Don't Touch Her... - Ticci Toby

#19

"Ya ni siquiera sé que decir..."

- nos iremos hoy, al anochecer - dijo él con una firmeza que ma sorprendió demasiado.

Ya no era el Toby que había conocido cuando era una niña... ahora era un asesino. Todo había cambiado demasiado rápido.

En un momento su vida parecía perfecta, pero ahora tenía miedo de lo que podría hacerle El Operador. En ese instante pensaba en el miedo de una forma egoísta, como siempre lo hacía con todo. Adriana era una egoísta de lo peor.

La noche cayó, y Toby le ayudó a escabullirse en la oscuridad.

Hubiera sido romántico si quitamos el hecho de que uno de ellos eran un maldito asesino a sangre fría que servía para un ente y bla bla bla.

- Toby - Adriana lo detuvo a medio camino -, espera.

- ¿sucede algo? - reaccionó de inmediato, acercándose a ella lo suficiente como para verse mutuamente en aquella densa oscuridad.

- será mejor que me vaya a mi casa - dijo con un tono relajado, sintiéndose incapaz de verlo.

- ¿a tu... casa? ¡pero tu casa está aquí, Adriana! ¡yo soy tu casa! ¡soy tu hogar! ¿no?

- Toby, no lo entiendes - un tic en su cuello -. Si me quedo estarás en peligro. Yo solo... voy a volver a mi casa y fingire que nada ha pasado, que ni siquiera te he visto. Solo... dejame ir.

- no... es que... ¿es que no lo entiendes? - a él también le había empezado un tic en su cuello - si vuelves serás infeliz. Conmigo estarás bien.

- no, Toby - ella sujetó las mejillas de su amigo -. Estaré bien... mi familia me protegerá, mis amigos...

- ¡¿en serio crees que ellos te protegerán, Adriana?! ¡no te entienden! - se soltó de aquel dulce agarre rápidamente, logrando que Adriana retrocediera un poco - ¡Yo te entiendo! Porque yo soy como tú...

-  no... tú... tú no eres como yo. Eres diferente. Ningún síndrome de Tourette es igual... y el mío cesará en unos años, meses, días, quizá horas. Cuando no sea como tu... ¿qué pasará? Lo siento, Toby... pero será mejor que me vaya.

Se dio media vuelta, pero de inmediato él la sujeto del brazo.

- no lo entiendes ¿verdad, Adriana? Si yo no te puedo proteger... nadie más lo hará. ¡Nadie más podrá tocarte!

El rió estruendosamente y ella se espantó. Nunca lo había visto actuar así.

- voy a sacarte los ojos para que no puedas ver a nadie que no sea yo...