Capítulo 14: Memoria.

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Jacob coge a Noah del brazo bruscamente, lo aleja de mí y le da un puñetazo en toda la cara con todas sus fuerzas.

—Esto te pasa por robarme a mi chica capullo —exclama Jacob tocándose la muñeca—. Y tú. —Me señala con el dedo—: hemos terminado, no quiero saber nada más de ti. —Me mira decepcionado y furioso.

Yo me quedo callada, me siento avergonzada, está claro que nos ha visto en la cabaña y me siento fatal, no debería de haberle hecho esto a Jacob... con lo que me quiere él a mí.

—Ja-Jacob... yo... lo siento mucho.

—¡Mejor cállate! No digas nada. Si te he visto con él, en su cabaña, debajo de él, ha sido horrible ver eso Nicole, no me lo esperaba de ti, y menos con ese pingajo de ahí.

—Jacob, por favor, yo no lo besé... —Las lágrimas comienzan a salir de mis ojos.

—¡Me da igual lo que me digas, eres una cualquiera!

—Jacob, ella no ha hecho nada. —los dos miramos a Noah—. Yo la besé, yo la obligué a que se acostara en mi cama.

—¡Y por qué se dejó besar por ti, además que hacia ella en tu cabaña!

—Me cabreé y la llevé allí, luego cerré la puerta con llave y la besé —responde mirándome serio.

—¡Y se puede saber porque te cabreaste con Nicole! —Noah me mira y se calla por un momento.

—Porque estoy enamorado de ella, y soy un estúpido celoso, cada vez que la veo contigo me hierve la sangre.

Me he quedado paralizada, paralizada.

Noto mi cara roja como un tomate, Noah clava su mirada en mí, yo miro a Jacob, él está muy enfadado, tiene los puños cerrados y se está poniendo rojo de ira, en cualquier momento va a explotar.

—Nicole, por favor, dile a Noah que solo te gusto yo y que estás enamorada de mí. —Jacob me mira con cara de desesperación.

Dios, no sé qué hacer, tampoco quiero herir a Jacob, pero él a mí no me gusta.

—Lo siento Jacob, pero yo... yo no estoy enamorada de ti. —Algo se ha roto dentro de él, lo he notado en su mirada, tiene la misma mirada que unos minutos antes de hablar con Noah.

Noah me mira triunfante, yo por el contrario le fulmino con la mirada.

Un sonido extraño, pero algo familiar, hace que miremos detrás nuestra, los tres rápidamente retrocedimos hacia atrás asustados.

—¡Un-un monstruo oscuro! ¡corred! —exclama Jacob, él comienza a correr, pero antes me coge de la mano y salimos de ahí corriendo dejando a Noah solo.

Él rápidamente nos empieza a seguir por detrás y nos coge enseguida.

—Gracias por dejarme solo chicos.

—Mira tío, no te ofendas, pero a ti no te salvaría en la vida.

—¡Queréis callaros los dos, nos está persiguiendo un ciempiés gigante! Parecéis imbéciles —digo con la lengua fuera, ya no puedo correr más y me paro.

—¡Que haces! ¡no te pares! Ven que te cojo en brazos. —Jacob me coge por la cintura, pero Noah lo aparta de mí.

—De eso nada, la cojo yo, que tengo más fuerza.

—No me hagas reír.

—¡Callaos! —Tenemos ya al ciempiés gigante en frente nuestra, el monstruo intenta atacar a Noah y a Jacob, pero yo alzo la mano y para inmediatamente—. ¡Para, no les hagas nada!

Tú, mi enemigo, mi amor, mi vida.Where stories live. Discover now