2: Y sus ojos esmeraldas... [Editado]

22.2K 2K 795
                                    

— Hombre, al parecer de veinticincos años, murió apuñalado, conocido como Tomás Harrison--- Habló la forense.

— ¿Algo más? — Preguntó un oficial.

— Mi equipo llevara el cadáver para examinarlo — Habló la mujer.

— Me parece bien. 

(...)



— Oh, es una lástima madre— Habló el joven.

— ¿Vendrás para el funeral? —Preguntó la Mujer al otro lado de la línea.

— Sí. 

— Cuídate mucho Louis, no quiero que te pase nada malo como al tío Nicolás
— Me cuidaré, madre, te quiero mucho, adiós.

— Adiós, amor—colgó la mujer. 

— ¿Qué sucedió? — Preguntó una mujer. 

— Murió el tío Nicolás—Respondió el castaño— ¿Irás al funeral conmigo?

— Lo siento, primo, pero tengo que irme este fin de semana.

—Oh, vamos, Georgie, es el tío Nicolás. 

— ¿Es mañana?--- preguntó la chica.

— No, es ahora en la noche. 

— Oh, Entonces si podre asistir— sonrió Georgie. 

La chica comenzó a caminar hacia la puerta.

— ¡Hey! ¿Vendrás a comer? — Preguntó Louis. 

— ¡No lo sé! ¡Primero tengo que llegar a casa! ¡Mi amor me está esperando!

El castaño soltó una carcajada —Oh vamos, tu gato puede esperar.

— ¡Calla! — Pidió la castaña, sonriendo. 

— Vamos, Georgie, me siento solo— Habló el castaño con un leve puchero. 

— Cómprate un gato, aunque no lo creas, son de gran compañía. 

— Bien, supongo que te veo esta noche, ¿no?

— Sí.

— Adiós prima— sonrió Louis y Georgie le tiro un beso en el aire. 

Louis suspiró y se hecho en el sofá, pensativo. ¿Qué haría a continuación? Nada. Como siempre, nunca haría nada. El castaño soltó un grito de frustración, necesitaba hacer algo con su vida. 

Ya tenía veintiún años, trabaja como asistente en un hospital psiquiátrico, ¿eso era algo no? 

— ¡No! 

Louis rió al recordar aquellas palabras que desde pequeño solía decir, "Soy Peter Tomlinson,  jamás creceré" Esas palabras lo había acompañado parte de su vida, parte de su adolescencia, pero cuando menos se lo imaginó, ya era un adulto, ya había crecido, ya había madurado. 
Vivía solo en un departamento, que con tanto esfuerzo el mantenía, no solo era la falta de diversión en su vida, la falta de aventuras, también se sentía solo.

El apartamento era algo grande y espacioso, tenía tres habitaciones, una cocina, un living, una enorme sala y dos baños. ¿Cómo podría vivir el solo en esa enorme casa? 

Necesitaba un compañero. 

Necesitaba encontrar alguien con quien divertirse, con quien pasar noches en vela viendo maratón de películas, con quién salir a visitar lugares. 
Para ser más claros, ¿necesitaba un compañero? ¿Un amigo? ¿O un novio?
La mente de Louis repitió esa palabra más de tres veces; "Novio, novio, novio, novio"

El castaño hizo una mueca al recordar su primer noviazgo, fue con una chica rubia, su nombre era Jasmine. Podríamos decir que era la típica novia dulce que se preocupaba por todo, pero simplemente.... No era lo que Louis necesitaba. 

¿Y qué era lo que Louis necesitaba? 

Alguien diferente, alguien que lo haga sentir especial, el ya estaba harto de lo mismo siempre, quería conocer una persona especial, alguien con una mente distinta, alguien con un sentido diferente de ver la vida.

Louis soltó una pequeña risilla al recordar a Joe, un chico de apenas dieciocho años interno en el hospital. ¿Por qué? Estaba demente. 
Este chico se podría decir, que era el "novio" de Louis, o eso pensaba él. 
Todo comenzó cuando Louis comenzó a trabajar como enfermero en el centro de rehabilitación, hospital psiquiátrico, manicomio, como quieran decirle. 

Mientras Louis hacia su trabajo, sentía constantes miradas detrás de él, jamás le tomó importancia, hasta que un día pilló a Joe mirándole, un chico con severa enfermedad de desorden mental. Al instante el chico le pidió ser su novio y Louis como un simple juego acepto.

Después de todo, ¿era un enfermo mental, no? Al día siguiente lo olvidaría, o simplemente ya no le tomaría importancia. Pero Joe era diferente, y Louis no estaba tan consciente de eso. 

Sin más que decir, las horas pasaron volando, y la noche se hizo presente. Louis se alisto para asistir al funeral de su tío.
Pantalones negros ajustados, converses y una sudadera negra con rayas blancas. No muy elegante, ni muy casual, era algo al estilo "Tomlinson" por así decir. 

(...)



— ¡Regresa aquí, ladrón! — Gritó una mujer enfurecida.

El chico sin mirar atrás, corrió y corrió más hasta alejarse de aquel puesto de comida.

— Tan cerca— Suspiró el chico. 

El joven miró en sus manos el trozo de pan dulce que apenas había logrado robar, hubiera podido tomar más comida, pero no tuvo tanto cuidado y la alarma sonó, haciéndolo correr lejos de aquella tienda. 

— Pronto habrán cosas buenas, Harry— Se dijo así mismo el chico, comenzando a caminar por aquellas solitarias calles. 

Harry miro el cielo oscuro y cerró los ojos por un momento, la humedad se hacía presente y el dulce aroma de tierra mojada también. Eran signos de que pronto llovería. 

— Se siente tan bien...— Susurró.

De pronto pequeñísimas gotitas de agua comenzaron a caer una por una, a un paso extremadamente lento.

El rizado sonrió ante la agradable sensación, si algo amaba en el mundo, era la lluvia y bañarse en ella, le hace feliz el sentir el agua golpear contra su cuerpo y provocar millones de sensaciones, lo hacían sentir alegre el aspirar ese maravilloso aroma de agua mezclado con tierra, le daba aroma a naturaleza pura, a tranquilidad y armonía.
Sobre todo amaba la lluvia porque... Porque lo hacía sentir una persona normal. 

(...)



Louis observó como los hombres comenzaban a cubrir el ataúd de su tío con tierra hasta el punto de ya no verse más. Nicolás Tomlinson, ¿por qué Dios le había quitado a tan maravillosa persona? No lo había demostrado mientras hablaba con su madre, ni enfrente de Georgie. Pero en verdad le afectaba la pérdida de su familiar, él y Nicolas siempre habían sido muy unidos, desde que Louis perdió a su padre cuando niño, su tío siempre estuvo ahí, el lo llevaba a la escuela, él le llevaba a pasear junto a su única prima, Georgie. 

Su tío, lo era casi todo... ¿Por qué tuvo que irse? Su madre le había dicho que su muerte aún no ha sido investigada, pero que posiblemente fue un asesinato y no un suicidio como les había parecido.

¿Su tío suicidarse? ¡Imposible! El jamás podría hacerlo, y si tenía problemas, ¿por qué no hablo con él? 
Además, no se despidió de Louis, ni una carta, ni una nota, ni nada...

El castaño se sobresaltó al sentir como gotas de agua caían desde el cielo empapándolo. 
Louis bufó, no traía paraguas y para colmo, se había venido caminando y no en su carro. 
El castaño se separo del resto de la gente la cual aun seguía en el velorio y comenzó alejarse hasta encontrar la salida del cementerio. 
De un momento a otro, la simple lluvia se había hecho más fuerte y como si fuera casi imposible, los relámpagos no tardaron en aparecer.

Los faroles de las calles no servían, supongamos que la lluvia los había afectado, así que solo podía guiarse por la blanca y destellante luz de la luna, que no era mucha, pero ayudaba en algo. 
Con cautela y cuidado de no resbalar en la baldosa a causa del agua, mantenía la cabeza baja, gran error, ya que sin darse cuenta, choco con una dura espalda provocando que callera al suelo. 

—Oh, discúlpeme — Habló Louis, tratando de pararse, pero como las banquetas estaban encharcadas lo único que lograba era resbalarse.

— Déjeme Ayudarlo— Dijo una voz ronca, el castaño levanto su rostro observando una oscura sombra quien le tendía la mano. 

Louis tomó la mano y aquel misterioso hombre con una facilidad enorme lo ayudo a pararse, con dificultad trato de observar el rostro de la persona, pero le era imposible gracias a la oscuridad. 

De pronto un relámpago se hizo presente alumbrando casi por completo toda la calle. Louis miró a la persona de frente y por los segundos que duró el relámpago, lo único que alcanzo a divisar fue una cabellera rizada y unos penetrantes ojos esmeraldas.

†Esquizofrenia† {Larry Stylinson} [Editando]Where stories live. Discover now