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Jane se dirigió a la ducha de su habitación. Necesitaba tiempo para pensar y convencerse a sí misma de que Diane había sido una pesadilla, o si no iba a empezar a perder la cabeza. Había dejado la puerta del baño abierta, y cuando termino se puso algo de la ropa que Connor le había traído.

Eran unos jeans ajustados y oscuros, con una blusa azul rey de manga larga también justa, era obvio que Connor había elegido por ella. Y unas botas con algo de tacón de color negro. Con una toalla empezó a secar su cabello mientras que salía del baño en dirección a su cuarto, pero se topó a Connor recostado en la cama.

-Es de mala educación dejar la puerta del tocador abierta, ¿sabías? –pregunto al verla de reojo. Jane suspiró levemente.

-Estuviste aquí... ¿todo el tiempo? –pregunto mirándolo incrédula, Connor sonrío al sentarse en la cama rápidamente.

-Sí, y mire todo. –tono pervertido. –Ya sabes... solo vigilando la zona. –dijo al guiñarle un ojo, refiriéndose a que la vio duchándose, y cambiarse.

Jane intento no sonreír, pero solo desvió la vista y vio unas maletas en medio del suelo. Frunció el ceño, al dejar de secar su cabello aún húmedo.

-¿Por qué nuestras maletas están aquí? –pregunto al verlo, Connor hizo una leve mueca, apretando los labios.

-Hmn... sobre eso... -se levantó de la cama y camino varios pasos por la habitación, dirigiéndose a ella. –No quiero dejar Mystic Falls.

Jane le alzo una ceja.

-Sé que tu instinto controlador y posesivo va a odiarme por eso... pero estoy dispuesto a negociar que accedas. –se acercó lo suficiente a ella y puso una mano en su cintura. -¿Qué dices?

-No quiero quedarme. –murmuro Jane al verlo, y Connor se acercó aún más y dirigió su boca al cuello de la chica, seductoramente. –Pero... podrías convencerme... -murmuró Jane tentada.

-Eso suena exquisito. –dijo Connor y con la otra mano tomo a Jane de la cadera apegándola más a él. Jane lo dejo un instante, pero lo empujo levemente. -¿Qué?

-Empiezo a sentir que me quieres solo por sexo. –dijo al verlo, bromeando. Connor se encogió de hombros.

-Bueno...

-¡Connor! –le dio un golpe en el hombro.

-Estoy jugando. –se excusó al instante, mirándola a los ojos, Jane le sonrío levemente, y Connor la abrazo de repente. –Feliz cumpleaños.

Jane rodó los ojos, odiaba tanto ese día.

*

-¿Qué tal una fiesta? –pregunto Connor siguiendo a Jane, mientras bajaban las escaleras, Jane negó con la cabeza. -¿Una cena? –volvió a negar Jane. -¿Un viaje a DisneyLand? Amas ir allí. –volvió a negar. -¿Intercambio de regalos? ¿Ir a bailar? ¿Ir a cenar? ¿Comida? ¿Desayuno?

-No, Connor. –dijo Jane a todas sus opciones, una vez que acabo de bajar las escaleras y se giró a verlo.

-¿Ni siquiera un mini pastel? –pregunto indignado.

-No, ni siquiera un mini pastel.

-Oh vamos Jane... no todos los días cumples 144 años. –dijo Connor y Jane le dio un golpe. -¡Auch! ¿Y eso por qué?

-Caroline esta en casa... -susurró Jane. –No quiero nada de fiestas sorpresas organizadas por esa chica... está loca. –afirmo al encaminarse a la puerta de la casa, pero una rubia apareció frente a ella. -¡Caroline! –fingió una sonrisa. –Qué bueno verte.

Jane SalvatoreWhere stories live. Discover now