Cinco

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15 de diciembre del 2015

Querido Justin:
Hoy como cada mañana te fuiste a trabajar. Mi madre llamó esta mañana, quiere que nos veamos; hoy le diré sobre mi tumor.

¿Cómo decirle a tu madre que vas a morir pronto?, no lo se, pero debo hacerlo hoy mismo.
La bocina del auto sonó, abrí la puerta y estaba frente a nuestra cada mi madre en su auto.

Cerré la puerta detrás de mi y mi cuerpo entró en el auto, olía a canela, odio la canela.

-Hola mamá ¿a donde iremos?.-abroche el cinturón de seguridad y deje mi bolso en el asiento de atrás para ir más cómoda.

-A desayunar, estas muy delgada mi amor, ¿Haz comido bien?.- las calles estaban tranquilas.

-Yo me veo exactamente igual.- mire mi cuerpo, ella tenía razón; estaba más delgada.

-¿Y Justin?.- ella seguía conduciendo, lo menos que quería era hablar de ti.

-Trabajando mamá ¿donde más?.-rei. -Hablemos sólo de nosotras.- ella me miró de reojo y le di una sonrisa fingida. Aparcó frente a un restaurant.

Entramos a este y fuimos hacia una mesa, había pocas personas.

-Buenos días, aquí están las cartas, llamenme cuando quieran ordenar.- dijo el mesero amablemente, ambas dimos las gracias, mire la carta, no tenía hambre, pediria cualquier cosa.

-Emma tu tienes algo.- dijo sería, sin ninguna expresión en su rostro. Maldita sea.

-Hambre, eso tengo.- mentí, no quería decirle, no sabía como.

-No, Emma, tu tienes algo más y no me quieres decir, dímelo ahora.- me puse nerviosa, jugué con mis manos por debajo de la mesa, iba a hablar cuando el mesero nos interrumpió.

-¿Ya saben que ordenaran?.- agradecí al cielo y al mesero por haber llegado a salvarme.

-Yo quiero un omelette con queso encima, licuado de fresa y pan integral.- dijo mi madre.

-A mi traigame un emparedado con aguacate, queso blanco y lechuga, y agua natural.- el mesero asistió y se fue, mi madre seguiría haciendo preguntas, decidí hablar yo.

-Emma....- su mirada me intimidaba, recordé cuando era niña y me regañaba por algo, era esa misma mirada de "te voy a asesinar"

-Esta bien.- suspire. -Si pasa algo mamá, pero es mejor que te lo diga después de terminar de comer. Prometo que lo haré.

Mi madre sólo asintió, durante el desayuno, ella me platicaba sus cosas, me gustaba verla feliz, tu sabés que le costo mucho superar la muerte de mi padre... En poco tiempo tendrá que lidiar con la mia, perdoname mamá.
Sin duda Elena Santinni es la mejor madre que Dios me pudo haber dado, si hubiera tenido una hija le habría puesto como ella; Elena.

Terminamos de desayunar, ella hizo su plato a un lado y puso sus codos sobre la mesa, estaba esperando que yo hablara.

-Mamá, antes de que empiece prometeme que te vas a calmar.- la tome de la mano.

-Por Dios Emma, no me asustes.- su mirada transmitía miedo a lo que le diría.

-Hace mucho tiempo mi cabeza duele muchísimo, en verdad es exagerado el dolor, fui al doctor hace unos días y ya se que sucede...- tome el aire suficiente para continuar, ella me veía ansiona. -Tengo un tumor cerebral mamá y es demasiado tarde para hace algo.

Mi madre llevó sus manos a su boca, sus ojos comenzaron a hacerse cristalinos al igual que los míos. Si mi hija me dijera que iba a morir, mi vida se vendría abajo.

-Emma...- no pudo decir nada más, lloró ahogadamente, tome su mano y la bese.

-Te amo mamá, perdoname.- ella se limpió las lágrimas.

-¿Justin lo sabe?.- el escuchar tu nombre me entristece más.

-Tu sabes mi situación, trate de decírselo pero...- me interrumpiste.

-¿No te hizo caso cierto?.- asenti triste, si Justin, mi madre lo sabe todo.

-No quiero su jodida lástima mamá.- ella me miró triste.

-No estas sola cariño, me tienes a mi, prometeme que el mucho o poco tiempo que te quede lo vas a aprovechar con o sin el.- tuve que hacerlo.

Yo quería pasar mis últimos días a tu lado, sin que te dieras cuenta de que iba morir.
Regrese a casa, a esa casa donde fui inmensamente feliz los primeros 6 años de nuestro matrimonio.
A esa casa que me consumía día con día. Ahora me arrepiento de tanto. Ahora me doy cuenta de muchas cosas.
Me gradúe con mención honorífica de la universidad como licenciada en ciencias políticas y no ejercí mi profesión, por casarme contigo, porque me convenciste de que con tu trabajo bastaba y sobraba y así fue, nunca nos ha faltado algo.

Pudimos haber tenido hijos pero decidiste esperar varios años y yo te obedecí.
Siempre he sido sumisa ante ti, así me educó mi padre; la mujer debe someterse al hombre, que estupidez.

Si estuviera sana y loca juro que ya te habría dejado maldito estupido. Pero a diferencia de ti yo si cumplo la promesa que hicimos en el altar.

*Flash Back*
-Emma, aceptas a Justin como tu esposo, para amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe.- dijo el sacerdote.

-Acepto.- te mire y te di una sonrisa.

-Justin, aceptas a Emma como tu esposa, para amarla y respetarla en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe.- volvió a decir el sacerdote.

-¿Esta loco, llevó una hora aquí y aún me pregunta si aceptó? Claro que aceptó, sólo diga la última frase y ya.- todos en la iglesia rieron ante tu comentario.

-Por el poder que me concede la iglesia los declaró, marido y mujer... Justin, besa a la novia y deja de sufrir.- me cargaste y me diste nuestro primer beso como esposos.

*Fin del Flash Back*

En la salud y en la enfermedad... que irónico. Hoy estoy molesta contigo, hoy no tengo ganas de verte, no tengo ganas de que me ignores. Hice la cena y la deje en la cocina. Fui hacia nuestra habitación y dormí, cada vez falta menos....

Temporalmente molesta.

Emma

Algunas se preguntan ¿en que momento del día Emma escribe?
Bueno, ella escribe en la madrugada, cuando Justin ya esta dormido. Esperó y les este gustando mis amores:') SIGAN A FANFICBIEBER ESTARE SUBIENDO UNA NOVELA AHI:')
LAS AMOOOOO:*
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Querido Justin...Where stories live. Discover now