Narnia: la sexta reina (Peter Pevensie)

Acertijo

Si os sale que he actualizado es solo el nombre del hermano de Nari, que como soy corta de neuronas en este capítulo puse que se llama Ragnark y en el siguiente Tuor. Se queda con Tuor. No sé si sale más el nombre de Ragnark, si sale me refiero a su hermano, a Tuor. (Luego público cap)

Peter

-¿Para qué?- pregunto.

-Son las únicas que saben donde está la daga.

-¿Y donde las encontramos?

-Te equivocas , Eustace. - hacemos silencio para que Nari continue.- Ellas nos encontrarán a nosotros.

-Tengo ganas de verlas. Seguro que son hermosas.-dice Edmund.

-Y letales-añade Tummus.

-Exacto. - corrobora Nari.

No se cuanto tiempo llevamos navegando. Debe ser más de media noche , eso seguro. Me tumbo-como puedo- en el pequeño bote y paseo la punta de los dedos por el agua. Nadie habla, nadie se mueve excepto Caspian y Tummus, quienes reman.

Cierro los ojos y apoyo la cabeza en las piernas de Nari. Me preparo para que me eche diciendo algo como <<No soy tu almohada>> o <<Demasiada confianza, rubito>>. Pero en su lugar, acaricia mi pelo. Cada vez me relajo más, tanto que creo escuchar una música celestial.

-¿Escucháis eso?- me reincorporo y miro a Edmund.

-Pensé que solo yo lo hacia. - digo - ¿Qué es?

-Querrás decir quien es. - Caspian deja de remar y ordena a Tummus que haga lo mismo.- O más bien, quienes.

-Sí, hemos llegado.- corrobora Nari. - Ahora viene lo más difícil.

-¿Atraerlas? - pregunto.

-Convencerlas de que nos digan el paradero de la daga sin que caigáis en sus encantos. - corrige.

-No debería preocuparte eso, soy un hombre maduro.

-Exactamente por eso me preocupa. Y sobre atraerlas, ya saben que estamos aquí, y saben que venimos por ellas. Solo hay que esperar a que se dignen a aparecer.

-¡Eh, vosotras! ¡No tenemos todo el día!- Edmund se mueve balanceando el bote y removiendo el agua.- ¡Salid , bonitas!

-¡Para! - Caspian le agarra del cuello de la camisa y lo sienta de un empujón.- Vas a hacer que se cabreen.

-Entonces nada, a esperar. - vuelvo a tumbarme con la cabeza en las piernas de Nari. Y vuelvo a sentir sus dedos en mi cabellera.

Las majestuosas voces siguen sonando, cantando canciones sobre marinos que mueren ahogados en el mar después de haber sido embelesados con la belleza de mujeres mitad pez. En todas las canciones aseguran que , quien la escuche, sufrirá el mismo destino. Pero también aseguran que el instante en el que los ojos de la mujer y los del hombre coinciden, es el mejor de su vida.

-No las escuches, las letras de sus canciones solo son parte del engaño.- dice Nari cerca de mí, tanto que noto su aliento en mi oreja.

-Vaya, eso es un poco ofensivo.- habla una voz angelical, la misma que cantaba.

Noto como Nari se tensa y me levanto. Todos miramos lo mismo: la mujer que está apoyada en el bote, de piel blanca como la nieve y ojos de un azul similar al de un rubí con largas pestañas. Sus labios, quizás sean lo mejor: pequeños, gruesos y rosas. Su larga melena rubia resalta el ligero rubor de sus mejillas. Es, definitiva y literalmente , la mujer más hermosa que he visto en mi vida.