Capítulo 6: El laberinto.

4.7K 255 38
                                    

Sin pensarlo dos veces me adentro en el bosque clandestino, no me arrepiento de nada, total, aquí no me quieren, solo soy un juego para ellos, y para el colmo se están riendo de mí, sobre todo el idiota ese con cara de ardilla...

Dios como lo odio, y pensar que me empezaba a gustar... qué asco.

El bosque clandestino da verdadero miedo, está todo oscuro, hay muy poca luz y tiene mucha vegetación que da verdadero terror. Ahora creo que ya me voy creyendo lo de esos monstruos que habitan aquí.

Como sea verdad estoy perdida...

Noto como alguien se acerca a pasos muy acelerados hacia mí, yo del miedo me quedo parada y comienzo a mirar hacia todos los lados.

—¡Ahh! —Pego un gran grito de horror cuando noto que alguien me coge del brazo muy fuerte—. ¡Tú, pero que haces tú aquí!

—¡No, que haces tú aquí! —grita Noah, lleno de ira y furia—. ¡Pero estás loca o que te pasa!, ¡cómo se te ocurre entrar aquí! ¡Te quieres suicidar o que! —me dice gritándome—. Vámonos ya de aquí, a ver si puedo encontrar la salida para volver a la aldea. —Me coge la mano, pero yo la suelto de golpe y me paro.

—Yo no voy a ninguna parte contigo, me quedo aquí, vete tú a encontrar el camino de vuelta a la aldea, que yo voy a encontrar el camino a casa, buena suerte y adiós, que te vaya bien. —Me doy media vuelta, pero él me coge del brazo fuertemente para no me escape.

—¿Estás en tus cabales? Tú no sabes lo peligroso que es esto, Nicole, ya te advertimos y tú no has hecho caso, además siento decepcionarte, pero no hay salida en el bosque.

—Que-que dices, me estás mintiendo.

—No, no te estoy mintiendo, yo me adentraba en este bosque para encontrar una salida hace dos años, nos sabemos el bosque de memoria, hemos recorrido todo y no hay salida, la única salida es la de la aldea.

—¿Y por qué siguen entrando por las mañanas aquí?

—Para que la gente no pierda la fe, al menos tienen que tener alguna esperanza de que si se puede salir de aquí, pero nada, es imposible, no hay salida, esto solo lo saben las personas que entramos aquí, nadie más, si no la gente se deprimiría, por eso entran tan pocas personas de la aldea. —Me quedo pálida—. Y ahora ven conmigo, sé el camino de vuelta, pero como se haga más tarde ahí sí que seremos carne muerta, los monstruos oscuros salen por la tarde noche de su guarida y dan vueltas por el bosque, como no nos demos prisa estamos muertos, así que venga, sígueme, rápido.

—Yo... yo no quiero volver a la aldea con los demás —digo sin levantar la mirada.

—Pero que tonterías estás diciendo, Nicole, que te hemos hecho para que no quieras estar con nosotros, nos hemos portado muy bien contigo, y así lo pagas. —Me enciendo ante el comentario de Noah.

Levanto la vista furiosa, se puede decir que hasta me sale fuego por los ojos.

—¡Tú eres el menos indicado para decirme que me habéis hecho, tienes la poca vergüenza de decirme eso, os habéis portado fatal conmigo, sobre todo tú, eres un hipócrita, un mentiroso, un embustero, solo querías reírte de mí junto con los demás, solo soy un juego para vosotros, sobre todo para ti, me querías enamorar, te hacías el simpático solo para divertirte y cuando te cansaras de mi me darías una puñalada por la espalda! —Comienzo a llorar—. ¡Ahora entiendes porque no quiero volver, prefiero quedarme aquí y convivir con los monstruos oscuros esos que seguro que se portan mejor conmigo que vosotros!

Noah no dice nada, solo tiene la mirada triste, está avergonzado, muy avergonzado.

—Yo... lo siento mucho, pero tú no sabes la verdad... y no puedo contártela. —responde Noah, suena bastante arrepentido.

Tú, mi enemigo, mi amor, mi vida.Where stories live. Discover now