Capítulo 22: Eres mi héroe.

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Todos los invitados se levantan rápidamente de sus asientos y gritan horrorizados.

—¡Qué horror! ¡Quienes son estos vagabundos malolientes, que alguien los eche de aquí! —exclama Eustaquia señalando con el dedo a los chicos.

—¡Que cojones! ¡Cómo habéis salido de la habitación pandilla de desgraciados! —grita Jorg lleno de furia.

Me quedo paralizada, ¿cómo han podido salir de ese sitio si no sabían la contraseña?

Yo no puedo dejar de mirar a Noah, a mi Noah.

—¡Nicole corre, ven con nosotros!

En este momento soy consciente de todo lo que está ocurriendo, recapacito y voy corriendo hacia Noah, pero unos brazos me impiden avanzar y me sujetan con fuerza por la cintura y por el brazo, yo me muevo angustiada, pero todo es en vano, Jorg tiene mucha más fuerza que yo.

—¿A donde te pensabas ir muñeca? Ya sabes las consecuencias de escaparte de aquí, nuestra boda sigue en marcha, venga que te toca decir unas palabras.

—¡No! No me puedo casar contigo, no te quiero, yo solo amo a Noah, siempre lo amé y siempre lo amaré.

Todos los invitados se sorprenden y empiezan a cuchichear entre ellos. Yo me separo de Jorg, pero él vuelve a coger mi brazo bruscamente.

—¡Tú te casas conmigo o ellos mueren a la de tres Nicole!

—¡Jorg, de que estás hablando, yo no te he educado así, como que mueren a la de tres, pero que es esto Jorg! Si Nicole no se quiere casar contigo no la puedes obligar, hijo no entiendo nada —responde Mary acercándose a nosotros.

—Mamá no te metas por favor. ¡Nicole habla de una vez, di que si quieres casarte conmigo, vamos! Señor cura puede continuar la ceremonia, ¡rápido! —se acerca a mi oído y me susurra—. Como hagas otra tontería me cargo a tus amigos aquí mismo, me da igual montar el espectáculo aquí. —Saca una pistola de sus pantalones, abro los ojos asustada, ya no me queda de otra.

—Yo... yo.... a.... —comienzo a tartamudear.

—¡Venga, rápido! —Cierro los ojos esperando a que la tierra me trague.

Escucho chillidos de la gente y abro los ojos rápidamente, las luces se han apagado, no se ve nada.

—Nicole, ¿dónde estás? —dice Jorg un poco asustado, escucho como se le cae la pistola de las manos, pero no veo nada y no puedo ponerme a buscarla ahora.

Perfecto, a Jorg le da miedo la oscuridad desde siempre, desde que éramos unos niños, cada vez que se iba la luz aquí temblaba como un niño de cinco años, parece mentira la verdad, con lo que presume él de que no le teme a nada, y cuando se apagan las luces se asusta como un niño de tres años.

Me agacho y comienzo a gatear en línea recta, así no me choco con nadie, ya que la gente está a los lados de la sala sentados o de pie esperando a que vuelva la luz, pero cuando estoy a mitad de camino, más o menos ya que no se ve nada, una mano coge la mía, me asusto mucho pensado que puede ser Jorg.

—Cariño, soy Mary, sigue todo recto y te encontrarás a tus amigos, están en la puerta esperándote, les he dicho que no se muevan de ahí, tenéis que ir hacia la derecha y cuando crucéis todo recto, en cuanto salgáis de aquí las luces se volverán a encender, os doy dos minutos de margen, suerte.

—¿Cómo? No entiendo nada Mary —respondo desconcertada.

—No hay tiempo para explicaciones, corre, huye de aquí, ellos te lo contarán todo.

—Gracias, Mary.

No tardo mucho en encontrar la puerta, ya que solo tengo que gatear en línea recta, encuentro el pomo, abro la puerta con cuidado y salgo escopeteada.

Tú, mi enemigo, mi amor, mi vida.Where stories live. Discover now