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03. A casa esta navidad

No sabía que era lo que iba a hacer.

Zack quería ver a su padre... siempre le he comentado a Zack de él, y lo ha tenido muy presente a pesar de que aún no lo conozca. Pero temía que llegase el día en el que él me pidiese ver a su padre. ¿Qué le iba a decir? No quería crearle un mal recuerdo en navidad... eso puede ser muy malo para él, y quizás Justin se molestaría por eso.

Una vez más, tenía que arreglármelas por mi cuenta.

—¿Qué le has pedido a Santa para navidad, pequeño? —Sue le pregunta a mi hijo, tomándolo en brazos. Él sigue jugando con su peluche muy animadamente.

—Que me traiga a papi —Dice con una sonrisa en el rostro.

La sonrisa de Sue se desvanece.

—Oh... ya veo —Musitó—. Bien, cariño, dejemos eso en manos de Santa Claus, ¿Sí? —Mi hijo asintió alegremente— Ya es un poco tarde, tenemos que ir a dormir. A los niños que se duermen temprano, Santa los visita primero.

—¡Sí! —Gritó Zack, y bajándose de los brazos de Sue, salió corriendo a la cama. Me levanté para acompañarlo, pero Sue hizo un señal de desdén con la mano, diciéndome que se lo dejara a ella.

Unos minutos después, ella volvió.

—No sé que haré, Sue —Le dije—. Sabía que este día llegaría, pero... simplemente estoy en blanco. Nunca me tomé el tiempo de sentarme y pensar cómo le haría frente a esta situación, y ahora me siento acorralada.

—No te preocupes, Sophie, verás que le conseguiremos los mejores regalos a Zack y probablemente así se le olvidará esa idea de su cabeza.

—¿Hablas en serio? —Bufé, sonando más irritada de lo que en verdad quería sonar— Es decir... ya se le metió la idea en la cabeza, será imposible quitársela. Y, ¿Los mejores regalos? La ayuda que tenemos del gobierno nos alcanza para lo justo y necesario, apenas pude comprarle un coche de juguete.

—Pues yo te ayudaré —Se sentó a mi lado—. Pero no le crearemos malos recuerdos a Zack, eso te lo aseguro.

Y entonces me vi en uno de esos momentos donde debí confiar plenamente en lo que me decían... pero de todos modos, no lo hice.

[...]

Noche buena había llegado. Y con ella, mi nerviosismo, esta vez incrementado. A las afueras de mi casa se observaban niños corriendo por todos lados, haciendo muñecos de nieve, etcétera. La mayoría iban en compañía de sus padres... madre y padre. Y eso me rompía el corazón, para mi pesar, era algo que veía muy frecuentemente.

Toda mi familia había llegado esta mañana para pasar la nochebuena juntos... excepto Justin, claro está. Hice una petición en la armada para poder contactarme con él, aunque fuese un par de minutos, para que Zack pudiese ver a su padre como tanto quería, pero me fue denegada bajo la excusa de que había mucho trabajo y tenían un horario muy estricto. Sé que los militares dan su vida por la nación y ese es uno de los trabajos más nobles existentes, pero algunos de esos hombres simplemente no tienen corazón.

—Hija... deja de ver por esa ventana, sólo estás torturándote a ti misma —Me dijo mi madre, poniendo una mano en mi hombro, intentando confortarme—. Es Nochebuena, no deberías estar haciéndote esto a ti misma.

—Es imposible no hacerlo —Suspiré, alejándome de la ventana para dirigirme a la cocina, a ayudar con la preparación de los alimentos—. Es la tercera navidad en la cual no veo a Justin. No es fácil... él se fue de un día para otro, ni siquiera quedamos en los mejores términos o pudimos tener una despedida apropiada. Eso no hace más que perseguirme y carcomerme el cerebro. Y el pobre Zack...

—Basta, ¿Sí? —Dean entró en la escena, luciendo cansado— Te has estado quejando todo diciembre Sophie, lo cual entiendo, sé que no debe ser fácil pero con quejarte no llegarás a ningún lado o tu situación no mejorará. Sólo hará que mates el espíritu navideño que nos estamos esforzando en construir para ti y para Zack.

Quería replicarle... pero tenía toda la razón. Debería poner mi mejor cara para mi hijo, ¿No? Lo último que le faltaría sería verme triste en este día.

—Vamos, terminemos con esto —Dijo Dean, rompiendo el hielo después de su muy honesto discurso, y seguimos cocinando.

[...]

—Bien, es hora de que abramos los regalos, ¡Ha llegado la navidad! —Dijo Sue con alegría.

Ahora, todos nos encontrábamos reunidos en la sala de estar. Incluso Zack estaba ahí, me aseguré de que durmiera con antelación para que pudiera recibir sus regalos junto con nosotros.

—Zack, cariño, ¿Quieres ir primero? —Mi madre le preguntó, pero él negó con la cabeza.

—¿Por qué no, mi amor? —Le pregunté yo.

Entonces se acercó hacia mi oído, y susurró: —Parece que Santa se ha retrasado con papi, mamá. Tengo que esperar.

Sintiendo mi corazón estrujarse, me limité a sonreír y asentir.

Todos abrimos nuestros regalos, y llegó el momento en el que sólo faltaba Zack. Sabiendo que claramente Justin no llegaría, tuve que ir por el coche que le había comprado, y entregárselo.

—¿Papi? —Dijo, viendo la caja— Papi se hizo pequeño y se metió aquí, ¿No es así, tía Sue?

Nos miramos los unos a los otros. Le dijimos que no sabíamos, y que abriera la caja. Cuando vio su regalo, el coche, una clara mueca de decepción vino a su rostro.

—¡Oh, mira! ¡Es un coche! —Le dije, abrazándolo. Tratando de que no sucediera lo inevitable— Fuiste un niño bueno este año y Santa te trajo tu regalo.

Pero mi abrazo sólo le sirvió como paño de lágrimas, pues se tendió a llorar partiendo mi corazón en el proceso.

—Pero yo quería a papi... Santa no me quiere. Y me está castigando.

—Oh, cariño, no digas eso —Lo arrullé— Quizás solo se retrasó.

—O se olvidó de mí...— Lloró aún más fuerte.

—Eso no es cierto —Dije.

Entonces la puerta principal sonó, haciendo que volviera mi cabeza hacia allá.

Mi corazón se congeló un momento. Y tal como en una película cliché... ahí estaba. Él. Justin. Portando su uniforme de militar y un bolso a cuestas.

Cargando a mi hijo en brazos, corrí hacia él, uniéndonos en un abrazo fuerte, consiguiendo que mis lágrimas afloraran.

Y al final del día, era todo lo que quería... todo lo que necesitaba.

Mi otra mitad en casa esta navidad.

N/A: Espero les haya gustado este OS :) ¡Muchas gracias por leer y feliz navidad a todos!