Cuidados

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En casa de Gon y Killua

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Siku se despertó con mucha energía. Vio que los 2 aun seguían durmiendo se fue donde estaban y les lamio la cara, el moreno estaba con una sonrisa y el albino medio dormido.

Gon: Buenos días Siku.- le acarició la cabeza cariñosamente.- Buenos días Killua.- le dió un beso, el albino se despertado de golpe y le correspondió.

Killua: Buenos días, vamos a desayunar.- sonrío al ver como se le iluminaron los ojos al menor y al perro los cuales sonrieron y bajaron como alma que lleva el diablo, el mayor solo se rió y bajo a la cocina.

Gon comía la velocidad de la luz mientras el perro comía lo que tenía en el bol muy rápido. El albino miraba todo con una gran gota en la frente decidió que debía desayunar rápido o si no el moreno se lo terminaría solo. Desayunaron y decidieron dar un paseo con Siku para que conociera la ruta a casa por si se pierde alguna vez.

Gon llevaba un suéter negro con cuello de tortuga, una chaqueta verde, unos pantalones verdes largos oscuro y unas botas marrones.

Killua llevaba un suéter cuello en v azul oscuro, una chaqueta negra y unas botas marrones.

Siku llevaba un collar morado claro con una placa de hueso donde ponía el nombre y el número de teléfono por si se pierde.

En el parque

pvo normal

Llegaron al parque y lo primero que hacen es sentarse en un banco viendo como Siku se acerca a los otros perros y empiezan a jugar. Gon y Killua se quedaron hablando de muchas cosas hasta que escucharon como chicas gritaban y se desmayaban el menor se alarmo por un segundo pero luego se molesto al saber que era porque su padre se acercaba a ellos, eso a Gon le molestaba mucho ¿Cómo puede coquetear con esas chicas para luego darlas calabazas y pasar de su propio hijo a la vez? No se lo podía explicar, el albino se dió cuenta y le dijo.

Killua: Gon, ¿Quieres qué nos vallamos a casa?- sabía que para el menor encontrarse con su padre es muy duro ya que la última vez acabó llorando.

Gon: No porque Siku se lo esta pasando muy bien.- le sonrió haciendo tranquilizar al albino que solo asintió.

De repente Ging se sienta al lado del menor el cual se sorprende pero no lo demuestra, sigue viendo a Siku jugar con los otros perros mientras el albino intenta distraerlo, el cazador se cansó de esperar a que su hijo le diga algo y se decidió hablar.

Hola que tal, espero que os haya gustado se que es corto esperó que el siguiente sea más largo.

Adiós.

Amor entre rico y pobreWhere stories live. Discover now