13//Satisfecha.

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El amor que le daba Rick la volvía loca, se sentía como si estuviera flotando y todo a su alrededor hubiera desaparecido a excepción de ella y el sheriff. Sintió sus manos ásperas vagar sin timidez por su espalda, gimió bajito ante los besos húmedos sobre su cuello. Por fin desabrochó su sujetador y lo lanzó lejos, admiró los pechos de la morena con admiración. No son grandes ni pequeños, solo normales y para él eran perfectos. Lisbeth arqueó la espalda al sentir los labios de Rick sobre uno de sus pezones, estaba sumergida en el gran placer que él le estaba dando que no podía evitar gemir un poco más alto. No querían ir lento, aunque deseaban que fuera especial ambos llevaban años sin intimar con alguna persona y anhelaban fundirse entre sus cuerpos. Lisbeth con las manos algo temblorosas logró quitar el cinturón y desabrochar los botones del pantalón. Rick no tardó en quitárselo a la vez que se llevaba los calzoncillos con sus desgastados vaqueros. Se colocó entre las piernas de la joven y precedió a volver a besarla con intensidad, palpó por la cama en busca de los condones y mientras disfrutaba de los suaves besos de su chica se encargaba de colocárselo.

—¿Estás segura?—preguntó mirándola fijamente.

—Estaría loca si no estuviera segura—bromeó con excitación.

Rick sonrió por lo rara que a veces era ella, pero le encantaba su forma de ser. Sintió como se introducía lentamente, le dolía y no podía evitar hacer muecas de dolor.

—¿Te hago daño?—preguntó preocupado.

Antes de que él saliera por su notoria preocupación por hacerla daño, la joven enrolló sus piernas alrededor de su cintura, impidiendo que se aleje.

—No... Sigue...—pidió con media sonrisa.

Rick asintió y procedió a adentrarse mucho más. Sintió como se movía dentro de ella, le dolía pero ese dolor fue remplazado por puro placer. Se movió a su compás a la vez que hundía las yemas de los dedos en su ancha espalda. Había soñado tanto con ese momento que pensaba que estaba alucinando. Imaginó muchas veces estar en aquella situación con Rick antes de todo el caos, se sentía muy afortunada de tener a su lado a un hombre como él. Estaba apunto de llegar al orgasmo que aumentó las embestidas, le fascinaba escuchar los jadeos y gemidos de Lisbeth, suspiró con fuerza al dejarse ir por completo. La morena aún no llegaba así que siguió hasta satisfacerla y hacer que soltara un ultimo gemido dejándose caer sobre la almohada. Rick salió despacio, sintiéndose exhausto, sonrió arropando sus cuerpos. La atrajo entre sus brazos y plantó un beso sobre su cabello negro. Se sentía tan feliz sobre el pecho del sheriff, se acurruco y cerró los ojos.

—Ha estado muy bien—comentó la morena tras cortos minutos de silencio.

—Me has vuelto loco—sentenció haciéndola reír.

Se incorporó cubriendose con la sábana. Estiro la mano hasta alcanzar la botella y los vasos de plástico.

—Bebamos un poco—le ofreció la bebida algo caliente.

Rick asintió sin poder apartar la mirada de las largas piernas de su pareja. Ella no era tan blanca como el resto, su piel era morena y sus atributos eran destacados entre las mujeres de la fábrica. Él quería saber un poco más de ella, se conocían de hace más de un mes y aunque ella le había comentado un poco sobre su vida pasada aún quería preguntar.

—Dispara—comentó dando un sorbo. Frunció el ceño confundido—. Te conozco y sé que algo ronda en tu cabeza.

—Oh...—murmuró—. Quiero conocerte mejor...

Lisbeth ladeó la cabeza hacia un lado, se removió inquieta sobre el colchón. No quería que supiera todo su pasado, ella había enterrado los amargos recuerdos de su vida y no le apetecía cavar en ellos. ¿Cómo le decía a Rick que nunca fue a la universidad porque no tenía dinero? Se comparaba con él y a su lado parecía apestar; él era el policía del pueblo con estudios y familia pero ella era otro caso, consiguió graduarse en el instituto con amenazas hacia sus profesores. ¿Qué iba a pensar Rick? Le preocupaba que cambiara su forma de pensar o ver. Tampoco fue una delincuente, ganaba su dinero limpiamente trabajando. Nunca pensaba en si misma, solo en su madre y hermana. Ayudaba en casa y se centraba en el bienestar de su única familia desde que su padre les abandonó para marcharse con otra mujer. Aún le dolía pensar en todo lo que tuvieron que pasar en aquella casa, eran recuerdos que marcaron su vida. Por suerte su madre y hermana ya no debían sufrir, ellas ya descansaban en paz, no tenían que seguir en ese mundo infectado. ¿Le iba a mentir? Claro que no, ella siempre era sincera. Suspiró tras aclararse la garganta.

The Walking Dead [Rick Grimes]Where stories live. Discover now