Capítulo 7

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Blake

Cuando la ambulancia se fue con Gabe dentro, yo me quedé con su madre, Aeryn. Gabe no sabe que tengo mucha vergüenza cuando estoy con alguna chica solo, sin nadie a quien conozca. Y esto empeora cuando la chica o mujer con la que estoy es la madre de un amigo.

"Calma Blake, calma. Sabes que conoces ya a Aeryn, ¡no hay problema!" me decía yo mismo en mi cabeza.

- Blake, venga, no podemos quedarnos de brazos cruzados. - me dijo Aeryn justo en ese momento. - Debemos investigar cosas acerca del espectro. Tenemos muchas pistas; solo falta encajarlas o aclararlas.

- Entonces... ¿ adónde vamos? - pregunté.

- Deberíamos ir a mi casa, por ahora sigue intacta.

Las calles de Delaware se veían ahora más oscuras, como si la luz de las farolas hubiera disminuido por alguna causa. Poco a poco fuimos avanzando por las siniestras calles de Delaware. Todavía era temprano, aproximadamente las nueve de la noche, pero apenas se veía gente por la calle. Solo se podían ver a las personas que vivían en el mismo edificio del refugio ardiendo de Aeryn. Salían corriendo a ver qué ocurría, o unos curiosos que simplemente se asomaban a las esquinas de sus calles a ver aquel incidente.

- Una cosa, Aeryn... - dije por el camino. - Antes de que toda la casa explotara, Gabe dijo que saliéramos de la casa. Por tanto, ya sabía que iba a explotar.

- Blake: evidentemente, cuando hay una fuga de gas, cualquier contacto con fuego provoca una explosión. - dijo Aeryn.

- Ya, eso ya lo sé, pero la cuestión es esta: el espectro apagó las bombillas y las velas, y no había nada de fuego cerca. Entonces, ¿ cómo sabía Gabe que iba a explotar y cómo explotó?

- Vaya... es verdad. - murmuró Aeryn. - Además, el espectro no pudo haber encendido fuego... ¿o sí?

Permanecimos callados después de que Aeryn dijera esa frase. Teníamos que ir desvelando misterios, poco a poco.

Después de un rato de conversación, llegamos a la casa de Aeryn, esta vez más tranquilos, sin haber visto una mujer atropellada por un coche fantasma ni nada por el estilo, excepto por ver y sufrir una explosión.

- Adelante, entra. - dijo Aeryn, mostrando la puerta. - Antes de que llegue Gabe deberíamos tener casi todo resuelto.

Aeryn me llevó hasta una sala muy parecida a la de su refugio, como la sala en la que estuvimos cuando nos enseñó el libro de los espectros. Aquella habitación era como una pequeña biblioteca llena de libros extraños y antiguos pergaminos. Era un poco pequeña, pero muy acogedora, con una alfombra en el centro de la sala y dos sillones con unas mesitas al lado derecho. También tenía una chimenea hecha de ladrillo que sobresalía de un lado de la habitación.

- Blake, tú busca por este lado, yo buscaré por este otro. - me dijo Aeryn.

- Vale. - contesté. Las estanterías estaban casi todas llenas de antiguos pergaminos y hojas, y solo se veían unos pocos libros rotos y polvorientos, en los que apenas se podía leer algo.

Aeryn y yo estuvimos un buen rato leyendo y viendo papeles, libros, e incluso encontramos una bala de pistola detrás de unos montones de papeles.

- ¿Una bala? - pregunté.

- ¡Aquí está! Creí que la había perdido... Es muy importante para mí. - dijo Aeryn, emocionada. - Fue la bala que mató al enemigo de mi bisabuelo en la guerra de 1812.

- Vaya... Sí que hace tiempo de eso... ¿Y cómo la conseguiste?

- Había una persona en el bando de mi bisabuelo que se la regaló a mi abuelo. Él mismo estuvo viviendo sin su padre ni su madre (mi bisabuela), ya que la llevaron presa al centro militar del bando contrario y la ahorcaron. - A Aeryn se le empezaron a escapar algunas lágrimas. - Mi abuelo pudo sobrevivir a la guerra, se casó y tuvieron a mi madre, que poco después me engendró a mí. Ella me dio la bala y cuando me mudé aquí la perdí... Bueno, vamos a dejar ya el tema, y sigamos investigando.

Hubiera no preferido sacar ese tema, pero ella empezó hablar, y cuanto más hablaba, peor me sentía. Su familia llevaba una vida muy mala y confusa, pero al final pudieron salir adelante.

- Blake, mira esto. - me dijo Aeryn antes de que me pusiera a investigar. Me enseñó un papel antiguo, quemado y manchado de los años. Parecía una carta escrita en la época del bisabuelo de Aeryn. - Léela Blake, por favor. Ya he tenido bastante con los recuerdos de la bala. - continuó diciendo, nostálgica y triste.

"22 de Agosto

Hemos atacado una de las bases del bando verde. Muchos han caído, pero ha merecido la pena recuperar nuestro antiguo puesto, como antaño. Vamos a organizar una gran fiesta en honor a los soldados caídos, y por la victoria que hoy este gran ejército disfruta. En cuanto a los soldados, no hay que preocuparse, pues los heridos están siendo atendidos rápidamente, y disponemos de grandes reservas de comida y bebida para satisfacer sus gustos. En este día la victoria nos ha ayudado para empezar la toma de nuestras tierras conquistadas. En estos días, nuestras ciudades nos corresponderán, y los verdes, ¡ay! ¡Qué será de ellos! Que se preparen, porque el bando rojo ha resurgido.

Madrugada del 22 de Agosto

Algo ocurre. Este silencio no se oía desde hace años, desde antes de que la guerra comenzara. Los grillos no cantan, el viento no mueve las hojas... algo va a ocurrir... ¡Los verdes están aquí! ¡Están matando a todos! ¡Es una emboscada! Vamos a huir hacia Delaware... Antes de qu..."



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