CAPITULO 12

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Camila y yo no hemos vuelto a hablar de mi crisis. Cuando el martes regreso a casa del trabajo con Lily, ha movido todas mis pertenencias a su habitación, haciendo espacio para mis cosas en su armario y gavetas, y moviendo el monitor de bebé de Lily a su mesita de noche. Dijo que si iba a vivir con ella e íbamos a estar juntas, entonces deberíamos usar la habitación principal y hacerla nuestra.

Me encanta cuando hace cosas como esas, cuando se encarga de tomar ciertas decisiones, a su vez haciendo que me sea más fácil concentrarme en otras cosas como mi trabajo, Lily, y lo más importante curar las heridas de mi pasado, porque no hay nada que desee más que seguir adelante con Camila.

—Tuve un sueño anoche —le digo en voz baja, mientras nos acurrucamos en la cama, con Lily dormida en su pecho, quien estuvo quisquillosa esta noche.

—¿Sobre qué?

Miro a Lily, se ve tan dulce y pacífica, y simplemente tan fácil de amar. — Soñé que visitaba a mi madre. Que me encontraba en su casa y ella cargaba a Lily, acunándola en sus brazos y cantándole una canción. La miraba con tanto amor en sus ojos, del modo en que cualquier abuela miraría a su nieta, del modo en que tu madre mira a Lily, y estaba tan feliz de verla. Cuando desperté y me di cuenta que era un sueño, me entristeció. ¿Por qué simplemente no puede amarla? ¿Dejarme amarla? ¿Darme opciones en vez de tratar de forzarme a hacer algo con lo que nunca sería capaz de vivir?

Me acaricia el brazo. He venido descubriendo que Camila usa el tacto como una manera de calmarme, de hacerme sentir mejor y no lo había pensado, pero de hecho funciona. —Quizás pensó que tomaba la decisión correcta.

—¿Crees que renunciar a Lily hubiera sido la decisión correcta?

—No —dice, dándome una sonrisa tranquilizadora—. Creo que te colocaron en una posición difícil, una situación imposible, y que tomaste la mejor decisión que podrías haber tomado.

Mis ojos caen en Lily, descansando en su pecho. —Mírala. ¿Cómo alguien podría no amarla? —me pregunto en voz alta.

—No lo sé, cariño. —Acaricia la espalda de Lily y le da un beso en la cima de su cabeza. Se queda en silencio un momento, mirando su carita—. Lauren, ¿has intentado llamarla?

—¿A quién? —le pregunto, sabiendo ya la respuesta, pero sin querer oírla.

—Sabes a quién, a tu madre.

Presiono mis labios ante la idea de tomar el teléfono para llamar a una mujer que se encontraba tan dispuesta a desechar a mi hija, su nieta. Quien hizo evidente que si escogía esta vida, no sería bienvenida en su casa. —No. Dejó muy clara su posición. No quiero que sienta que puede tener participación en mi vida o en mis decisiones.

—Tú decides, pero no puede herirte. Sin importar lo que diga, no te puede obligar a hacer nada que no quieras y estoy aquí para asegurarme de eso. ¿Al menos lo pensarás?

Dejo salir un suspiro de frustración, y contesto—: Sí. Lo pensaré. —Ambas sabemos que miento, que no tengo intenciones de llamarla. Tal vez nunca.

—Olvidé decirte; voy a estar fuera de la cuidad por un entrenamiento el jueves, pero solo será una noche. Estaré en casa para el momento en que vuelvas del trabajo el viernes en la noche.

—Oh, está bien —digo, actuando como si su ausencia no me afectara. No he estado sola toda una noche desde la irrupción en mi apartamento e incluso con las horas locas de Camila, aún soy capaz de dormir de forma segura, sabiendo que ella estará en casa eventualmente—. ¿A dónde vas?

Shelter You ( Camren G!P )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora