cuarenta y nueve.

4.2K 526 27
                                    

Dylan nunca había ido a un baile.

Solo había visto en películas, y leído en algunos libros, que eran asombrosos. Pero su imaginación no iba más allá de unas cuantas mesas y varios globos. Y no fue nada así.

Jamás habría pensado en ver a sus amigos vestidos con un traje, o a sus amigas con vestidos tan largos. Había globos por todos lados (sí, no era broma, por todos lados. Hasta temía tropezar con unos) y hacia donde mirara, había reflectores de todos los colores. 

Había un gran escenario en la otra punta, y se preguntó cómo habrían hecho para hacer que entrara por la puerta del gimnasio. Vio algunos instrumentos por ahí, así que creyó que iba a tocar una banda más tarde. Sonaba música a todo lo que daba. Eso le gustaba.

—¡Dylaaan! —gritó Lola y se avalanzó sobre ella.

Era la segunda vez en la semana en la que Dylan se caía. Notó que estuvo a punto de rajar su vestido, y se levantó rápidamente.

—Eres una tonta —le dijo, y la abrazo, y sí, ella no la tiró a Lola —. Creo que estoy enamorada de tu vestido.

En realidad, eso fue lo primero que se le había ocurrido a Dylan.

—¿De verdad? —le preguntó —¡Eres la mejor! Pero no quería hablarte de eso, sino de esto, el baile, ¡es asombroso! Jamás creí que podrías hacer algo como esto —repuso unos segundos —... es decir, si, ¡pero tú me entiendes!

—Claro que si —le contestó Dylan, lo cual no era verdad.

—Aunque en realidad, no quería hablarte de eso —comenzó Lola —. Sino, de Colin. Sé que lo que ha hecho ha estado muy, muy mal; pero deberías perdonarlo. Yo no quise hacerlo, y él tampoco estaba muy seguro. A pesar de todo eso, en serio te quiere, y mucho. Dylan, no pido que vuelvan a estar juntos, pero si tan solo pudieras...

—Lola, gracias, veré que hago.

Dylan se sentía emocionada porque jamás había sido tan cortante en toda su vida. Lola la miró algo decepcionada, pero asintió y se dio la vuelta.

Aunque eso no importaba ahora.

Chris acababa de llegar, y parecía que buscara a alguien. Y a Dylan nunca se le habría ocurrido que un traje pegaría tan bien con unas converse.

Se veía tan bien, y al parecer lo único que había hecho fue peinar su cabello. Después de todo, los milagros si existían.

Pensó dos veces lo que estaba a punto de hacer.

—Colin —se sentó frente a él.

Él la miró con un brillo en sus ojos, nada común.

—Hey —hizo una pausa —. Qué lindo vestido, me encanta el color azul.

—No vine para hablar sobre mi vestido —dijo Dylan —. Necesito que me ayudes con Chris.

—¿Y eso que tiene que ver conmigo? —preguntó Colin, desconcertado.

—Mira, no quiero ser una ex novia resentida, ni nada de eso. Pero él realmente me importa mucho, y necesito tu ayuda —estaba esperando alguna respuesta, pero Colin esperaba a que siguiera hablando —. Creo que él piensa que lo besé, solo porque tú habías besado antes a Lola.

—¿Besaste a Chris? —Colin fingió estar sorprendido.

—Muy gracioso —continuó —Pero si le hablaras, no lo sé, si le dijeras que yo no siento nada por ti...

Colin se tocó el corazón dramáticamente.

—¿Suelen decirte que eres muy directa? Porque lo eres.

—¿Y a ti que eres un buen actor?

Colin no respondió.

—¡Por favor! —hizo la mejor cara de perro que haya podido jamás, pero eso nunca había sido lo suyo.

—Con una condición —declaró él.

Ella suspiró, sabía que le diría algo así, era muy predecible.

—Dime.

—Di que soy el mejor.

—¿Por qué haría eso? —Dylan negaba una y otra vez con la cabeza.

—Vamos, ni que estuviera pidiéndote que subieras al escenario y cantaras —insistió Colin.

—No voy a decir eso.

—Bien. En ese caso, no prometo nada —declaró Colin, y ella fingió una sonrisa.

—Tú puedes hacerlo —afirmó Dylan.

Colin se levantó y fue directo a Chris. A ella no le quedó otra cosa más que cruzar los dedos.

Chris & DylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora