Grito Ignorado

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Sangre en el piso, en mi ropa, en mis brazos, mis venas para ser exacta, no podía moverme, estaba estática como si mis pies se clavaran en el piso, luego hubo silencio.
Profundo e inquietante silencio.
Dolía.
Me estaba muriendo.
Sangraba.
Lloraba.
Hey, hey Alice, hey tu, si, por aquí, déjanos llevarte, estamos aquí, Alice, estamos aquí...
No.
Pssst, Alice, duerme... Todo estará bien, cuando abras los ojos todo estará bien, déjanos llevarte Alice, Alice...
Ya era hora. Se acercaban y yo lo sabía, no podía ver mas allá de lo que mi vista periférica me permitía ya que no podía mover la cabeza, estaba totalmente inmóvil, y ellas ya venían.
Las voces.
Las sombras.
El miedo.
Él.
Todo se oscureció.
Por un momento, sentía que no existía, como cuando duermes sin soñar nada y solo puedes ver un oscuro fondo, precisamente, negro. No sientes ni oyes nada, solo estás ahí, no puedes verte ni tu, no existes, pero estás consiente de ello... Y desperté.
No supe que fue lo primero que vi, todo estaba distorsionado y sentía una presión en los ojos, no podía respirar, grité, grité incansablemente mientras sentía que levitaba y como algo comenzaba a tocarme la piel, era agua. Estaba en la tina, ahogándome, y diluyendo la roja sangre que brotaba de mis venas posiblemente a punto de vaciarse, me incorporé con los ojos cerrados y la respiración agitada, grité. Una vez. Dos veces. Tres. Cuatro. Pero nadie me escuchó... Sollozaba ahora casi en silencio notando que nadie iba a ayudarme, nadie iba a escucharme, nadie iba a salvarme ahora. Se acercaba... Él se acercaba, pero esta vez fue diferente. Llegó con la forma del niño. Cerré los ojos mientras sentía mi cabello gotear y el agua resbalándose por mis hombros y mi clavícula, abrí los ojos, y ahí estaba. Cabello blanco y ojeras muy grandes..
- ¿D...Damon?...
- ¿Qué te pasó? - Decía con la cara casi inexpresiva
- No lo se... No lo se
- ¿Por qué sangras?
- No lo se
- Sal de ahí, debo hablar contigo
- Pero...
Y se fue, se veía distante y serio, ni siquiera parecía el mismo Damon, algo raro le estaba pasando y me preocupaba por él, por que lo quería, y por que era la única persona en la que confiaba, prefería hablar con él sobre mi problema que con mis padres, salí de la tina sin saber qué pasó y cómo llegué ahí exactamente, me fui a mi habitación y me puse vendas en las heridas, estaba bastante extrañada y algo aturdida, bajé y encontré a Damon de pie frente a la sala, llorando.
- ¿Damon, que te pasa?
- Nada, Alice... Por favor... Alejate de mi
- Pero dijiste que...
- No, no, no hagas caso, solo... Me iré de aquí, enciérrate por favor, no me dejes entrar
- ¿De que hablas?, Damon, ¿Eso que está en tus manos... Es sangre?
- Alice, te lastimé, lo siento, por favor, lo siento, siento haberte metido en tantos problemas, siento el no haber podido protegerte de esos imbéciles del hospital y siento haber sido la persona más inútil para ti,de verdad perdóname
Damon se dirigió a la salida de la casa, pero enseguida cayó de rodillas al piso gritando y tapando sus oídos, se retorcía y su espalda empezaba a sangrar, corrí hacia él y levanté su camisa encontrando cientos de cortes con las palabras "Atrápalos, Mátalos", algunas eran tan profundas y terribles, corrí por varios parches y vendas que traté de ponerle pero se movía demasiado
- ¡Damon, quédate quieto!
- ¡Déjame Alice, debo irme, no puedo tenerte cerca!
- ¡¿Por que?! ¿Es que acaso... Me odias?
- ¡No!, ¡Agh, mierda! ¡No puedo!
Se arrastró a la puerta pero lo detuve, no podía irse en ese estado, estaba perdiendo mucha sangre, lo abracé por la espalda sollozando, no quería que se fuera, si seguía negándose a que lo ayudara podía morir
- ¡Maldita sea, no voy a dejarte irte!
- ¡A...lice!... Déjame... Por favor - Dejó de pelear, se dio la vuelta y se dejó caer en mis brazos llorando, no sabía por que estaba así, pero podía sentir la sangre aún corriendo- Alice... Debo irme
- ¿Por que?, Solo hablame, todo estará bien
- Él estuvo usándome... Maté a mi hermana... Ella seguía viva... Y... Estaba embarazada de su esposo... No quiero lastimarte a ti también...
- Oh Damon...
Era cierto. Algo me lo decía, Damon no lo había hecho.
- Alice... Por favor aléjate de mi
- ¿Eh?, Damon, no, esta bien, no voy a-
- ¡¡VETE!!
Me empujó y cuando intenté volver a acercarme a él, vi su rostro.
Sus ojos estaban totalmente blancos, tornándose rojos a medida que más tiempo me quedaba viéndolo
- Alice... Corre...
- ¡Damon!
- ¡¡CORRE!!
Y eso hice. Corrí a mi habitación y me encerré con el corazón a mil por hora, me metí en un pequeño hueco que había detrás del armario y me quedé ahí, en silencio.
Escuché los pesados pasos de Damon acercándose a la puerta y tocando sin preocupación alguna, estaba totalmente bloqueada y sin saber qué hacer, ese.. Ese ya no era Damon. Ese era Él.
Y quería entrar.
"No podrás esconderte siempre, no podrás respirar siempre... Abreme Alice, abreme, déjame entrar..." Y ahí estaba. Su maldita voz. Era horrible... Y la odiaba, no quería escucharla, no quería, no podía, me tapaba los oídos pero seguía retumbando en todos los rincones de mi cabeza, me quedé ahí en la oscuridad del hueco.
"Voy a encontrarte Alice, te voy a encontrar niñata.."

El Extraño Caso de Alice. #Gemma'sAdwards2016Where stories live. Discover now