13 | Persiguiendo una exclusiva.

193K 17.4K 14.7K
                                    

13 | Persiguiendo una exclusiva

Cualquiera que me conozca medianamente bien estaría de acuerdo conmigo: nunca se me ocurre nada bueno. Es por eso que mi vida es tan desastrosa. Todo lo que digo o hago acaba perjudicándome de algún modo. O bien me hace pasar por una situación llena de bochorno, o va un poco más allá y me hace daño. Me hiere, como hizo Matthew.

Sin embargo, a veces, cuando navego río abajo, dejándome llevar por la corriente de mis malas decisiones, tengo la suerte de desembocar en un mar que me hace bien. Todos los errores que he cometido, todos los momentos vergonzosos a los que he tenido que enfrentarme, van haciéndome crecer. Y en mi vida surgen cosas nuevas.

Me pasó con la lista, que se convirtió en aquello que mantendría alejados de mí a los chicos como Matthew.

Y, aunque sería incapaz de admitirlo en voz alta, me pasó con Noah Carter.

Desde que cumplió el punto número diez de la lista, el otro día mientras volvíamos caminando a casa, y me confesó que tenía la sensación de que la gente se acercaba a él por mero interés, las cosas entre nosotros empezaron a cambiar. Sobre todo después de darme cuenta, tras haber escuchado las grabaciones que me mandó Wesley, de que tenía razón.

Noah y Matthew son familia, pero sus personalidades son tan diferentes que la idea de que se lleven bien me parece hasta descabellada. Mientras que uno es extrovertido y cómico, el otro es bastante más reservado. A Noah le gusta hablar con todo el mundo. Le sonríe a la gente sin parar y es amable con cualquiera que se cruce en su camino. Matthew es todo lo contrario a su primo, y quizás por eso me sigue costando entender por qué todo el mundo parece tenerle en un altar.

Cuando miro a mi exnovio, lo único que veo es el vivo reflejo del egocentrismo y la idiotez. Por desgracia, no me hace falta mucho para darme cuenta de que soy la única persona —aparte de Wesley— que tiene esa opinión sobre él. Para los demás, Matthew Blackwell es sinónimo de perfección. Alguien inalcanzable. Las chicas suspiran por él, como en esas películas de adolescentes que tan ridículas me parecen, y yo no puedo hacer más que sentir pena por todas ellas. No tienen ni idea de dónde se están metiendo.

Sin embargo, prefiero mantenerme al margen porque, aunque me veré obligada a mencionar a Matthew en el artículo, él no es el protagonista de mi exclusiva. Y escribir algo con lo que consiga la aprobación del señor Miller es mi única prioridad ahora mismo.

—Vaya, así que Abril Lee ha acabado dignándose a dejar de lado su ajetreada vida de periodista para venir a hacerme una visita. Menuda sorpresa. —Ruedo los ojos, porque esto no ha sido algo que haya salido precisamente de mí. No obstante, acabo sonriendo. Noah imita mi gesto y se hace a un lado para dejarme pasar—. Gracias por venir. Creía que no me cogerías el teléfono.

Entiendo por qué lo dice: seguramente, si hace poco más de una semana me hubiese visto en la misma situación, le habría colgado sin dudarlo. Las cosas son diferentes ahora. Supongo que todo el tiempo que hemos pasado juntos, entre los nuestros paseos de vuelta a casa y los largos minutos que compartimos en el comedor, estos últimos días, han tenido algo que ver.

Además, no puedo negar que ser su amiga tiene bastantes beneficios. El chico bailarín habla mucho conmigo últimamente, y es un alivio tener a alguien con quien conversar en el instituto ahora que Wesley no se separa de Kira. No es que no me guste estar con ellos, al contrario; pero creo que es mi deber —como mejor amiga— dejarles solos de vez en cuando.

Por si con eso no bastase, me he dado cuenta de que Noah es una persona sorprendentemente fácil de interrogar. Siempre que estoy con él, acabo encontrando nuevos datos que añadir a mi exclusiva.

Mi conquista tiene una lista | EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora