Dislexia |H.S|

SEIS: Un Harry soltero

-¿Luna?

No, no no no, esa voz... No, esto me pasa por entrometida.

Paré en seco y me di media vuelta para quedar frente a Harry.

-Oh, hola, Styles.- Lo saludé ocultando mi nerviosismo.

-¿Qué haces por aquí?- Preguntó acercándose a mi.

Me encogi de hombros.

-Sólo iba para mi casa, ¿y tú?

Harry me miró unos segundos antes de responder.

-Si, eh, también iba para mi casa.- Mintió. Su casa no queda cerca de aquí.

-Claro.- Dije iniciando a caminar de nuevo.

Harry me siguió el paso.

-¿Te molesta si te acompaño?- Interrogó.

Negué con la cabeza.

Seguimos caminando en silencio, era un silencio incómodo que me hizo estremeser, odio ésta clase de situaciones.

-¿Luna?- Harry habló.

-Mmm.- Dije para darle a entender que siguiera.

-¿Escuchaste lo que hablé por teléfono?

Sentí como el color subió a mis mejillas, bajé la mirada a mis pies.

-¿Qué? No, claro que no, y-yo sólo iba pasando, Harry.- Expliqué intentando no sonar nerviosa.

-Oh, si, cierto.- Finalizó.

Llegamos a la puerta de mi casa.

-Entonces, supongo que nos vemos en una hora.- Dijo Harry con una sonrisa.

Asentí.

Harry sonrió por última vez y se dio media vuelta para seguir caminando.

-¿Styles?.- Lo llamé antes que fuera más lejos.

Harry volteó con una ceja arqueada.

-Gracias por acompañarme.- Dije.

Harry sonrió mostrando sus oyuelos.

-De nada, Luna.- Y se fue.

Entré a casa y me dirigí a la cocina ya que moría de hambre.

Ahí estaba Matty en la mesa del comedor, con una caja de pizza frente a él.

Pizza, amo la pizza.

Corrí hacia la silla que estaba junto a él para iniciar comer.

-Oh, hola, Matty, ¿como estas? ¿Puedo tomar un trozo de tu pizza? Si, gracias.- Dijo Matty para llamar mi atención.

Ugh, ¿por qué no deja que me coma la pizza tranquila?

Rodé los ojos.

-Si, hola, Matty y todo eso que dijiste, gracias.

Y me metí el trozo de pizza a la boca.

-¿Qué no te enseñaron a saludar?- Me preguntó levantándose de la mesa.

-No saludar vuelve todo más casual, ¿no crees?

Matty volteó a verme con el ceño fruncido y negó con la cabeza.

-No, no lo hace.- Finalizó y se fue por el pasillo.

Cuando acabé mi comida me fui a mi habitación para quitarme el uniforme y darme una ducha. Me metí al baño y dejé caer la regadera, el agua estaba tibia, odio el agua caliente, prefiero el agua helada o la tibia.