The Walking Dead [Rick Grimes]

22//Alexandria.

Lisbeth gateó hasta el borde de la cama, atrajo a Rick hasta ella y besó sus labios por un buen rato. Como le había extrañado, quería sentirlo, hacer el amor con él.

—Te ves muy guapo—alagó.

Rick sonrió, se alejó y recogió la ropa limpia que le habían dado.

—Me vendría bien un corte de pelo.

Ella asintió acorde con su petición. Se sentó como un indio y observó cada movimiento que daba, le parecía mentira que estuvieran juntos otra vez.  Acarició su barriga y se puso de pie, caminó hasta llegar donde Rick y colocó ambas manos sobre su cuello, enterró la cabeza en su pecho. Amaba cuando estaban asolas, sin que nadie les molestase, el agradable silencio y las caricias por parte de ambos.

Rick la veía más preciosa que nunca, para él, el embarazo le sentaba muy bien. Necesitaba refugiarse entre los brazos de su mujer, recorrer con sus manos cada milímetro de su bronceado cuerpo, respirar el dulce aroma que desprende y susurrar sobre su oído todo lo que siente. Apartó la melena negra hacia un lado y comenzó a besar su hombro desnudo, seguido de su cuello. Lisbeth llevó la cabeza hacia atrás, consumida por las caricias de Rick se dejó llevar sin importar nada. Gimió bajito al sentir las manos del sheriff apretar su trasero. Sus lenguas danzaron una guerra, cada beso y mordida subía el tono en la habitación.

Rick quitó el vestido de flores de Lisbeth y admiró su cuerpo, a pesar de que ella tenia la barriga enorme a él le parecía perfecta y sensual. Una belleza latina para sus ojos azules. Devoró sus pechos por encima del sujetador, caminaron hacia atrás y cayeron despacio sobre la cama. Se acomodó entre las piernas de la joven y siguió saboreando cada poro de su piel, le enloquecía el dulce aroma que desprendía. Lisbeth no se quedó atrás, con la mano derecha acarició su miembro erecto por encima del pantalón, Rick gimió ante ese gesto, quitó la mano de allí y dejó que él se frotara contra su feminidad. La ropa estorbaba en ese momento de pasión, desapareció toda tela molesta y continuaron con las caricias. Ambos cansados de lo mismo procedieron a unirse en un solo cuerpo, como piezas que encajan perfectamente, fundirse con cada movimiento.

Al principió le resultó difícil entrar en ella, su pequeño bebé hacia barrera pero no impidió que procediera a hacerla suya. Lisbeth alzó las caderas para ir al ritmo del sheriff, compenetrar por igual. La morena cayó rendida sobre la almohada, estaba agotada y eso que Rick había sido delicado con ella. Cuando ambos llegaron al éxtasis final se dieron un suave beso. Un par de minutos bastaron para comenzar a vestirse y reunirse con el resto.

Todos estaban sorprendidos por lo que una baño puede cambiar a la persona. Estaban limpios y sin molestas barbas, que por cierto casi todos habían alucinado con el gran cambio de Rick. Lisbeth cogió a Judith y la sentó en una silla para bebés, Carol se había encargado hacer la cena con ayuda de Maggie y Rosita. La mesa era grande así que no hubo problema para sentarse a cenar como una gran familia. Charlaban entre risas y bromas.

—Vas a explotar en cualquier momento—dijo Abraham.

Los ojos del grupo pararon en Lisbeth, la cual daba de comer a su pequeña. Ella lo miró con una ceja levantada.

—Porque estoy embarazada—se quejó, por momentos tenia las hormonas revueltas—. Eres un idiota.

Rosita golpeó el brazo del pelirrojo y se apiadó de su amiga. Daryl, Carol, Maggie y Carl habían tenido que soportar los repentinos cambios de humor de Lisbeth durante mucho tiempo, ya estaban acostumbrados así que sabían controlar la situación.

—Abraham tu también estas gordo y no precisamente tienes un bebé allí—señaló Maggie.

Las risas retumbaron el la habitacion, su comentario de defensa no ayudó mucho. Lisbeth se sintió peor, le había dicho gordo y eso significaba que ella también lo estaba. Sintió sus ojos llenarse de lágrimas y siguió dandole la cena a Judith. Rick, que estaba sentado a su lado, percató lo triste que estaba, pasó un brazo por encima de los hombros de Lisbeth y susurró solo para ella;