Siéntelo, ya no estas en casa.

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Lo que menos me importaba ahora eran los problemas del pasado, no podía perder tiempo, tenía que vivir el minuto y el segundo para mantenerme donde estaba, habia peleado para estar donde estaba y seguiría peleando hasta alcanzar la cima, porque sin duda yo seria el vencedor de esta batalla.

Dar órdenes, verlos divertirse y festejar un nuevo triunfo era algo que se habia vuelto habitual los últimos años, pero yo sabía que si daba pasos gigantes me caería de nuevo y el lograría sobrepasarme de nuevo, porque aunque yo no le miraba sabia que avanzaba lentamente pero a paso seguro hacia la meta, mientras yo corría por ella a golpe y tropezones, siempre era de esa forma. Cuando decía que sería el ganador lo decía muy enserio, por una vez le vencería en un juego que ambos sabemos jugar de memoria. Pero esto no solo era por venganza, por orgullo y por hastió, estaba algo muy profundo que nos involucraba a ambos... la muerte de L... la muerte y el entierro de nuestro pasado, porque dejamos atrás muchas cosas que sin duda eran importantes para nosotros, cada quien a su manera pero de igual modo importantes.

El humo de los cigarrillos y el aroma a alcohol con el cacao entre mis labios hacia de esta una noche regocijante en la que me perdía aunque fuese solo un momento en el mar de pensamientos que estaba enterrando con los años lentamente, esa mirada tuya con la que menospreciabas mis logros, ese tono de voz que me llenaba de rabia con el que te hacías superior solo a ti mismo, esa maldita mirada con esos malditos juguetes en tus estúpidas manos, calculando todo, sabiendo mis pasos antes de yo decir darlos, quería arrancarte las entrañas con mis propias manos y dispararte en esa hueca cabeza tuya... todo... todo tan tuyo. Fruncí el entre cejo mientras apretaba la barra suave entre mis manos, mi cuerpo se tenso de solo pensar en lo desagradable de tu presencia.... tu maldita presencia, tu respiración, tu aroma y tu voz, en especial tu voz, todo de ti me molestaba, me erizaba y tenía ganas de matarte... pero luego... cuando mi enojo se dispersaba como el cosmos en un segundos comencé a sentir, a recordar, el tacto de esa "maldita" piel tuya sobre mi piel... esa mirada perdida... completamente obscura que al toparse con la mía pareciera llenarse por entero y esa sonrisa que sin ser de sarcasmo o burla se fundía entre nuestros labios, tus dedos deslizándose casi con cariño por mi espalda y el aroma que absorbía de tu cuello y tus blancos cabellos, todo era como un mal chiste que llegaba después de mi rabia golpeándome de lleno en el rostro... si, a pesar de que te odiara con todo mi cerebro algo más de mi jamás podría detestarte tanto como debería, aunque tuviera problemas de ira tu sabias muy bien que yo jamás tendría el poder de sepultarte por siempre.

"—Siempre eres asi de cambiante, cuando nos conocimos eras mucho mas coordinado..." eso habías dicho una vez de entre tantas veces en las que nos encontrábamos solos en tu habitación, en el jardín o en donde sea, me parece que esa vez estábamos en tu habitación y tu tratabas de entender porque te había golpeado sin ninguna razón esa misma mañana, jamás te había molestado pero ese día mi violencia pareció sacarte de cámara.

"—Siempre vamos a competir en esta carrera contra el tiempo...

—Pero fuera de ella eres así... —me interrumpiste mientras recargabas tu espalda en la puerta de la habitación." Ahora que lo recuerdo tu habías ido a mi habitación con ese brillo perdido en tus ojos, buscando respuestas, me tomo desapercibido que irías a buscarme, eso no pasaba nunca, pero esta vez parecías perdido entre pensamientos que jamás te vi intentar comprender... no... No tratabas de comprender pensamientos... si no, sentimientos que quizá ninguno de los dos había sentido jamás.

"—¿Porque? —cuestionaste mientras alzabas la mirada del suelo y contra atacabas tu mirada con la mía-

—Near... —susurre tu nombre mientras me levantaba de mi cama, caminaba despacio hacia ti, te veía tensarte al quedar tan cerca de tu rostro, subí mi mano y por primera vez con duda de si te apartarías de mi roce tu rostro que tenía una marca rojiza del golpe de esa mañana—

Tu rostro se volteo con suavidad hacia la derecha y tus manos no se apartaron de la madera de la puerta detrás de ti. Nos quedamos en silencio mientras mis dedos pasaban suavemente por el golpe en tu piel, tal como lo había hecho el día en el que comenzamos toda esta locura.

—Mello... —giraste tu pequeño rostro hacia el mío y me enfrentaste— siempre competiremos por ser el mejor, ¿no?, pero no entiendo...

—Estúpido —interrumpí mientras bajaba mis rosto hacia el tuyo, solo para sentir tu aliento errático chocar contra mis labios, esa sensación cerca de ti siempre me hizo sentir algo adictivo— no se supone que entiendas... es lo mejor de esto... que al menos yo se que siempre ganare en esto... —me miraste y entonces note que tenias todas las respuestas que querías— no se trata de entender, pelusa, se trata de sentir... no voy a explicarte porque lo hago si eso es lo que quieres, te detesto como no tienes idea, maldito bastardo —entonces en tu rostro pude ver esa sonrisa socarrona y sarcástica que solo tu podías hacer, por ende igual sonreí—

Y como siempre no intentamos explicar porque nuestros cuerpos se movían lejos de nuestra voluntad, eras como un imán, un imán odioso para mí. Saboree tus labios con suavidad mientras mi mano no se había decidido a alejarse de tu mejilla golpeada por mi causa, te quedaste inmóvil correspondiéndome como solías hacer, tus brazos se estiraron y se enroscaron alrededor de mi cuello, poniéndote ligeramente en puntillas y yo sonreí de nuevo a mitad del beso.

—Near, te odio...

—Lo mismo digo..."

Deje salir mi aliento que empañaba el cristal de las ventanas del edificio, mire la gran ciudad con sus luces centellantes y comencé a preguntarme como había hecho ya tantas veces... ¿Qué haces ahora Near?... era una pregunta que contestaría muchas incógnitas, sabría de tu investigación y sabría que está sucediendo contigo, todos ganaríamos si tan solo esa pregunta fuera respondida por esa delicada voz que parecía estar a punto de olvidar en cualquier momento.

—Jefe, estamos listos para el siguiente movimiento. —Hablo una voz masculina y llena de gangosidad a mi espalda—

—Bien, esta noche daré un comunicado de algo importante.

Sonreí y mire mi reflejo en la ventana, los pasos sonoros en mi espalda se retiraron. Hay muchas cosas en la vida que solo aprenderás si te has caído tantas veces como yo, una de ellas es que de tanto golpe te vuelves casi invencible, que el dolor emocional siempre te atormentara y que las cicatrices sanan más rápido de lo que crees. Near y yo ya no éramos nada ahora, nuestra competencia, nuestra carrera contra el tiempo era lo único que ahora nos mantenía unidos y yo iba a ganar, no permitirá que un mocoso como él se atreviera a ganarme con tal arrogancia.

Mi sonrisa se reflejo aun más y con pasos pesados camine hacia las escaleras.

La mafia, me había costado tanto trabajo llegar aquí, pero Near, estas equivocado si crees que ganaras, yo conseguiré la libreta antes de que te des cuenta.

—Te venceré Near...

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N/A

Trato, enserio que trato explicar bien su conflicto pero no lo se, es difícil jajajajaja

Octavo capitulo, vamos rápido, espero les este gustando y sin mas, si alguien tiene algo que decir escribamelo abajo, si te gusta o no házmelo saber.

**Peith**

PDT: Tengo dos nuevas historias que subiré en lo que va de la semana antes de mis exámenes, así que si alguien se pasa por ellos cuando publique espero les guste también. 


Seamos Realistas. || Editando ||Where stories live. Discover now