Festival

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Shiori se encontraba en una plaza que desde hace mucho tiempo que no visitaba. El ambiente estaba sereno, una suave brisa le agitaba el cabello y le daba una agradable sensación de paz mientras observaba el apacible parque adornado por distintos tipos de juegos para niños que en ese momento se encontraban vacíos.

-Esta es... la plaza donde mi madre me traía cuando era niña.

-Shiori es hora de irnos-escucho una dulce voz a sus espaldas.

-Esa voz-se volteo de inmediato y frente a ella se encontraba su madre-mami-dejo escapar junto con una sonrisa.

-Vamos-le tendió su mano con una gran sonrisa.

-Si-estiro su mano para tomarla pero al no alcanzarla comienzo a correr para ir con ella pero nunca logra alcanzarla. Cada vez corría más rápido hasta que todo se volvió obscuro y la perdió de vista, por lo que paro en seco-mamá... mamá por favor espera-le pidió ya agotada.

De repente una figura apareció de espaldas tras ella.

- ¿Qui... quien eres?-pregunto al voltearse. Aquella persona se voltio y la miro tiernamente.- ¡Hyoga! -Hyoga no dijo nada solo le extendió la mano.

-Amor vamos-su madre volvió a llamarla apareciendo del lado opuesto a Hyoga por lo que Shiori se volteo.

-Al santuario-dijo el caballero de Acuario apareciendo a un lado de Hyoga.

-A casa.-hablo la figura de su madre.

-Con tu familia.-acoto Milo, el cual había aparecido al lado de Camus.

Shiori estaba confundida, miraba a cada una de esas personas por turnos constantemente. Todo comenzó a dar vueltas hasta que una niña apareció junto a ella y se fue con Sophia.

-Esa...esa niña soy yo de pequeña.

Sophia alzo en brazos a la infanta, luego esta saludo a Shiori sonriendo ampliamente y ambas caminaron lentamente hasta desaparecer.

-Hija vamos a casa-le dijo tendiéndole la mano.

Shiori volteo hacia Camus y observo la extremidad extendida por unos instantes para luego tratar de alcanzarla con la suya; pero cuando se están por tocar se despertó por un llamado en particular.

-Shiori... Shiori-la mecía levemente intentando que la menor despertara.

-Mmm...-parpadeo un par de veces para después refregarse el ojo con la mano-buenos días-se alejo un poco y le sonrío al saludar a su acompañante.

-Buenos días. ¿Dormiste mejor?

-Si, gracias.

-Tu celular no deja de sonar por eso te desperté.

-Ah es que hoy tengo que llegar antes-dijo reprimiendo un bostezo para después corroborar que aun era temprano.

-Siendo así, te dejo para que te cambies-se levanto y fue hacia la puerta siendo seguido por la atenta mirada de la menor.

-Camus-lo llamo con voz quedada cuando había llegado a la puerta.

- ¿Si?-el caballero se volteo para observarla.

-Gracias-pronuncio suavemente.

-Por nada.-sonrío asintiendo y salió.

En cuanto el galo abandono el cuarto, Shiori desvío la vista hacia el retrato de su madre y le sonrío de manera cálida.

-Ya no soy una niña. Es hora de terminar con todo esto. Es hora de crecer y olvidar o al menos de cambiar. ¿Verdad mamá?

***

La princesa del hielo.Where stories live. Discover now