Capítulo 12: La apuesta y el Baile de Navidad

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- Estoy empezando a tener problemas físicos con este baile. – Lía se aguantaba el pie mientras intentaba aguantar el dolor, su madre había llegado de Erenbragh y se había empeñado a enseñar a bailar a sus alumnos, junto a su marido.

- Siento haberte pisado, lo siento. – Rómulo intentaba no reírse de ella mientras la aguantaba de la espalda para que no se cayese.

- No, no, no, no y no. – Freiya di Marco estaba apagando de nuevo el enorme organillo de música y se acercaba al centro de la pista, con sus ropas de Erenbragh. El baile no era en más de unas horas y sus alumnos todavía tenían problemas para bailar. – Sentid la música, dejad que os lleve. – Su madre puso de nuevo el disco y sonrío, mientras Willermo intentaba no reírse de sus alumnos en voz alta.

- Lo único que voy a dejar que me lleve soy yo misma. – Lía comentó, y su madre le dio una colleja, echando su pelo hacia adelante.

- Aurelia, como campeona, es tu deber abrir el baile. – Lía levantó la cabeza y se puso pálida como la nieve, no había pensado en eso. - ¿No lo sabías? – La chica negó y su madre sonrío. – Bueno, mejor saberlo ahora.

- Lía no tiene pareja, mamá. – Rómulo dijo mientras sonreía y su hermana lo pisó, haciendo que sus compañeros riesen. Las únicas que lo sabían eran sus amigas, y quería que se quedase en eso, ya que los rumores corrían como pólvora en ese colegio.

- Bueno, pues que baile sola. – Su madre puso la música y todos los alumnos rodaron los ojos, mientras la madre de Lía se unía a un rezagado y lo movía al son de la música.

Los pasos eran simples, era básicamente moverse unos pasos hacia adelante, unos hacia los lados, cambiar de mano y levantar a la chica, pero eso Rómulo lo llevaba fatal, además de pisar a Lía cada cierto tiempo, la levantaba demasiado, y los zapatos de tacón que llevaban se le caían, como a la mayoría de chicas, que se reían cada vez que un zapato sonaba en el suelo.

- Quién es tu pareja, desembucha ya, sabandija. – Su hermano comentó mientras Lía se alzaba y, sorprendentemente, no se le caía un zapato. – Es Krum, dice tener pareja, pero nadie la ha visto. Es Krum.

- ¿Y qué pasa si es Krum? – Su hermana dio unos cuantos pasos hacia los lados, con la mano de su hermano en la cintura, que se movía para hacer darle la vuelta.

- Pues que después de tirarte de la escoba, posiblemente te quiera tirar de una ventana. – Lía río mientras la música sonaba, esta vez estaba quedando bien, entonces miró hacia los demás alumnos y los observó, iban al compás, más o menos, y se movían con la música, entonces ambos empezaron a girar y pararon, volviendo a un vals normal.

- ¡Muy bien, alumnos! – La madre de Lía hizo formar filas de nuevo mientras aplaudía, al igual que su padre, que observaba a los mellizos con una sonrisa de lado.

- Espero que seáis los mejores vestidos, ir con un uniforme como los de Durmstrang sería poco original. – Willermo comentó mientras se ponía al lado de su mujer y sonreía, con las manos en la espalda. – Recordad aun así que el negro o el amarillo debe estar presente en vuestra ropa, y que os hemos enseñado a ser corteses, chicos, nada de babeos por los pasillos.

- Willermo. – Su mujer avisó mientras sonreía a los chicos que formaban serios, pero con expresiones que se acercaban a la diversión. – Simplemente pasadlo bien, chicos, romped filas y arreglaos para la ocasión, tenéis cinco horas.

Los alumnos de la escuela Erenbragh se movieron rápidamente hacia la salida de esa sala, mientras los dos di Marco los miraban orgullosos, habían crecido y madurado demasiado, y dentro de poco iban a tener el primer baile de sus vidas. Y a Lía parecía que la iba a atropellar un tren.

Purple Blood - George Weasley [#Wattys2015]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora