Capitulo 5

11.7K 598 51
                                    

.

Vannia.

Día tres.

Llevo tres días aquí, y ya me quiero matar. Todo es horrible, nos tratan como retrasadas mentales; solo podemos dibujar con crayolas, usamos dibujos ya hechos, si queremos escribir una carta tenemos que usar lápiz con poca punta. Solo podemos tomar agua o té sin azúcar. Si salimos al patio trasero debe de ser rodeadas de policías.

La comida, sigue siento asquerosa. Y eh tratado dos veces de escapar, pero siempre resulto atrapada por esas tontas policías; hace como dos horas que me desamarraron de la cama y ahora estoy con mis dos compañeras de manicomio escribiendo esta carta...

Alzo un poco el lápiz, y miro a mi alrededor. Todas las chicas iluminan sus dibujos o escriben cartas para sus familias. Suspiro.
Creo que nunca me sentí más sola en la vida. Guardo mi diario del manicomio y la guardo en una caja de papel que hice. Ya no se que mas hacer, solo tengo la opción de escribir cartas y hacer dibujos de niñas, que horror.

—¿Por qué no iluminas algún dibujito Vannia? —pregunta Ingrid que está al lado mío.
—No voy a iluminar dibujitos para niñas de tres años.
—También hay unos para niñas más grandes.
—No soy una niña— la miro entrecerrando los ojos.

Ella aprieta los labios y alza las cejas.

—Bien, no te enojes.

La ignoro por completo y miro lo que las demás chicas dibujan o escriben. Miro a la izquierda y mi mirada capta la palabra "amor" que raro. Alzo la vista y noto que es una chica chaparrita, de cabello castaño oscuro y tes morena. Escribe una carta llena de corazoncitos. Entorno los ojos, tratando de ver que es lo que escribe.

Mi amor.

Se que no nos hemos visto durante dos semanas, pero te quiero decir que te llevo en mi mente y mi corazón todos los días, a cada minuto de mi vida.

Solo espero y me des tiempo y paciencia para estar juntos de nuevo, trato de hacer lo posible para cambiar y regresar a tus brazos...

—Si tomas una foto te durara más tiempo—dice de repente la chica.

Retiro la mirada rápidamente. Dios que pena, se dio cuenta que la estaba espiando. Trago saliva y miro a otro lado, no puedo aceptar esto, que pena con las demás.

—No tengo cámara—protesto

Ella alza la cabeza y me sonríe de medio lado. La miro firme, aunque me muero de vergüenza. Alza su crayola, apuntándome.

—Buena esa.

¡Genial! Al menos no se molestó. Sonrío un poco y sigo viendo entre las mesas. Muchas dibujan gatitos o imágenes de Disney, mientras que otras escriben cartas que ahora sí, no ando de chismosa leyendo.

Uf, creo que no tengo más alternativa que matar el tiempo. Tomo una hoja en blanco y un lápiz con punta decente.

Jonathan.

Se que tal vez no sepas donde estoy, y estoy segura de que mi madre no te habrá dicho nada... pero me gustaría pensar que si, que algún dia leeras esta carta y sabras cuanto te amo, que no me dejare caer y hare de todo por que los loqueros de aquí sepan que no tenga nada y me dejen salir. Pero si estuvieras aquí... vaya, además de pedirte que me hicieras el amor como nunca en tu vida te pediría que me abrazaras tan fuerte que...

—No creí que también tuvieras un enamorado.

Frunzo las cejas y giro la cabeza, dejando de escribir. Es la misma chica morena que escribía su carta.

Placer DeleitadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora