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4.- Las mentiras de Internet.

Laila Miller; hermosa, rubia, popular, animadora y más clichés que se te ocurran.

¿Cuál era la diferencia? Ah sí, no era hueca o superficial. A decir verdad, marcaba la diferencia entre los estudiantes porque rompía los estereotipos pareciendo uno de ellos, pues elegir actividades y ser físicamente de una manera no define tu personalidad, no eres lo que usas o haces, eres lo que piensas.

Y ella pensaba diferente a pesar de verse a simple vista como cualquier otra rubia.

Se fijó en Dean porque era divertido y físicamente misterioso. Solía ser de cabello rizado y oscuro, pero usaba plancha para alisarlo, tenía ojos color miel pero estaban escondidos bajo sus lentes. Ella no sabía que usaba anteojos, pues él trataba de impresionarla todo el tiempo con lentes de contacto color verde o azul.

Pero gracias al incidente, él olvidó ponerse sus atractivos, y lo único que hacía que lo reconocieran era su vampiresa tez blanca. Fuera de eso, el aparentaba algo que no era, justo lo que ella necesitaba para cambiarlo.

—¿Dean eres tú? —preguntó Laila al verlo tirado en el piso de la cafetería.

—Laila—se levantó enseguida y un amigo suyo le entregó sus muletas —. Perdóname ayer te dejé en visto.

—Eso no importa—respondió ayudándolo a sentarse—. ¿Por qué luces así?

—Creo que debí decirte que era rizado y que tengo un poco de miopía.

—Dean, estoy hablando del collarín y las muletas.

—Ah eso, larga historia. Ayer salvé a un perrito de ser atropellado—dijo esquivando lo que pasó con Nicole y Zac.

—No más mentiras—cruzó los brazos —. No necesitas hacer todo esto para impresionarme. Soy sencilla Dean, no tienes que fingir ser algo que no eres, demuéstrale a la gente que se puede ser diferente siendo un chico normal.

—Pero ser diferente a veces es no ser atractivo...

—¿Lo dices por usar anteojos?—resopló molesta—. ¿Sabes quiénes son las personas ciegas? No son las que usan gafas, los ciegos son aquellos que se encierran en una sola idea y nada los hace cambiar de opinión. Creen que la belleza únicamente se ve con los ojos, adoptan todos esos estereotipos, que importa más el físico que el interior, que si no eres de tez blanca o eres delgado, eres feo. Esas personas son ciegas de mente y corazón.

—¿De verdad era necesario todo este discurso? —Dean se quedó asombrado. Aquellas palabras habían sido tan emotivas que lo harían llorar, y no tenía pañuelos para limpiarse los mocos.

—Me gusta hacerlos, que viva la paz mundial—rio Laila.

—Laila para presidenta—le siguió el juego.

—Y Dean para mi pareja... Espera, qué.

El joven soltó una risa y se acercó para rodearla con un abrazo.

—Aquí aplica la frase "Quédate con alguien que te quiera con todo y tus lentes"—dijo Dean en su oreja—. Ya nunca volveré a fingir.

—Bien, porque no tienes de qué avergonzarte—le devolvió una sonrisa cómplice—. Ahora explícame lo del collarín, por favor.

Él respiró profundamente y contó desde el principio la historia, anexando la tecnofobia y a Nicole.

Laila no se molestó, le pareció divertido, estaba cansada de los mismos chicos, y Dean a pesar de ser un tonto, le gustó más que otros.

—¿Entonces ahora estás más ligado a Nicole? —concluyó ella.

—Sólo por el internet, entre ella y yo no hay nada, ni siquiera nos llevamos bien.

•••

A la salida del instituto Dean se apresuró a llegar a casa, Zachary salía tarde de la universidad, sus padres trabajan, por lo que él tenía tiempo para trazar a un plan para ganar palomitas.

Lo que más le motivaba era Laila, no tanto quedar bien con Nicole. Pues ella ni siquiera lo entendía, en cambia Laila lo apoyaba a pesar de haberle mentido desde que se conocieron, ahora podía ser el mismo y ella no lo rechazaría.

Y quería llegar a tener una relación seria, verla por las tardes, hablar largas horas por teléfono, por la noche mandarse mensajes de textos hasta la madrugada y que su última conexión de WhatsApp fuera con ella.

Podía incluso pensar en una boda, pero regresó a sus pensamientos y supo que nada de eso se realizaría sino obtenía internet, o datos móviles.

Y así llegó a la conclusión de que se infiltraría en la casa de los Brooks, sus vecinos ancianos, para conseguir su objetivo.

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