Parte 5

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En vista de que el cap. anterios fue muy corto, aquí la parte 5!!!!! Disfrutenlo y denuevo esperamos sus comentarios :3

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Un elegante reloj de bolsillo marcaba los segundos con un fino y melodioso TIC TAC mientras era sostenido por unos largos, blancos y delicados dedos. En aquel blanco salón de refinaba etiqueta decorado con numerosas pinturas enmarcadas en dorado, candelabros aparentemente de oro y alfombras de un muy gusto un joven Mikaela de veintidós años permanecía callado perdiendo la vista en el objeto en sus manos pensando en todo el tiempo que había pasado desde la última vez que había disfrutado de un día libre, si a pasar un buen rato sin hacer nada se le llama disfrutar claro. Había permanecido sentado en aquella silla tipo trono blanca con enmarque del mismo tono que su cabello cruzando las piernas en una refinada pose por varios minutos hasta que levantó la vista y la dirigió al árbol fuera de la mansión justo al lado de su ventana.

Caminó tranquilamente hasta llegar al balcón tomando en manos una verde hoja del aliso italiano que daba sombra al jardín que custodiaba la explanada de la piscina, la observó detenidamente recordando el día que lo plantó en ese lugar, cuando recién conocía a Lacus y Rene y no tenía amigos en ese lugar, tampoco era que se dignara en llamarlos con ese distintivo, jamás les diría que después de tantos años habían logrado ser parte de casi todos sus recuerdos, pero bastaba con que él lo supiera. Sacó de entre su chaqueta blanca aquel regalo que hacía años le habían dado ese par de idiotas y sonrío mientras lo levantaba frente a sus ojos.

-¿Eh? ¡Mika! llevamos rato esperándote en el living- Gritó Lacus entrando a la habitación del rubio, quien en un rápido gesto nervioso combinado con coraje escondió el objeto detrás suyo.

-Q..qué crees que haces e...en mi habitación idiota, deberías pedir permiso para entrar-

-Pero que dices, siempre entro aquí sin llamar a la puerta, como sea, date prisa que llegamos tarde.

-Estaba por bajar, no tenías que venir, ya no soy un niño que necesita que le digas que hacer- respondió frio metiendo el collar en el bolsillo de su pantalón.

Una vez cerrada la puerta el rubio de mirada azul soltó un suspiro pensando en lo cerca que estuvo de ser descubierto, pero Welt tenía razón, si no se apresuraba llegarían tarde a la universidad y alguien como él no podía darse ese disgusto. Tomó su bolso y salió a toda prisa disculpándose después con su madre con quién había chocado por no ver su camino.

Al llegar al estacionamiento de su casa vio como sus amigos tomaban sus autos, el en cambio visualizó a su alrededor pensado cual debía usar ese día, por fin se decidió por el deportivo negro y siguió a sus compañeros al lugar.

-Al parecer hay una obstrucción por nuestra ruta diaria- avisó Rene quién iba a la cabeza.

-Entonces tomemos la Montparnasse y luego por Saint Francois- Lacus, quien conocía París de pies a cabeza había elegido una ruta un poco fuera de lo común, el sabia a que se atenía, pero hacía años que Mikaela no había mencionado aquel nombre y solo quería averiguar si de verdad ya le había olvidado.

-Bien- contestó el de cabello negro y siguió el consejo de Welt sin decir nada, por su parte Mikaela solo les siguió sin decir nada al respecto.

Su vista se fijaba únicamente en el asfalto frente a su auto, o era así hasta que pudo verlo, un barrio japonés en la ciudad francesa. Lámparas de papel rojo, tinas con carpines dorados, dulces japoneses, brochetas de pescado y kimonos. Abrió los ojos sorprendido ante la escena frente suyo mientras todo le hizo volver a su infancia en su país natal. Detuvo el auto en aquella calle abarrotada de personas sin poder hacer nada, recargó las manos sobre el volante y lo sujetó fuertemente, la respiración se le hizo difícil y llevó la mano a su pecho tratando de arrancar lo que ahí dentro le ardía. Bajó su azul mirada centrándose en sus piernas tratando de reponerse de la melancolía que le llenaba al recordar su vida en Japón, no, al recordar a las personas que habían quedado en ese lugar, incluyendo a Mikaela Hyakuya.

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