Capítulo 4.

1.9K 124 14
                                    

Capítulo editado :)

Fui hacía el comedor y vi a la mayoría sentados, ¿A dónde se habrá ido Lucy? Ignoré mis pensamientos intentando tranquilizarme y me senté entre Toby y Liu. La cena transcurrió tranquila y normal, hasta que Lucy llegó con una cara del color de la nieve, pálida hasta más no poder, al parecer Dina también lo noto por lo que le preguntó si se sentía bien antes de que esta se desmayara. Un remolino de gente de allá para acá se formó en la sala, todos preocupados por lo que le pudo haber pasado a Lucy.

—Liu, ¿Lucy tiene algún problema de salud, es que es raro que se haya desmayado tan...así? —pregunté incómoda.

—Pues, no, por eso es muy raro que se haya desmayado de esa forma. Una vez se desmayó cómo ahora, y era porque había visto algo, y nunca nos quiso decir que fue lo que vio como para ponerla a si, solo —se aclaró la garganta y siguió hablando. —el señor Wells supo.

Esto era bastante extraño, ¿se habrá asustado por verme...hacer eso? Bueno, no la culpaba ya que hasta para mi había sido muy raro. Miré los ojos de Liu que por alguna extraña razón me transmitían confianza, ¿será que en algún futuro lleguemos a ser amigos a lo menos? Quien sabe, pero ahora solo estaba hipnotizada por sus intensos ojos verdes, como dos esmeraldas llenas de brillo y color, eran preciosos, su cabello marrón oscuro desordenado caía sobre su frente dándole un aspecto...atractivo. Oh demonios, ¿de verdad dije eso? Aunque no me arrepiento de haberlo dicho en mi mente, Liu es muy atractivo, ¿tiene novia? La verdad es que de lo poco que llevo aquí me he enterado de muy pocas cosas, supongo que me haría bien hablar un poco con los demás.

—Liu, la verdad es que tienes unos ojos preciosos, algún día te los arrancaré mientras duermes.

El abrió sus ojos y luego empezó a reír, dios, que hermosa risa tiene.

—Pues gracias, ¿con que me los arrancaras mientras duermo, no? Pues te confieso que a mi me gustan los tuyos, es de un gris casi blanco, que me encantaría llenar de color—dijo con un cierto aire seductor, oh no jodas.

Me ruboricé y traté de mirar a otro lado, fue cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, me había distraído tan fácilmente. No estaba Dina, de seguro se había llevado a Lucy a tratar de calmarla yo qué sé. Esta familia es muy rara, ¿Qué secretos más esconderá?

Sin más que hacer me levanté de la mesa y simplemente recogí los platos y cubiertos. Ya se me había echo una costumbre de tanto ayudar en el orfanato. Pero cuando menos me di cuenta, Liu y los demás ya se habían ido. Fui a mi cuarto a duras penas ya que de un momento a otro, sentí mi cuerpo pesado y sin energía. 

Me tiré en la soñada cama, y traté de ordenar las cosas que me sucedían, todo mi mundo había cambiado de un momento a otra, mi vida era otra antes de estar aquí. No lo podía creer, todo aún era desconocido, ni siquiera sabía la razón por la que estaba ahí, ¿Y la señora Wells? ¿Qué hago aquí y que debería hacer? ¿Por qué todo es tan misterioso? ¿Qué son exactamente ellos? ¿Por qué me acostumbré tanto a estar aquí como si fuera mi hogar de toda la vida? ¿Porqué nadie me puede contar lo que sucede? y sobre todo...¿Por qué siento que algo está por suceder? Y sin más, todo se volvió oscuro y supe que me había debilitado lo suficiente para quedarme dormida. 

Cuando desperté, lo primero que vi fueron unos ojos esmeralda, ese esmeralda que me volvía loca, sus ojos eran un profundo universo que daban ganas de ver por horas, y es que algo en mi hacía que me sintiera de una manera atraída al misterio de sus ojos. Tenía un paño mojado en mi frente, y estaba tapada con una manta color beige.

  —Hola TN, ¿como te encuentras? 

  —Bien, supongo, pero siento un dolor de cabeza enorme —dije quejándome —¿que sucedió? ¿por qué estas aquí? 

  —Nada, solo vine a verte y cuando te vi, estabas dormida, con fiebre. A si que fui a buscar un paño  —sonrió dulcemente.

  —Oh, gracias Liu, en serio. Fue muy amable de tu parte.

  —No te preocupes, estoy seguro de que hubieras echo lo mismo por mi, ¿o me equivoco?—dijo con un aire de broma.

  —¿Y como sabes que no hubiera podido irme y dejarte así? —reí y miré nuevamente sus hermosos ojos.  

  —Algo me dice que lo hubieras echo —se acercó un poco más a mi.

 —¿Y si...ese algo estuviera equivocado? —me moví un poco mas cerca de él y pude olerlo, olía exquisito, ni siquiera sabía que era esa fragancia tan rica de oler, pero definitivamente eso me hacía sentir más atraída a él, como si esa conexión desconocida me obligara.

  —Se que no lo está —contestó, y cuando me di cuenta, ya estábamos muy cerca por lo que me alejé rápidamente y miré a otro lado, ¿que fue eso?

  —¿Qué hora es? —pregunté intentando cambiar el tema.

  —Nueve con quince de la mañana—habló un poco incómodo.

  —¡No jodas! ¿Dormí todo esa lapso de tiempo? —exclamé soprendida.

 —La verdad, sí.  

  —Woah, mejor, me levanto —dije antes de levantarme de la cama y tomar mi maleta, aún seguía con la ropa de ayer y era incómodo ya que me apretaba.— Me voy a vestir, a si que...¿puedes salir? Por favor.

—Ah, si claro. Lo siento.

Me dio una sonrisa tímida y se fue dejándome sola nuevamente. Vi la ropa que tenía, y recordé lo que dijo Jane sobre ir a comprar ropa, necesitaba más ropa, y debía aprovechar la oportunidad, a si que simplemente me vestí con prendas que usaba en el orfanato y bajé un poco confundida por todas las habitaciones que habían, no es que me haya confundido y entrado a una habitación equivocada, pero simplemente no conocía algunos pasillos. Y cuando finalmente di con la puerta de la cocina, dudé un poco en entrar, en ciertas ocasiones dudo si lo que hago está bien, mas bien, tengo miedo de fallar, y odio quedar en vergüenza, por lo que antes de dudar, entré y vi a algunos de los chicos ahí. Dina y Alice se acercaron y hablamos un poco de temas triviales mientras tomábamos el desayuno, definitivamente la comida aquí era abundante además de exquisita.

  —¿A que hora suelen desayunar? —pregunté y tomé un sorbo de café que preparé yo misma, acompañado de un pequeño pastelito que había en la nevera.

—Generalmente despertamos en la madrugada para entrenar, pero últimamente el Sr. Wells no ha estado muy presente que digamos, por lo que solemos despertar tarde. —dijo Alice con una tono de voz muy relajado

  —Espera, ¿entrenar? ¿para qué? —pregunté confundida.

 —Nada, después te diremos, por ahora no preguntes —habló Dina ahora un poco más fría que antes, ¿ahora que pasó? Necesito saber, ¿para qué entrenan?

  —Yo, me tengo que ir.

Y luego de decir eso, fui a mi habitación, odiaba el echo de que todos me ocultaran lo que pasa, se que esto no es normal, ¿por qué no me explican? Tenía tantas dudas y ninguna podía ser respondida, eso me frustraba y miré un bola de papel sobre el escritorio, me concentré en aquella bola como si fuéramos ese objeto y yo uno solo, y sentí una energía en mi cuerpo difícil de describir, me sentí poderosa, como si todo fuera capaz de hacer. Y volví a hacer lo imposible, pude no solo ver, si no, también sentir como ese objeto era movido por mi, yo era capaz de hacer eso, y era algo increíble. Es difícil de describir algo a lo que no estás acostumbrado a ver o hacer, y es normal ya que no sucede todos lo días, si es algo complicado de entender para mí, lo será mucho más para alguien que seguramente no me creería, porque jamás lo a visto y todo es en base a la fe que uno puede tener de que algo puede pasar. 

Pero las cosas inesperadas pasan, y con decir eso, es suficiente como para hacer creer a alguien de que acaba de pasar algo que puede cambiar las cosas y el destino, ¿y que había sido eso? Voltee y pude ver a Jane mirando lo que acababa de hacer, no pude saber cual era su reacción, pues su rostro era algo difícil de comprender, pero estaba segura, y era que dentro de mí, ese algo extraño que todos llevamos dentro, me decía que todos mis planes se arruinarían, y lo que venía por delante, sería algo muy fuerte.


La hija de Zalgo (Bloody Painter, Homicidal Liu y tú)Where stories live. Discover now