Prólogo

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Amor, amor, amor.

¿Acaso eso existe? Nadie puede probarlo, al menos a mí no. Odio, miedo, dolor, abandono, mentiras, es todo lo que conozco de este mundo, las personas pueden dañar a otras personas, burlas, insultos, agresión, no queda nada bueno, la esperanza murió junto con esos grandes pacifistas, Jesús , Martin Luther King Jr, Mahatma Gandhi, la Madre Teresa de Calcuta, Bob Marley , lo único que queda en este mundo oscuro y hostil es ... nada, yo soy testigo de eso.

Yo solo tenia 4 años cuando mis padres decidieron que no me querían, en realidad nunca me quisieron, me abandonaron en un parque como si fuera un perro viejo, me dejaron a merced del mundo que lo único que sabe hacer es ensombrecer un alma pura e inocente, crearon un monstruo, le hicieron ver lo malo de la vida y no lo bueno, hicieron que viera todo del color negro, su lema ... mi lema es:

Aquel que no conozca mis demonios, no debería darse la tarea de provocarlos .

"Mamá lleva semanas raras, no me mira, no me habla, no me toca, ya no me cuenta cuentos cuando todo se hace oscuro, le tengo miedo a la oscuridad. Papá no me quiere, cuando me acerco a él hace un sonido extraño, parecido al que hace el perro de la vecina cuando se enfada, y después solo me pega con la mano, mamá nunca hace nada, creo que es su forma de decirme que me quiere, pero duele, duele mucho y me deja marca, no lloro, porque si lloro papá se enfada, no me gusta verlo enfadado, da miedo.

- vamos al parque, vístete - dice mamá sin mirarme.

Nunca salimos de casa, bueno ... mamá y papá salen, pero siempre me dejan sola. Papá me abre la puerta del coche, es muy grande y no puedo subir, vuelve a hacer ese sonido extraño, me coge de la mano y tira con fuerza, suelto un quejido de dolor, quiero decirle que me duele pero no quiero que se enfade y volvamos a casa. Miro por la ventana como los árboles pasan con rapidez, el cielo tiene nubes grises, el sol ya no está, se ocultó, creo que tampoco me quiere, miro mi vestido rosado, si lo mancho mamá se enfadará, ya no quiero ir al parque .

- ya llegamos- dice papá.

Con cuidado de no manchar mi vestido bajo del coche, el parque es grande, no hay tanta gente como pensé que habría, mamá y papá van por delante, corro hasta que llego a ellos, intento coger la mano de papá como otros niños hacen pero solo consigo que me golpee otra vez, mamá tiene en su mano mi mochila de una princesa, lo sé porque tiene una corona.

Ellos se sientan y yo los miro, quiero sentarme también pero la silla es muy grande.

- ve a jugar cielo.

La voz de mamá se escucha rara, papá con el pié me anima a avanzar a ese circulo de niños que juegan animados.

Intento jugar con ellos pero solo me empujan, una niña me tira de mi cabello, intenta empujarme pero me aparto, sus manos están sucias y si me toca el vestido lo puede manchar, no quiero eso. Vuelvo a la silla larga y de madera donde estaban sentados mamá y papá antes, pero ya no están, solo está mi mochila, la cojo, lo dejo en el piso y me siento esperar a mamá y papá, a lo mejor que tienen hambre.

Grrr.

Mi tripita hace un sonido extraño, los niños y sus mamás se van, yo quedo sola, mamá y papá no regresan, abro la mochila, hay ropa de mi y una manzana, la intento morder pero es muy grande. Una gota cae en mi mejilla, miro al cielo negro, muchas lágrimas caen de arriba, ¿por qué llora el cielo? No quiero que llore, están mojando mi vestido y mamá se va a enfadar, yo también lloro, quiero a mi mamá.

Cojo la mochila y lo pongo en mi espalda como lo hacen los niños que van a la escuela, yo también quiero ir pero mamá dice que soy aún muy pequeña, a lo mejor mamá se olvidó que estaba en el parque, se va a enojar mucho cuando vaya a casa y no me vea allí.

Las casas aquí son grandes, el cielo no para de llorar, mi cabello y mi vestido también llora, mis zapatos guardan las lágrimas del cielo, no me gusta que lo haga, se siente raro.

Guau Guau !!!.

Delante de mi hay un perro, es muy grande y negro, me está sonriendo, pero algo raro tiene en su boca, es espuma blanca, sus ojos son muy negros, tiene la misma cara del perro de la tele antes de morder a un hombre , me quiere comer. Le tiro mi manzana y me voy corriendo, corro con todas mis fuerzas para que no me coma y manche el vestido, mis piernas me duelen y caigo al piso, el cielo ya no llora pero yo si, me duele la mano y las rodillas, tengo sangre, mi vestido está sucio, lloro más, mi mamá se va a enfadar y no me volverá a querer, me levanto y me escondo detrás de una caja muy grande que huele feo.

Me cubro la cabeza con mis manos, no me gusta la oscuridad, le tengo miedo, no quiero que me arrastre con ella, la oscuridad me envuelve, quiero salir corriendo, pero no lo hago, solo cierro mis ojos y duermo, porque si lo hago mamá me verá y me odiará por tener mi vestido sucio."

6 años de edad.

"Todas las mañanas me esconden en unos arbustos y vigilo a los niños que estudian en este colegio, se puede escuchar todo lo que la maestra escribe, lo hago aproximadamente desde hace uno o dos años, aprendí a leer gracias a ella, y me di cuenta que no me había perdido, me abandonaron, por eso dejé de buscar mi "casa".

Riiing

El timbre suena indicándome que ya es la hora del recreo, espero que todos los niños se vayan, cuando ya no hay nadie entro por una de las ventanas y reviso todas las mochilas una a una quitándole todo el dinero que encuentro, en la mochila de la maestra es donde hay más dinero, lo guardo en el bolsillo de mi pantalón corto, me viene un poco grande, se lo robé a una señora mayor que salía de una tienda de ropa de niños.

- ehh, fea !!

La voz de un niño me detiene cuando estoy a punto de salir por mi escondite, menos mal no me pilló en su clase.

- las niñas pobres no pueden entrar - dice con burla.

Dos chicos detrás de él se van a reír con él, el primer niño me mira de arriba abajo con asco; bajo la vista antes que sus ojos choquen con los mios.

- Dame todo tu dinero, si es que tienes - dice levantando la mano con la palma hacia arriba.

Me quiere quitar mi dinero, retrocedo un paso asustada, él se acerca a mi y me coge del codo con fuerza.

- dámelo - gruñe.

Su agarre me hace daño, me duele, muevo el brazo para que me suelte pero no lo hace.

Golpeale !!.

Cierro mi mano en un puño y golpeó su cara por instinto propio, el niño chilla de dolor y cae al piso, de su nariz comienza a salir sangre, los tres me miran con miedo y se van corriendo; pero yo solo puedo mirar sorprendida mi puño cerrado, mis nudillos rosados palpitante de dolor; pero no me importaba.

Ese día fué la primera vez que dejé que el demonio que no sabía que tenía, saliera y me gustó.

Ella está rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora