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Agarro lo poco que tenía y me volteo a ver los demás. Los observo con más atención y habían manchas de sangre y algunas rasgaduras en sus ropas.

  – Ether, necesito tu mano – Duster tiende su mano y espera por la mía. Analizo su pedido y me niego. 

–¿Por qué?

–Tú solo hazlo –antes de poder preguntar de nuevo o tenderle mi mano, de un rápido movimiento la toma y aprieta. De a poco las pocas heridas visibles que tenía se iban curando hasta que solo quedaron rastros de sangre seca.

–¿Y eso fue...?

  – Cosas de lobos, eres mi pareja y... – lo interrumpo antes de que termine. 

–Claro.

  – ¿Están listos? – la voz de Allen nos interrumpe y volvemos a la realidad. 

Una realidad en la que estaba completamente desorientada. 

  – Nosotros – señala a Duster y luego a él – iremos primero, ustedes vendrán detrás de nosotros. 

Allen abre la puerta y mira verifica los alrededores. Todo estaba en completo silencio. Tomo una larga respiración y trato de concentrarme. 

Un extraño ruido hace eco en la oscura y vacía habitación, pero no había forma de ver nada. Otro ruido mucho más fuerte y retrocedemos hasta la habitación, donde había un poco más de claridad.

Antes de pueden cerrar la puerta ésta se abre de manera repentina dejando entrar a una extraña sombra negra, sin una forma real pero a la distancia se podía sentir que el ambiente había cambiado. Esa cosa lo había cambiado.

Sin pensarlo un poco más, tomo uno de los cuchillos y lo lanzo. La figura estuvo allí un segundo para después caer como un oscuro polvo.

Al mirar a los demás no estaban en la habitación, se habían marchado.

Volviendo a respirar profundo, coloqué y até la cinturilla en mi cintura, cargada de cuchillos y volviendo a sostener el que hace un momento había lanzado. Si esas cosas no atacaban y me daban tiempo a lanzar, todo iría bien. 

Salgo corriendo de la habitación y repito el camino que habíamos hecho horas antes con mamá, tratando de ver algo en plena oscuridad. 

Antes de llegar a la cocina escucho un gruñido y me encuentro con un par de ojos grises, era un desterrado pero sabía que no era el líder de ellos. Lo veo olisquear el aire y salgo corriendo del lugar. Estaba a punto de salir de la cocina pero un fuerte empujón me estrelló con el horno de barro. Intentando ignorar el dolor, busco el cuchillo que tenía pero no estaba, pero antes de poder tomar otro el oscuro cuerpo peludo es lanzado y Duster está frente a mí.

Borraría su sonrisa de victoria.

  – Momento de irnos – toma mi mano y me jala poniéndome de pie. Los primeros pasos me costaron pero cuando vimos que era necesario correr, lo hicimos.

Fuera de las gran casa nos estaban esperando Allen y Jules. Un gruñido sonó en mi oído y el ruidos de huesos quebrándose me llevaron a ver a Duster transformándose. Gruñía cada vez que uno de sus huesos se quebraba y se iban acomodando en diferentes lugares. Su pelo comenzó a llenar su cuerpo y su ropa fue desgarrada en totalidad.

Al ver que había desterrados detrás nuestro Allen también se transforma y toma lugar al lado de Duster. Un lobo marrón oscuro al lado de uno marrón claros.

Era la primera vez en mi vida que podía ver lobos convertidos de cerca. Su pelaje se veía tan espeso pero suave, sus ojos brillaban y sus delicadas orejas eran preciosas.

Los lobos corrieron unos contra otros, gruñendo violentamente, mostrando sus colmillos y haciendo lo imposible por morder en alguna parte del cuerpo a su oponente. Era fácil diferenciarlos, todos los desterrados tenían ese apagado color gris, mientras Allen y Duster tenía ese brillante color vivo.

Era un vista asombrosa.

Al volver a mirar a Duster un desterrado clava sus colmillos en su hombro, al verlo retorcerse y llorar de dolor no pude aguantar, y salté encima del desterrado clavándole el cuchillo de plata repetidas veces hasta que quedó tendido en el suelo.

Allen me ayuda a pararme y suspiro de alivio verlo en perfecto estado. Ambos caminamos hasta Duster y tomé su mano. Tenía que curarse rápido así podíamos salir rápido de acá. Aunque no tenía idea de a dónde iríamos. 

Ignorando sus ojos que estaban fijamente mirándome y la sensación de mi mano apretando la suya. Cargamos a Duster para poder escondernos y nadie nos viera.

Era de noche pero todo estaba iluminado por fuego y lo único que se podía escuchar eran los feroces gruñidos y gemidos de dolor. 

  – Ether ¡Cuidado! – miro detrás de mí donde estaba mirando Allen con horror y una sombra idéntica a la que había osado atacarnos venía a nosotros sosteniendo algo. Al no poder hacer nada más que quedarme allí inmóvil Duster me empujó y se interpuso entre ambos.  

Duster es lanzado hacía atrás estrellándose contra un árbol mientras Allen robaba unos de mis cuchillos y se enfrentaba a él. Llegando al lado de Duster y esperando a que se cure me sonríe. 

Le quería devolver la sonrisa, pero me negué. No podía, pero si le agradecía lo que había y hacía por mí.

Escucho a Jules gritar y siento toda mi sangre congelarse.



No quiero ser tu lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora