Scars

Capítulo V

En la mañana había tomado la decisión de llevar algunas fotografías de mi familia conviviendo en Navidad y año nuevo y dejar el medallón en el escritorio porque egoístamente aún no quería dárselo.
El atardecer de un cálido viernes se reflejaba por las puertas de cristal del negocio y las ansias de retirarme cuanto antes carcomían mi poca paciencia.
-¿Puedo retirarme?-. Pregunté a Joseph.
-Así que el pequeño Jimmy ya quiere irse con su novia
-No es mi novia
-¿Entonces?
-Alguien que apenas conoces no puede ser de la noche a la mañana tu pareja
-¿Y qué me dices de tu tía y yo? Apenas nos conocimos y a las dos semanas nos casamos
-Ese fuiste tú, además a mi tía la obligaron a casarse por tu culpa
-Pero nadie la obligó a acostarse conmigo luego de unas cinco copas más tarde de habernos conocido ¿O sí?
-Pero yo no la invitaría a tomar a ella y ni siquiera es mi intención
-Pero, pero, pero, deja de decir tanto pero y ya lárgate
-Gracias
-Si, ya ves que tu tío es muy buena gente y t...
Cerré la puerta antes de escuchar sus sermones.

Me senté en la arena mientras observaba el mar y de pronto su sombra se sentó a mi lado. Volteé a verla, tenía los ojos rojos pero no por haber llorado. Era un hipócrita y estaba castigándome por eso, ese collar que guardaba tan secretamente en un cajón no me pertenecía.
-Hola Jim
-Hola
Y un largo silencio invadió nuestro espacio hasta que saqué las fotos de mi chaqueta.
-¿Qué es eso?-. Preguntó con cierto temor.
-Son fotos, de Navidades con mi familia y amigos
-¿Y por qué las trajiste?
Porque me siento culpable.
-Porque dos veces me has preguntado cómo festejaba las celebraciones a fines de año, así que mejor decidí traerlas.

Pero no dejó de ver una en especial, era una fotografía a blanco y negro del árbol adornado de mi abuela, mientras una sonrisa llena de tristeza inundaba su rostro.
-¿Tú nunca pusiste un árbol?
-Jim, ¿Cuánto significan para ti estas imágenes?
-No lo sé, son los momentos más felices que viví al lado de mi familia, antes de que dejaran de reunirse y convivir. Supongo que mucho, mi niñez está ahí.
Suspiró.
-Nunca he puesto un árbol de Navidad, solo una vez y bueno, creo que aprendí la lección -No gastes el dinero en estupideces Carolina, harás a las pequeñas idiotas más idiotas de lo que son-.
-Espera, ¿Te llamas Carolina? ¿Tienes hijos? ¿Estás casada?
-No Jim, mi mamá se llama Carolina, las pequeñas idiotas somos mi hermana y yo, el tipo que nos enseñó a no gastar en estupideces era mi padre.
-¿Y qué pasó?
-Bueno, mi padre era un perdedor borracho que golpeaba a su esposa e hijas. Mi madre, una estúpida que se dejó engañar por el primer hombre del que se enamoró y mi hermana, una pequeña madre para mí y mi hermano menor. Creo que es una de las uniones más patéticas y resultaría peor si la llamo familia
-Pero ¿Y el árbol? ¿Realmente él no dejó que festejaran Navidad?
-Mi madre había comprado un pequeño pino en el poblado más cercano a mi casa. Vivíamos rodeados de bosque pero a ella nunca le gustó eso de la deforestación. Trajo algunos listones y esferas de colores, mi hermana y yo lo decoramos mientras el niño pequeño dormía en su cuna. Mi padre llegó con una botella de whisky barato en la mano, sacó de la cocina a mi madre de los cabellos y bramó -¿Qué demonios es esto Carolina?- y siguió gritando mientras la golpeaba enfrente de nosotras. Después tiró el árbol a patadas, con las esferas que contenían nuestras esperanzas, sin importarle que las veíamos romperse con lágrimas inocentes en los ojos. El niño lloró y mi padre se acercó, tomó a mi hermana del brazo y la metió a su recámara, desahogándose con fuertes moretones en su cuerpo, tal vez más.
-Yo, yo lo sien...
-No hace falta que lo digas, aunque, pienso que no es la peor persona que recuerdo.
-¿A sí?-. Esto es demasiado, en verdad, alguien que la calle o la interrumpa. Demonios Jim, primero quieres que hable y ahora quieres callarla.
-Sí, pero ¿Y qué pasó con tu 'fantástica convivencia familiar'?
-Me desterraron el día en que decidí dejar de estudiar Medicina, mi padre es el director un importante hospital en Florida y quería verme seguir sus pasos. Pero siempre me ha llamado la atención dibujar mis pesadillas en cuadros.
-¿Por esa idiotez?
-Soy el fracasado de la familia Parker, en serio, mis tíos, abuelos y primos están decepcionados. Así que para evitar chocar con mi rostro en alguna comida importante mi padre decidió traerme con otro fracasado, mi tío.
-¿El anciano del negocio es tu familia? Creí que era una broma o solo le tenías cariño-. Dijo mientras apuntaba el negocio fracasado del tío fracasado.
-Exacto, esa momia cascarrabias es mi tío-. Me observó, le devolví la mirada y reímos.
-A él también le gustaba dibujar, es decir, solo atardeceres.
-¿Quién?
-Nadie-. Respondió a la defensiva y no volví a preguntar.
-Bueno, solo dibujo pesadillas, de preferencia a lápiz.
-¿Y tienes algún trazo?
-Dejé eso del dibujo hace casi un año
-¿Pero conservas alguno?
-Eso creo-. Volvió a mirarme.
-Traeré alguno-. Contesté a sus ojos vacilantes.
-¿No podrías hacer alguno?
-No entiendo
-Pues, ah, hacer un dibujo la próxima vez que nos reunamos
-Tal vez
¿Por qué no? ¿Por qué dudarlo? Ah, claro, no tengo una razón para hacerlo y cuando pensé haber encontrado una se fue por el caño. Tal vez podría intentar dibujar una flor marchita, como ella. O tal vez un jarrón roto como su alma. O tal vez una ave cayendo del cielo igual que yo, el fracasado.
-Tengo que irme
-Yo igual.
Y siguió acosándome con sus ojos rojos, aplastando mi orgullo y recordándome mi culpabilidad.
-Trae tus fotos la próxima vez
-Lo haré
-Supongo que igual traeré algunas.
-No es necesario
-No lo hago por ti. Pórtate bien. No des corajes a tu tío-. Dijo, con sarcasmo en su voz, alejándose de mí.
-No prometo nada.
La puesta de Sol caminaba con ella, amenazándola con la llegada de la noche. Con el retorno a sus pesadillas y el abandono de su cordura.
Y yo, caminando al lado opuesto, con el acompañamiento de la luna tratando de escapar del chico fracasado e imaginando de nuevo aquella horrible historia de Navidad.