29 de Marzo

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Estaba nerviosa, no quería salir de mi habitación, aunque sea una tontería. Trajeron a un tipo nuevo. No lo sé. Simplemente no tengo idea. Él no debería estar aquí, si no en la cárcel. Trajeron a un hombre con problemas de conducta violenta sospechoso de tres asesinatos de adolescentes femeninas, ya no se cómo funciona la ley en este país lleno de estúpidos...
En todo el día no ha parado de gritar y golpear la puerta y las paredes, está hecho un torbellino de furia, de rabia extrema, no para de hablar de una tal "Milla", "¡Pregúntenle a Milla!", ó "¡Ella está bien!", no lo se, está totalmente enloquecido.
Aunque, hay algo en lo que he estado pensando. Ese extraño chico de cabello blanco y piel de fantasma, él parecía estar bien pero en cuanto vió detrás de mi pude ver un miedo en un estado tan puro en su rostro, no lo sé, era extraño. ¿Su cabello era teñido?, ¿O eran canas?.... ¡Demonios Alice, conséntrate! Bien, suponiendo que Él está mostrandose ante la gente, ¿Cómo es que aquel chico podía verlo pero los enfermeros que aparecieron, no? O, ¿Y si Él se desvaneció cuando aparecieron los otros?, o incluso ¿Qué tal si hablaba de algún doctor que se asomaba por la puerta?, ¿Y si le hacen daño y por eso se alteró tanto?, o... tal vez solo me hago ilusiones... el tipo de verdad está demente y estaba alusinando, y realmente soy la única persona cuerda aquí. Meh.
- Señorita, ya tengo esperándola diez minutos, tiene que ir con el Doctor Anderson si o si.
- ¡Oh!, si si, ya voy, estaba... vistiendome Me "arreglé" un poco el cabello, entre comillas pues no tengo un espejo, nadie lo tiene. Apenas llegué a la puerta, tomé la perilla para abrirla pero alguien la giró del otro lado, abrieron y me topé de nuevo con esos blancos ojos de contorno oscuro, el solo me miró un segundo para luego desviar los ojos encima de mi hombro, suspirar de manera cansada e irse mirando el piso, se veía avergonzado... no lo se... tal vez solo es mi imaginación, no debo hacerme ilusiones. No hay manera de dialogar con nadie aqui.
Entré al consultorio y el doctor estaba con los codos recargados en su escritorio de cristal mientras se tallaba los ojos, demonios, estaba exasperado.
- Bien... hoy te voy a dar el gusto de no hablar de "Él"- Decía haciendo comillas con sus dedos - Pero necesito que me respondas todo lo que te voy a preguntar con completa sinceridad...- Bajó las manos recargandolas en el escritorio, se calló en seco por un momento y prosiguió - ¿Estas relacionada con el chico que acaba de salir por la puerta?
- Pues... ayer me lo topé. Gritó un par de veces y las enfermeras se lo llevaron
- ¿Segura?
- Si
- Bien... ¿Que soñaste esta noche?
- La única persona de poca confianza aquí eres tú
- Usted Alice. USTED. Y bien, ¿Que esperaba? Es mi trabajo
- Que estupidez
- Bueno, ¿Vas a colaborar o prefieres que te mandemos a dormir?
- Ahora que lo pienso... soñé que me sacaban de aquí. Y luego este lugar se quemaba.
- Escucha niña ya tuve suficiente con el otro niño, así que mas te vale ser útil
- En serio
- ...Es todo
- Le estoy diciendo la verdad- Decía ya molestandome y cerrando los puños, rasguñando ligeramente la madera de la silla
- Sal de aquí
Me levanté violentamente y regresé a mi habitación muy molesta... con los enfermeros, claro.
Me recosté en mi cama no sin antes fingir que me tomaba las pastillas. Es muy fácil engañarlos.
En cuanto se fueron, me puse a pensar que puedo hacer. Aquí no tengo mis audifonos, no tengo muebles que mover mas que la cama, y no tengo gises como para al menos hacer un dibujo en la pared.
Me tiré al piso a ver el techo, lleno de garabatos y arañazos, quien sabe qué clase de personas estuvieron antes de mi en esta habitación.
Realmente extraño ser libre...

El Extraño Caso de Alice. #Gemma'sAdwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora