Miedo

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- Yo me quedaré acá - las palabras que habían salido de los labios del más pequeño ninguno de los presentes hubiera imaginado que lo haría y fue aún más inesperada la respuesta.
- tu no te quedarás - aquellas palabras habían salido de quien menos se hubieran imaginado, la Bestia. Greg lo miró y su dulce rostro mostró una mueca de reproche.
- ¿por qué no puedo?-
-porque no...- la Bestia evitó el contacto directo de sus ojos con los del más pequeño.
- Dime...- Los ojos de Greg se comenzaron a llenar de lágrimas mientras agarraba del saco al otro y se lo tiraba.
-Morirás...- Las palabras de aquella Bestia de ojos blancos como la nieve, provocó que todos se quedaran perplejos- y será por mi culpa, este bosque es muy peligroso incluso yo soy lo más peligroso que hay acá, no sé si yo pueda protegerte de mi o de los otros males y prefiero que te vayas a verte morir por mi estupidez- Todos vieron atentamente a la Bestia que ahora tenía la cabeza agachada.
- Wirt...- la voz de Greg fue casi inaudible, pero fue lo suficientemente fuerte como para sacar a su hermano de sus pensamientos.
-¿Qué pasa Greg?-
- Puedes dejarnos a solas un poco-
-pero...-
- ¡Wirt! Ya no tengo ocho años ¿si? Podrías dejarme hablar con él -
- Está bien...- Wirt no estaba convencido por completo mas agarró de la mano a Dipper para así marcharse de aquella cabaña y volver a el cálido exterior.
La Bestia y Greg quedaron solos en aquella pequeña habitación de paredes de madera. La mirada del más pequeño se concentró en el otro, sólo él se había dado cuenta que de los bellos ojos blancos de su querida Bestia caían unas lágrimas rojas como la sangre. A pesar de que Greg había vivido tan pocos años era la única persona en toda la vida de la Bestia que lo había logrado entender tan bien, nunca nadie había querido acercarse tanto a él, sin embargo este pequeño le había dado su afecto sin pedir nada a cambio, sólo lo quería. El pequeño se lanzó hacia la Bestia y lo abrazó tan fuerte como pudo, el otro le correspondió el abrazo con fuerza, con miedo de que desapareciera en un instante y también con delicadeza por temor a que si tratase de una ilusión pudiera desaparecerla, pero todas estas inseguridades que envenenaban su corazón se curaron con unas simples palabras del otro.
- Te amo.-

En lo desconocido (Wirt x Dipper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora