Capítulo 16: Conocidos del Pasado; K

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Capítulo 16: Conocidos del Pasado; K

Lionel parpadeó varias veces ¿Quién se creía ese hombre? Lionel se removió un poco en el suelo y le apartó el pie del jefe que estaba en su pecho.

—No me trates como a una de sus mujercitas, te podría costar muy caro— le amenazó Lionel mientras tosía levemente y se limpiaba la sangre de la boca.

—No amenaces a la persona que te salva la vida ¿nunca te enseñaron eso?— Lionel sonrió burlón y se levantó con dificultad del suelo mojado.

—Me enseñaron a que nadie ayuda a otro sino es por algo a cambio, asi que... ¿Por qué me "salvó" según usted?—

—Porque sería una molestia que mueras bajo mi tutela y peor aún, por manos de una de mis hijas— Lionel chasqueo la lengua irritado.

—Lo dices como si estuve apunto de morir y por favor ¿hijas?— Lionel miró el techo oscuro deseando que los grifos se cerraran y dejaran de expulsar agua tan fría.

—Porque lo estabas Lionel, tal vez pienses que es un juego pero no lo es y sí, ellas son como mis hijas y le tocaste la madre a la que peor auto-control tiene— el jefe le habló en calma, tratando de hacerlo entrar en razón. Lionel sonrió levemente y luego su sonrisa desapareció.

—Hierba mala nunca muere...ya sabes donde he estado y de donde vengo "K", sabes que cosas peores no han logrado matarme, ella y ninguna de tus mujeres tampoco lo hará. Necesitarán mucho más si quieren matarme— la mirada de Lionel era oscura y fría y en cierto punto se había quedado en blanco. El jefe cerró los ojos y dejó salir un suspiro.

—No estas entendiendo la situación Lionel... y no me llames de esa forma, eso es parte del pasado— el jefe comenzó a caminar hacia las vallas para así salir del aérea mojada.

—Si claro, como digas "K"— Lionel también comenzó a caminar hacia las vallas. El agua fría lo tenía irritado. Otro suspiro se escuchó.

—No me llames de esa forma, creo haberlo dicho—

—¿Sabes? Quizás te estas haciendo mas viejo o será por culpa de esas mujercitas, pero estas muy blando. El hombre que yo conocí años atrás miraba a todos con desprecio, y aquel que se atrevía a faltarle el respeto o simplemente se quería pasar de listo con él, terminaba unos dieciséis pies bajo tierra y aveces en diferentes partes. ¿Qué pasó con ese hombre? ¿Qué te pasó "K"? ¿Por qué te ocultaste por tantos años?— el jefe había detenido su ascenso por las escaleras para luego girarse y ver a Lionel directo a los ojos, ellos reflejaban la duda y la confusión que tenía Lionel. Era un muchacho cuando el jefe lo había conocido.

—Ese hombre murió hace años Lionel y es lo mejor. Verás Lionel, llegan momentos en la vida en los cuales te cuestionas tu propia existencia, eso te hace pensar y cavar profundo. Yo no era feliz con ese estilo de vida, mi mente decía que sí pero mi corazón no pensaba lo mismo; me estaba engañando a mi mismo. Entonces, encontré mi luz. Una pequeña luz que me sacó de las tinieblas sin siquiera ella saberlo—

—¿Todo fue porque te enamoraste?— Lionel no quería sonar burlón pero era casi inevitable que él se contuviera, era parte de su personalidad mal formada y el jefe lo sabía.

—Así es, me enamoré de la vida que me proporcionaba esa pequeña luz— el jefe sonrió con la mirada en blanco, recordando parte del pasado. De cuan perdido estaba antes de que ella llegara a su vida.

Lionel lo miraba extraño, el jefe no había respondido claramente lo que él le había preguntado y eso lo hacía irritarse. Le gustaba que la gente fuera al grano, pero el jefe era lo contrario cuando se lo proponía. Así había sido desde que lo conoció.

—Deja de darle vueltas Lionel, eres muy terco como para entender lo que te acabo de decir, pero quiero que sepas que sí contesté tus preguntas solo que no de la forma en la que estas acostumbrado. Ahora vamos, hay que desinfectarte las heridas y yo solo espero que alguna de las chicas esté dispuesta a ayudarte porque yo no sé nada de eso— el jefe retomó su camino y llevaba una sonrisa en el rostro, burlona y de melancolía. No sabía si estaba sonriendo o haciendo una mueca, pero le ocurría lo mismo cada vez que pensaba en la noche que conoció a su  luz.

El jefe y sus nenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora