Un par de copas y una gran botella de vino fueron colocados sobre la mesa justo frente a sus ojos, el barman se disponía a destapar la botella. Ambos muchachos se miraron con expresión extrañada puesto que recientemente habían acabado una botella de cerveza y en ningún momento alguno de ellos pidió otra bebida, esto debía ser un error.
—Ah... disculpe— Interrumpió Marco —No hemos pedido nada —Aclaró mientras se llevaba una mano a la nuca.
La mirada que obtuvo cuando el sujeto en frente suyo alzó la cabeza fue simplemente incomoda, era como si el pobre hombre no tuviese ganas de estar ahí, su mirada y actitud fría contrastaban a la perfección con todo el ambiente divertido del lugar.
—Es cortesía de un anónimo — Dijo el hombre con tono vago—Pidió que les sirviéramos unos de nuestros mejores vinos.
—¿Eh? — Ambos castaños hablaron al unisono, el hombre sirvió y luego prosiguió a marcharse, las copas estaban servidas, un par de segundos pasaron y pareciera que hubiesen quedado procesando toda a información ya que ninguno se movió.
Al cabo de un par de minutos Marco hizo un gesto despreocupado levantando los hombros y musitando un leve "Ya qué" y se dispuso a tomar la copa y beber, después de todo, era vino gratis.
—¿Te das cuenta de que alguien nos quiere embriagar con esto? —Dipper tomó de igual manera la copa, solo que antes de beber le dedicó una mirada de sospecha y duda, realmente no estaba seguro de si debía tomar.
—Claro, eso es seguro— El latino dio el primer sorbo y se detuvo unos segundos para degustar su sabor, no estaba nada mal. Luego continuó —No me considero de baja resistencia alcohólica, no van a embriagarme tan fácil. Ese extraño solo va a haber pagado 50 dolares por un vino completamente en vano.
Dipper arrugó el labio inferior aún dudoso, pero encontrándole algo de razón a su amigo se resignó a beber. Después de todo, era solo vino.
. . .
—ALL WE NEED IS SOMEBODY TO LEAN ON! —Bill cantaba a todo pulmón la canción que sonaba mientras bailaba en su lugar y movía los brazos con desenfreno. — EEEH OH EEEH OH EEEH OH EEEH OH
—Esa parte no se canta. — Tom sentía vergüenza ajena tan solo por ver a su compañero bailar de esa forma sobre su asiento, no esperó mas y le dedicó un amoroso puñetazo sobre el brazo.
—EHH OH E-- ¡Auch! —Protestó sobando la zona golpeada —¿Que mierda te sucede?
—Vas por tu segundo vaso y ya pareces un maldito borracho, si quieres pasar vergüenza hazlo en medio de la pista de baile y no aquí en el bar — habló frunciendo el ceño.
El rubio lanzó una carcajada, cuanta amargura mostraba aquel chico, sin duda alguna necesitaba divertirse. Para su suerte, recién eran las tres de la madrugada, la noche aún era joven y lo mejor estaba por venir.
—No estoy borracho, tu no conoces ese lado de mi— Sonrió levantando su vaso y nuevamente comenzando a moverse al ritmo de la música.
—Y no sabes cuanto me alegro por eso— respondió rodando los ojos y bebiendo de su vaso.
Unos cuantos minutos, diez para ser exactos, transcurrieron y el par de demonios permanecía sentado bebiendo. De a poco comenzaron a notar que el lugar se llenaba mas y mas de gente, la música variaba y cada vez se iba poniendo mas y mas bueno. Bill echó una mirada hacía el dúo de castaños, hacía un rato había mandado a que le sirviesen una botella de vino a ambos , sus fines eran mas que obvios. El sujeto rió cuando notó que su castaño favorito poseía un leve sonrojo en las mejillas y nariz, lucía jodidamente adorable.
