Capítulo 16: Mica, Surletz y Aim.

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Micaela

Mi estomago se encogió, haciendo que de repente soltase todo el aire acumulado. Mis ojos se cerraron al instante y experimente una sensación de encogimiento en todo el cuerpo.
La atmósfera fría y pesada de las afueras del Reino de la Oscuridad se había desvanecido en tan solo un segundo, y, para cuando volví a abrir los ojos ya no me encontraba en aquel lugar.
Mis pies aterrizaron sobre una baja laguna que me llegaba hasta la rodilla, al igual que a todos.
Los desnudos árboles, las hojas secas, ramas partidas, nubes grises y viento carente de alegría habían sido reemplazados por un prado con la suficiente vida como para poder considerarse aceptable.
Sentí como nuevamente mis mejillas adquirían su tono rosado, como mi cuerpo se iba inflando de vitalidad y volvía a la vida.

Las afueras del Reino de la Guerra me habían restablecido del todo.

Los rayos del sol penetraban por mi piel, calentándome y haciéndome sentir cada vez mejor. Pero, de repente, el sol desapareció ya que sentí la ausencia del calor. Abrí los ojos, que por el placer los había cerrado, y vi que el cielo estaba cubierto de nubes negras.

- ¿Qué sucede? -preguntó Julieta alzando la vista al cielo.

- No lo sé -respondió Shania observando como los relámpagos se hacían presente en las nubes.

De repente un rayo cayó a tan solo unos metros de nosotros, sobre la tierra, haciendo que el césped y algunas rocas saltaran debido al impacto.

- ¡Cuidado! -grité concientizándome de la situación- ¡Salgan del agua!

Si algún rayo caía en la laguna y nosotros estábamos dentro podíamos acabar fritos. Literalmente.

Despegue mis pies del suelo, para salir corriendo, entonces me di cuenta que su piso era irregular. El barro ascendía por sobre mis pies, tragándome cada vez que quería avanzar.

- ¡Tati, Maru! -chilló Yvette desesperada- ¡Transfórmense y ayúdenme a sacar a todos de aquí!

Ellas al instante le hicieron caso y en cuestión de segundos estaban saliendo del agua como dos flechas. Comenzaron a quitar a todos rápidamente, resguardándolos en tierra firme; pero yo era la que estaba más lejos.

Un trueno resonó por encima mío, y supe, que no faltaría mucho para que un rayó aterrizara en el lago. Ya que el agua es el mayor conductor de la electricidad.

Un haz de luz comenzó a bajar muy rápidamente de una nube por arriba mío. Supe que era mi fin, así que cerré los ojos y me cubrí la cabeza con los brazos.

Mis sentidos comenzaron a fallar. Mi oído se nublo, mi respiración comenzó a ser mucho más lenta y mis ojos, al abrirse, no veían nada.

¿Qué sucedía?

Sentí como alguien me tomaba por los brazos y me alzaba rápidamente. Solo entonces mis sentidos volvieron a reaparecer.

Ante mi apareció la figura de Tati y al rededor todo estaba sucediendo en cámara lenta.

Ahora lo entendía, Tatiana había frenado el tiempo para poder salvarme y que aquel rayo no me condenara.

Al apoyarme en tierra todo volvió a su cauce normal y el rayo aterrizo en la laguna.
Mi amiga de sentó al lado mío y me miró.

- ¿Estás bien? -preguntamos a la vez- Yo estoy bien, ¿Y tú? -volvimos a coincidir. Las dos sonreímos.

- Gracias -aseguré de corazón, dedicándole mi más sincera sonrisa.

Nos levantamos a la par y miramos a todos.

- ¿Que fue eso? -pregunto Yvi.

- Aquello, querida mía -respondió Alle-, es una advertencia de Elizabeth...

¿Yo? Un hada #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora