25.- Adiós celulares, ¡Tecnofobia!

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—Eisten dijo: "El día que la tecnología sobrepase a la humanidad tendremos una generación de idiotas"...Un ejemplo es mi hermano.

Zachary cruzó los brazos mientras veía con desagrado al joven de cabello rizado.

—¿Por qué te enoja tanto que Dean sea feliz?—preguntó la señora Brooks.

—No es eso, me molesta que haya regresado a depender de su celular—se quejó—. Maldición y yo que ya lo había instruido en el camino de la lectura, ahora tengo miedo de que queme el libro que le regalé.

—No te preocupes, está enamorado y no lo hará—sugirió ella—. Y si lo deseas, puedes pasar y contarme tus penas, tengo galletas y chocolate calien...

— ¡No soy igual que mi hermano!

—No estoy diciendo eso, intento ser amable...

—¡Déjeme en paz!—exclamó Zac decidido irse a casa.

Dean se encontraba a mitad de la calle parloteando en su teléfono, seguía poniéndose al tanto con Laila, intentaban arreglar sus diferencias y problemas. Sin embargo, ella le pidió seguir hablando por mensaje de WhatsApp, no podía continuar conversando por celular, o la regañaría. Necesitaban una red de internet, urgentemente.
Era de vida o muerte.

—Señoraaaaa Brooks—alegó él—¿Qué posibilidad hay de qué me comparta sus GB?

—¿Mis qué?

—Oh ya sabe—carraspeó su cabeza—. Su internet que tiene en él teléfono.

—No.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Dean, ya te ayudo demasiado al darte de comer y prestarte mis cosas.

—Pero...—pensó él chico—. Si me da de su plan ya no tendré que pedirle su horno, no habrá necesidad de darle palomitas a Nicole.

—¿Planeas ya no hablarle?—arqueó una ceja—. Así menos.

—Es que ya volví con mi linda Laila.

—Qué bueno, pero no tiene nada de malo que sean amigos tú y tus vecinos. Yo soy tu amiga ¿y no por eso terminarás enamorado de mí o sí?

Dean se quedó inmóvil ¿qué argumento era ese? No tenía sentido.

—Además, me explicaste que se me puede acabar mis datos antes del mes, y yo ya no puedo vivir sin mis seguidores de instagram. Acabo de revisar y ahora son 1,500 en un sólo día—argumento Margaret con una sonrisa de oreja a oreja—Soy famosa.

Maldigo el momento que le enseñé esa red social —De acuerdo, quédese con sus likes.

—Hey ¿qué es eso?—finalizó la anciana.

•••

—Hermano del mal—subió corriendo Dean las escaleras y se dirigió al dormitorio—. Necesito de tu ayuda.

Zachary estaba sentado frente a su escritorio, pero no estaba como siempre, escribiendo o leyendo, esta vez sostenía en sus manos una lata como de frijoles charros sin etiqueta.

—¿Ahora qué quieres?—resopló Zac.

—Quiero que contrates el internet para nosotros, ya me canse de robarlo y rogarlo.

—Ajá—respondió deslizando sus dedos en una hilo blanco que pegaba con la lata.

—Estoy hablando en serio, ya te vi—señaló sus ojos y luego los de él—. Estabas usando audífonos con Nicole, has superado tu tecnofobia.

¡No desconectes el Internet! | EN LIBRERÍAS ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora