mi persona y permitida esa salida. Sin más preámbulos, vamos a la estancia, contamos con habitaciones cuádruples, triples, dobles e individuales, aún no hemos distribuido las habitaciones y como tu mamá y yo compartimos desde hace años - le sonríe - creo que podré hacer una excepción contigo, permitiéndote escoger el tipo de habitación que quieras.

-Individual - digo sin pensarlo dos veces, no es que no quiera tener a nadie cerca, sino que creo que será lo mejor para mí, en estos momentos lo que más quiero es privacidad.

-Bien - anota en su computadora - lista, tu habitación es la 315 de la torre Alpha - me da una llave con un llavero en forma de la letra alfa < α > y en él escrito el número 315 - que lo disfrutes, también te dejo esta carpeta con tu horario - la saca de una gaveta de su escritorio y la pone sobre la mesa - es importante que no las pierdas, ahora sin más que decir ni que dar, por ahora, ve a llevar las cosas a tu habitación, pregúntale al guardia por el estacionamiento de la torre Alpha.

-Es decir, ¿que puedo tener mi carro aquí?

-Sí, no hay problema, el campus es muy grande, tenemos nuestro propio transporte, pero si deseas puedes traer tu carro.

Genial.

Mi mamá finalmente encuentra el estacionamiento del edificio, le pedimos a Biaggio que trajera mi carro, ciertamente me será muy útil. Bajamos todo y lo metemos en la habitación luego de buscarla, es relativamente grande, una sola cama para dos, un espacio para cocinar, una sala, un baño y un escritorio, me gusta, en estos momentos está muy vacía, pero cuando comience a desempacar creo que se verá bien.

Mi teléfono vibra en el bolsillo. Recibo un mensaje.

* Te amo princesa, buenos días. Espero verte pronto *

Marco debe estar levantándose ahorita.

* También te amo Marco. Ya te extraño*

Termino respondiendo.