Capítulo 1

2.7K 144 18
                                    

Marco



No sé cómo me dejó, pero le pedí a papá que me dejara conducir el carro de Phoebe. Paula llamó para que se lo lleváramos porque al parecer el campus es muy grande, y se puede andar en carro. La idea de que yo lo manera pues para aprenderme el camino, sólo espero que la entrada sea fácil, supongo que es muy obvio que ahorita podemos pasar fácil por eso de que todos están llegando y no necesitan identificación para entrar, pero sólo supongo, no sé si será así...

El famoso internado está bien lejos, siento que he rodado como mil horas y posiblemente hayan pasado unos minutos, debe ser por las ganas que tengo de verla que el tiempo pasa tan extremadamente lento. Tampoco es que tengo tanto tiempo sin verla, pero solo es quisiera estar todos los días y cada segundo a su lado, y ahora más, cada minúsculo segundo que sé que podría estar con ella, debo aprovecharlo a mil, ya casi no la veré, ella prácticamente estará como en una prisión, claro con ciertos lujos, pero igualmente, una prisión porque creo que no podrá salir de ahí.

Luego de rodar un rato por fin vemos algo que parecen ser unas rejas y varios carros.

—Parece que llegamos — dice papá.

Si le diera una Nutella por cada vez que dice lo obvio, sería un hombre realmente gordo.

Entrar no fue tan complicado, el problema fue ya cuando estábamos adentro, todo parecía un laberinto, además los miles de edificios que habían, miles de mujeres, miles de carros... Hay miles de cosas, que frustrante.

Fuimos al edificio donde Phoebe vivirá luego de que Paula le indicara a papá durante más o menos media hora como llegar, no mentiré, todo éste lugar es bien complicado. Realmente para mí es muy importante saber exactamente cómo llegar.

Estaciono el carrito de Phoebe al lado de la camioneta de Paula. No está ninguna de las dos, tal vez deben estar desempacando y todo eso.

Nos bajamos del carro y esperamos afuera.

Tomo mi teléfono y le escribo a Phoebe.

* Te amo princesa, buenos días. Espero verte pronto *

No se tarda mucho en responder, me hace muy feliz esta señorita.

* También te amo Marco. Ya te extraño*

Que bella. Es que no puedo imaginar su cara cuando me vea aquí.

Luego de un rato, Paula sale del edificio. Saluda a papá y luego a mí.

—Que bien que llegaron — dice —, necesito que suban y nos ayuden a recoger, la verdad es que esta niña tiene demasiadas cosas.

Sin decir nada, la seguimos, subimos en ascensor hasta el tercer piso. No me imagino que tanto podría costar este internado si cada edificio debe tener ascensor, aunque tiene sentido, cada edificio debe tener unos 10 pisos.

El pasillo tenía unas cuantas cajas cerca de una habitación, de resto, todo parecía estar vacío, tal vez nadie ha comenzado a desempacar o todas ya desempacaron, ¿quién sabrá?

Entramos en una puerta con el número 315 puesto en ella... 315, no debo olvidarlo más.

—¡Marco! — de inmediato unos brazos se abrazan sobre mi hombro, hasta que tengo sólo a unos centímetros a una linda mujer.

—Phoebe — sonrío.

—Muchachos... — dice Paula como para que paremos.

Me abraza más fuerte y hago lo mismo.

No Todas las Princesas Viven en CastillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora