Capitulo 18 "Peligrosa y Dulce tentación"

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El rizado miro con una sonrisa a la mujer que tenia amarrada frente suyo.

--- Y dígame Sr. janes ¿Le gusta la comida italiana?--- rio harry, la mujer mayor que se encontraba encerrada en una oficina amordazada y amarrada a una silla negó con la cabeza mientras trataba de moverse y gritar, pero le era rotundamente imposible.

--- Yo Acabo de enterarme que es deliciosa, debería de probarla algún día--- sugirió el ruloso--- claro, si a un sigue viva--- rio De nuevo.

--- Bien, dejemos la charla y pongámonos en Acción.
Harry observo a la mujer y pudo detectar instantáneamente en sus ojos, Miedo. Pánico, Horror, Todas esas emociones que desde hace bastante tiempo había olvidado lo divertido que se sentía provocarlas. El ruloso se coloco los guantes de látex y tomo una jeringa. ---- Te Dolerá mucho--- Río él mientras se acercaba a la mujer, no a sus brazos, no a su cuello, no a su rostro. Si no a sus ojos, una parte favorita en el rizado para torturar, así fue como aquella mujer experimento el mayor dolor, que en su vida había sentido cuando aquella delgada aguja atravesó una de sus pupilas.



[…]





La cocina estaba en silencio, pero no era cualquiera, era uno de esos silencios que te inmutan hacer movimiento alguno o decir palabra alguna, porque por mas rara que sea la razón, quieres permanecer quieto y silencioso, y todo por el miedo, por los escalofríos que sientes en ese mismo momento que te paralizan y dejan tu cuerpo estático y tu cerebro en busca de más información intrigante como la que acaba de procesar. Georgie tenía sus labios en una sola línea recta y William se mecía de un lado a otro algo incomodo.

--- Yo-o… --- comenzó hablar de nuevo el pelirrojo--- Abrí la puerta del jardín y ahí estaba mama y sus amigas y… --- William cerró los ojos dejándose envolver por él a tormentoso recuerdo.



“William empujo la puerta de madera de la cocina, pero se detuvo al oír de nuevo esos gritos, uno era de una voz imposible de reconocer para él.

--- ¡Joey!--- grito William saliendo al jardín trasero, busco con la mirada a su hermano pero solo pudo encontrar algo que jamás se imagino… Sus ojos se abrieron como dos grandes platos, sus pupilas se dilataron tan de pronto que tuvo que parpadear varias veces, incluso para comprobar que no era una ilusión o una simple pesadilla.

--- Que…Ra-yos…

El pelirrojo camino alrededor de cuantos cuerpos ¿4 0 5? ¿6 o 7?, William trago en seco. Varios niños se encontraban en el suelo, algunos en bolita llorando, sangrando, sin dejar de gritar. Otros… no fueron tan afortunados. ¿Cuántas madres desmayadas? ¿5 o 9? La alberca estaba totalmente Llena que el agua sobresalía de ella, todo el piso de cemento estaba empapado y encharcado, prácticamente el jardín estaba inundado. Otro grito mas se escucho logrando sacar a William de aquel transe, el pelirrojo giro hacia todos lados alarmados buscando a su hermano menor, ¿Dónde estaba Joey? William se acerco a la alberca con el miedo de ver a su hermano ahí, no estaba el. Sin embargo 2 o 4 cuerpos de niños muertos ahogados, sí. Camino hacia el otro lado de la casa, ¿Dónde estaba Gemma, ahora? ¿Dónde estaba su madre? Fijo su vista en un pequeño niño rubio que se encontraba en el suelo boca abajo, sus piernas estaban moviéndose al igual que sus brazos y pies, como si sufriera algún tipo de convulsión. William se alejo rápidamente y observo a otro pequeño que se encontraba boca arriba, parecía estar bien a excepción de una sola cosa… Le Faltaban los ojos. El pelirrojo frunció el ceño, era algo curioso a la mayoría de los cuerpos, le faltaban los ojos.

--- Todo va estar bien, Harry--- escucho el pelirrojo la chillona voz de su hermano, rápidamente corrió hacia adentro de la casa, donde supuestamente el parecía escuchar murmullos y otros extraños ruidos que no quería hacerse la idea de quienes podrían ser.

Con el pecho subiendo de arriba abajo, y el miedo y pánico recorriendo sus venas aventó la puerta de una patada encontrándose con un pequeño casi igual que él, Pelirrojo a excepción de dos grandes y amplios ojos grises, Joey. A su lado se encontraba un pequeño escondido debajo de la mesa, parecía estar hecho bolita mientras escondía su rostro en sus piernas y su cabellera rizada era lo único que se podía lograr ver a cierta distancia.

--- Joey…--- susurro William, al instante el pequeño quien se encontraba en el suelo miro a su hermano y rápido se lanzo a sus brazos. El pelirrojo mayor rodeo al pequeño con sus brazos cargándolo

--- El Lo ha hecho--- le susurro Joey al oído lo bastante bajo solo para que el escuchara.

Un ruido se escucho debajo de la mesa seguida de unas fuertes pisadas y una risa… una risa que él jamás olvidaría. William sujeto a su hermano más hacia él y verifico el lugar, aquel misterioso niño ya no estaba. Con miedo comenzó a caminar hacia afuera en busca del misterioso pequeño (A un con Joey en brazos) Solo pudo encontrar luces deslumbrantes, patrullas, doctores en bata y con Guantes y Oficiales bombardeándole con preguntas y más preguntas”



--- ¿Dices que un niño de 11 años, asesino a todas esas personas?--- pregunto la castaña sorprendida.
William asintió con la cabeza--- No creo que Joey me haya mentido.

--- ¿Qué sucedió después? ¿Qué dijo la policía?...

El pelirrojo resoplo--- Mamá nunca volvió aparecer, así que mi padre nos crio solos, pero Joey… el tenia algo diferente, ya no volvió hacer el mismo. Recuerdo la angustia y el Terror en su rostro cada noche que se levantaba gritando, solía meterse en mi cama cada noche e incluso no se separaba de mi en todo el día, la escuela fue difícil. A un mas cuando tuve que entrar a la preparatoria y Joey se quedo solo en la secundaria. Pasaron años, Joey cumplió los 16, entonces fue cuando mi padre y yo nos dimos cuenta… que el realmente estaba mal y necesitaba ayuda, ayuda en un Manicomio.

Georgie le miro--- ¿Qué paso?



[…]





La Mujer estaba ciega, no podía ver absolutamente nada, estaba consciente de que sus ojos estaban abiertos pero su vista era oscura, su cuerpo estaba adolorido y sentía que había perdido una gran cantidad de sangre, su cuello dolía enormemente al igual que su espalda, sus piernas parecían entumidas al momento de no sentirlas, ¿O es que ya no las tenía?

--- Esto realmente es divertido, ¿No?--- Río el ruloso--- pero no puedo gastar mi tiempo aquí contigo, así que terminemos con esto.

Harry tomo una navaja y sonrió, ¿Hace cuanto no cometía un asesinato? ¿Hace cuanto tiempo no escuchaba los deliciosos gemidos de dolor en una persona? Sobre todo esa maravillosa sensación de pánico y Horror que solía haber en el ambiente, el rizado cerró los ojos y amplió su sonrisa, Esto... era lo que era él, para esto había nacido... y lo había olvidado. Había olvidado gracias a un castaño quien era él y que era lo que hacía y lo más importante, porque lo hacía.


Sin más que decir, incrusto la navaja en la nuca de la mujer, esta se movió al instante, intento pararse, pataleaba y movía las manos, harry no supo cómo pudo hacerlo pero la mujer se había quitado la mordaza soltando un desgarrador grito, al parecer resonó en todo el hospital asiendo eco. Harry comenzó a reír, esa era su música favorita, la mujer al parecer no se movió mas, había muerto.



[…]





Dalia se tenso al oír el horroso grito. Se quedo parada en ese oscuro y solitario pasillo. Sus pies descalzos comenzaban a doler debido al duro piso, pero ella le resto importancia. Unas pisadas fuertes resonaron por el pasillo haciendo eco, dalia no se movió ni siquiera se molesto en voltear hacia atrás. A su lado paso un Harry tranquilo y silbante, tenía una mano en una de las bolsas de su pantalón mientras que en la otra venía arrastrando una bolsa grande y negra, la cual desde larga distancia venia dejando un rastro de sangre.

--- Linda noche Dalia--- fue lo que dijo el ruloso mientras se perdía por el pasillo y daba vuelta a algún lugar desconocido.



[…]





El castaño abrió sus ojos debido a la molesta luz del sol, ¿Cuándo había dejado la ventana abierta?, Con pereza se tallo los ojos para poder aclarar su vista. Un suave gemido salió de su boca cuando sus pies descalzos tocaron el suelo. Con lentitud camino hacia la puerta del baño y con la misma, jalo de esta.

El Agua caliente golpeo su torso desnudo, Louis soltó un suspiro, tenia clases hoy en la mañana. No iba hacer nada fácil poner algo de atención en ellas teniendo en cuenta que un ruloso de ojos verdes ocupaba su mente.

Ni siquiera se molesto en secar o peinar su cabello, se le hacía tarde y el no haya su playera de rayas favorita le retrasaba. El timbre sonó y Louis camino hacia la puerta, paso una mano por su cabello mojado y abrió la puerta.

--- ¿El Sr. Louis Tomlinson?--- pregunto un cartero en el lumbral. Louis asintió con la cabeza--- Firme esto por favor--- Añadió el hombre entregándole una hoja y una pluma al castaño.

--- Es para usted, Gracias, que tenga una linda mañana--- Hablo el hombre tomando la hoja y alejándose de la puerta no sin antes haberle dado a Louis una extraña caja de madera. El Castaño cerró la puerta y camino hacia la cocina revisando su café, con la taza humeante en sus manos observo la escritura que había a un costado de aquella caja.

“Para: Louis Tomlinson
De: Tomas Harrisón”

†Esquizofrenia† {Larry Stylinson} [Editando]Where stories live. Discover now