Capítulo 12

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- No puedo creer que es la primera vez que me invites a tu apartamento- dije entre burlándome y quejándome, mientras me sentaba en el sofá.

El se acercó y me besó para luego dirigirse a la cocina.

Llevábamos dos semanas juntos. Durante el día él iba a trabajar mientras Alex y yo conocíamos todo Londres, y por las tardes, noches y fines de semana estábamos juntos.

Normalmente los fines de semana hacíamos algo afuera. Un picnic, una película, o un parque en donde comíamos helados.

Hoy estábamos cambiado de rutina.

Lennart había decidido que era hora de que conociera su casa. Él se excusaba diciendo que siempre estaba todo hecho un desastre y que por eso no habíamos estado aquí antes. Yo simplemente me reía de su excusas y lo besaba.

La idea era pasar un rato aquí. Y luego ir a la casa de su jefe que nos había invitado a un picnic.

- Me voy a duchar, vuelvo enseguida. Puedes recorrer todo libremente- dijo Lennart.

Se acercó a mi y me besó.

No fué el típico beso dulce. Fue más bien de los que te dejan sin sentido y sin aire.

No sabía como hacía él para estar perfecto después de esta besos. A mi me dejaban con las rodillas temblando y la cabeza a mil horas de distancia.

Luego se alejó con una sonrisa victoriosa al ver mi rostro.

No tarde mucho en encontrar su habitación y empezar a curiosear.

Había pósters de bandas y equipos de fútbol en una pared. En otro lado de la habitación un escritorio con silla y una computadora.

La ventana quedaba al lado de la gran cama con cobertores color negro.

Me dirigí al otro lado de la habitación donde un gran cuadro colgaba con muchas fotos. Fotos de Lennart a distintas edades. De él y sus amigos de la universidad. O de él con su traje.

En el centro estaba la foto más grande. Y me dejo sin respiración al verla.

Una hermosa chicas rubia con ojos claros y vestida de novia abrazaba a Lennart que también llevaba un traje y le besaba la mejilla a la chica.

Se veían completamente felices y el amor impregnaba toda la foto.

Al pie de la foto había una escritura: "Nunca te olvidaré Jenn".

Retrocedí unos pasos entre horrorizada y triste.

Busque en mi bolsillo trasero y encontré mi celular, luego llame a Alex.

- No estabas con Lennart?- fue lo primero que respondió al atender.

- Tuvo una novia- respondí en estado shock viendo todavía la foto.

- Nati, obvio. Tu también tuviste novios antes de él- respondió soñando obvia.

- No. Me refiero a que estuvo casado. Y su esposa se murió- dije para que Alex entendiera.

- Ok. Nati todo va a estar bien. Pídele que te hable de ella. No tiene porque ser un obstáculo. Admito que yo también entraría en pánico. Pero no dejes que esto arruine tu relación con él.

- Alex no lo entiendes? Puedo competir con exnovias locas y celosas. Incluso puedo competir con novias actuales aparte de mi. Pero no con esto. No puedo competir con una exnovia muerta. Probablemente era su alma gemela. Yo jamás podré reemplazarla.

- Nati te entiendo. Pero tienes que calmarte. Piénsalo. Tal vez no es lo que crees que es. Tal vez hubo un....

Desconecte la llamada cuando escuche la puerta abrirse.

- Aquí estas. Te estaba buscando.

Voltee a verlo y lo encontré ya vestido. Su cabello estaba húmedo por la ducha, su barbilla recién afeitada lo hacía ver más perfecto que antes. Llevaba unos pantalones cortos y una camisa con cuello en V.

Me sonrió pero al ver en donde estaba parada, con la posición viendo directamente hacia ESA foto, su rostro se tensó.

- Está todo bien?- preguntó cuidadosamente.

- Perfectamente- mentí con una sonrisa a medias.

No podía decir nada. Porque simplemente no tenía nada para decir. Tal vez Alex tenía razón y yo estaba exagerando o malinterpretando las cosas.

Lennart miró la foto del medio y luego a mi. Suspiró como sí quisiera decir algo pero luego simplemente asintió.

- Ya es hora de irnos- comentó guiñando un ojo y luego caminando fuera de la habitación.

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Todo el camino lo hicimos en un tenso silencio. Fue un total alivio descubrir que el lugar a donde íbamos no quedaba muy lejos.

- Nat, él es Mike- dijo Lennart cuando un hombre como de treinta nos abrió la puerta.

- Encantado de conocerte finalmente Natasha- sonrió él dándome la mano- Entren. La comida está lista.

Pasamos directamente al jardín. Donde habían al menos diez personas y unos ocho niños.

- Lennart- exclamó una mujer pelirroja, como diez años menor que Mike, abrazando a Lennart- Bienvenida, yo soy Sidney, la esposa de Mike. Tu debes ser Natasha.

- Un placer- conteste sonriendo antes de que ella me abrasara efusivamente.

Lennart me presentó a todos y medio un corto resumen de cada uno de ellos.

Mike, que en realidad tenía 39 años, estaba casado con Sidney desde hacía dos años. Aunque en realidad se conocían desde hacía más de diez. Sidney tenía 28. Había conocido a Mike cuando este la ayudo a llegar al hospital después de haber sido disparada en un robo.

Tesa, una mujer de 32, era madre soltera de los trillizos Trevor, Marvin y Michael.

David, de 40 años, estaba casado con Adrianne, de 38. Tenían dos hijos, Till de 10 años y Marie de 5.

Tatiana y Enrique eran los abuelos de Sidney. Y aunque Lennart no había mencionado mucho de ellos, era más que obvio que tomaban a todas esas personas como una misma familia.

Y luego estaban los Henrick's. Era el último grupo que quedaba y el más grande.

Julio, el padre de 35 años, se encontraba en silla de ruedas después de una explosión en un edificio cuando trabajaba como bombero.

Tea, su esposa de 36, era doctora graduada desde hacía dos años. Había empezado a estudiar esa carrera luego de que ningún doctor pudo diagnosticar el porqué Julio ya no podía caminar. Ahora era una muy buena cirujana y todavía buscaba respuestas para su esposo.

Celia y Tom eran sus hijos mayores. Ella con 15 y él con 14.

Y luego tenían dos hijos más. Dos pequeños traviesos de 3 años llamados Andrés y Martín.

- Lennart debo admitir que nunca creí que ganaras la apuesta. Pero aquí están los dos. Creo que hasta te mereces uno de los motores de vuelta- dijo Mike cuando ya todos estábamos sentados en la mesa comiendo.

Fue como sí de repente me tiraran agua helada.

Una apuesta.

Todo era simplemente una apuesta.

Voltee a ver a Lennart con una mirada de "Muérete", para encontrarlo mirándome asustado por lo que Mike acababa de decir.

- Discúlpenme- dije para luego levantarme y dirigirme al interior de la casa.

Me largaba de allí.

Ilegalmente Perfecto.Where stories live. Discover now