Enamorada de mi profesor

capítulo 1

Estaba con el, todo estaba bien, sentía sus besos de una forma intensa... Lo sentía.

No tarda y me despierto de golpe, había vuelto a la realidad, fue solo un sueño, en el que el era completamente mio y yo... completamente suya.

Mi madre entra en mi habitación. Y me dice:

— ¡Ah! estábas despierta.

— Recién desperté- digo haciendo un mojin.

— Ya, levántate, para que me acompañes a comprar- dice destapandome por completo.

Gruño.

— Mamá, porfavor, es sábado
quiero dormir un poco mas...

— No. Es muy tarde para seguir
durmiendo. Ya levántate- me dice retirándose de mi habitación y cerrando la puerta.

Me levanto y me siento en la cama. Tomo mi celular y veo la hora. Rayos las 9:44 Am.

¿¡Esto es para ti tarde Madre!?.

Me levanto y pongo algo de música.

Luego de eso me voy a dar una ducha rápida para después tomar desayuno.

• • •

En el trayecto del camino, ya estámos de vuelta, todas cargadas con frutas. Yo voy con lentes, y toda despeinada por el viento de otoño, es un día soleado, un clima agradable para mis mejillas que se ruborizan ante lo mínimo.

Cruzamos la calle y en frente hay un chico de unos veintitantos que alto no muy moreno, pero guapo a mi vista.

Se queda mirando a mi mamá y ella le saluda de un gesto con la mano, le dice "hola" con un tono amigable.

Yo le quedo mirando boquiabierta pensando..."ni le conoce y le saluda". Pero mientras pienso eso el le de vuelve el saludó con un gesto con la mano y una sonrisa.

Definitivamente la sonrísa más bella que he visto.

Cuando ya pasamos por su lado, no espero más, la curiosidad me mata.

— ¿Lo conoces?.

— Sí- dice- es el hijo de una amiga de una amiga-me dice mirándome esta vez.

Una amiga de una amiga.

Esbozo una sonrisa.

— Pues el hijo de tu amiga de tu amiga- digo riéndome de su expresión - esta bastante guapo- digo sin evitar poder ruborizarme.

Mi madre me mira y no puede evitar reír.

— Es profesor de matemáticas -me dice- tal vez podría ayudarte a ver si subes el promedio. -me dice seria.

Me hecho a reír. ¿En serio?. Ni le conozco como se le ocurre que podría hacerme clases. No que vergüenza.
Un desastre aún más sabiendo lo tímida que soy.

Llegamos a casa, desocupamos las bolsas, no hay nada mejor que tener muchas frutas para la semana.

Al menos el tema de el "profesor de matemáticas" ya se corto. Porque en serio que vergüenza...

Le ayudo a mi madre a preparar el almuerzo para después ir a estudiar un poco.

• • •

Durante el almuerzo, que es pollo a la plancha con patatas fritas y verduras. Mi madre me saca el tema de mis estudios. Que debo de subir mis notas y todo. Que como estoy para la prueba justamente de matemáticas de esta semana.

— De verdad que quiero que subas tu promedio, Jenny - se ve preocupada.

Ash es que de verdad siento que no sirvo para nada de lo que enseñan en ese colegio.
¿No les pasa? Que sienten que el sistema en su país no es para tus habilidades...

— Tranquila, es pan comido -creo que puedo con esto de subir mis notas.

Sé lo inteligente que soy sólo que me da pereza.

— Para ti todo es comida, Jennifer– toma un sorvo de su jugo– el chico que vimos hoy, mmm Chris... Se llama, es profesor de matemáticas como te dije, podría hacerte clases para el exámen que tendrás dentro de unos días... No sé que dices... -me dice jugando con su comida pero sin mirarme a los ojos.

¿En serio mamá? Que te pasa, no le conozco no habrá suficiente confianza como entenderle lo que sea que me quiera a explicar. Que vergüenza en serio.

La simple idea me aterra.

No se por que me aterra. Es como si algo de mi lo rechazace pero en el fondo si quiere. Es extraño.

Ay las hormonas.

— ¡Mamá! Como se te ocurre, no le conozco - digo un tanto incomoda.

— ¿Y eso qué? Solo te enseñará matemáticas, no te vendría a que le cuentes de ti - dice arqueandome una ceja.

Tiene razón. ¿En que pensaba?.

La miro y no puedo evitar reír. Pero río de lo nerviosa. No se por qué, pero ni le conozco y causa un efecto en mi que no sabía que podía sentir...Es como si ya le conociera, como si... No lo sé.

Solo me río y retiro mi plato, lo lavo.

Le doy un beso en la mejilla a mi madre y le agradezco por la comida. Me retiro a mi cuarto.

Una vez arriba trato de concentrarme en mis estudios y olvidar lo que acaba de pasar en el almuerzo aveces suelo sentirme tan ilusas.

Los nervios se apoderan de mi cuando alguien me llama la atención y me traicionan.

Intento estudiar.

Pero es cuando lo intento que hasta la pared se vuelve más interesante.

No sé me sale de la cabeza la idea de que ese chico me haga clases particulares de matemáticas, es un tanto incomodo y me siento extraña al solo pensar la idea.

Mi subconsciente despertó y me mira boquiabierta.

Qué acaba de pasar... –me dice.

Está boquiabierta... y bueno... ese chico ni si quiera sabe lo que está pasando por mi mente.

Pero que hablo... si sólo hoy me vió por primera vez... y estoy segura que ni sabia que existía.

Obvio no... –resoplo.

Mi madre me interrumpe de mis pensamientos gritándome desde el primer piso.

— Iré donde Ana. Vuelvo en un rato, tu estudia- escucho que dice mientras está cerrando la puerta.

Mi subconsciente me dice. "claro que estudiaré, cuando la pared ya no se me vuelva tan interesante". Me hecho a reír por que me veo ridícula hablando sola y solo intentó concentrarme en lo mío.

• • •

En el rato que estudio, siento que mi madre llega y me pide que bajé. Yo obedezco y bajó.

Me mira y podría jurar que está emocionada.

— Te tengo noticias. Vengo de casa de Ana.- está algo ansiosa.

Rápidamente mi subconsciente me dice, "la amiga de la mamá del chico guapo nena".

Cállate -me respondo mentalmente.

— Pues adivina...-me dice sonriendo.

— Me dejaras una semana sola, ¡vivaaa!- digo alzando los brazos.

— No, boba.

— Me rindo, ¿que pasa?... -me come la curiosidad.

— Adivina quien vendrá a hacerte clases de matemáticas - me dice muy emocionada.

Pongo expresión de horror.

Mamá, no te creo.

Estas bromeando.

¡QUE! Mi subconsciente esta boquiabierta y yo también. Es que ¡NO LO PUEDO CREER!

Mamá, por qué... que mierda hiciste.