En su mundo; t ©

Mini especial de Navidad: Familia

El ambiente cálido de aquella casa daba tranquilidad a la familia. Todos estaban en el salón más grande de aquella estructura. La fría nieve caía lentamente afuera y se acumulaba en el patio, y dentro de la casa la única iluminación eran las luces que colgaban del árbol. La mesa estaba repleta de deliciosa comida, y los integrantes de aquella familia estaban listos para comerla. Había una duda que carcomía desde hace mucho tiempo al hijo masculino de la familia, así que justamente esa noche, se dignó a preguntar.

—Mami...— llamó aquel ojiazul, un poco sonrojado y mirando hacia un punto fijo en la mesa.

—¿Qué sucede, cariño?— preguntó dulcemente Touya, llamando la atención de las otras dos personas presentes allí.

—¿Por qué...? ¿Por qué siempre quieres que comamos todos juntos?— La ojiazul amplió un poco más los ojos, sorprendiéndose por la pregunta. El menor se exaltó levemente, tenía miedo de que esa duda molestara a su madre —Nonononono, sólo me da curiosidad... No es por algo malo— explicó inocentemente.

Touya rió levemente —Bueno, eso tiene una razón obviamente'ttebane...

—¡Dijiste "dattebane"! ¡Estás emocionada!— el hombre en la mesa la apuntó gracioso.

—¡No es eso, es más como estar conmocionada'ttebane!— se defendió con un pequeño rubor en sus mejillas.

–Pero entonces...— inquirió desde otra silla una pequeña niña —¿Es una historia? ¿Podrías contarla? ¿Si, si?— suplico sonriente. El niño asintió de la misma manera, observando a su madre expectante.

Touya miró a su esposo, quién solamente asintió con una pequeña sonrisa de lado, ocultando en su rostro la curiosidad que le carcomía. Soltó una pequeña risa y miró con cariño a sus dos hijos —Está bien, les contaré...

—¡Feliz Navidad!

Todos gritaron y algunos otros saltaron. Cohetes de colores adornaron el cielo formando diferentes figuras. Aquella peliblanca sonrió dulcemente, siendo rodeada por los abrazos de sus compañeros de equipo —¡Feliz Navidad!— escuchó la voz aguda de su amiga.

—¡Feliz Navidad'ttebayo!

Las mejillas de Touya tomaron un color carmesí fuerte, que gracias a su pálida piel y su cabello nieve, era más notorio —Pareces un tomate— comentó divertido su compañero azabache.

—¡No es cierto'ttebane!— negó rápidamente, haciendo un pequeño puchero.

—¡Ja! Dijiste "dattebane", estás nerviosa— bromeó Sakura.

—¡No, no lo estoy'ttebane!

—Chicos— su mini pelea fue interrumpida por un adulto de cabello grisáceo —¿Qué tal la pasan? ¿Están listos para la cena?

—Kakashi-sensei...

—¡Sí!— respondió alegre Naruto.

—Bien— asintió con una sonrisa Kakashi —Vamos— comenzó a caminar y los menores lo siguieron. Touya en ese momento sentía un raro estado de calidez y cariño. Cuando estaba en su anterior mundo y era Navidad, en verdad no le agradaba mucho estar sentada y rodeada de señores y señoras parlanchines. Pero ahora era diferente, estaba en un lugar que quería y con gente que amaba.

Se sentó junto a su equipo en una de las mesas del lugar y observó como un pequeño espectáculo, organizado por los niños de la academia, comenzaba. Seguido, varios camareros llegaban a entregar la comida. La noche en sí fue bien, todos en familia, platicando y comiendo. Al final de todo, salieron a colocar un regalo debajo del árbol gigante que se había puesto allí. Una especie de tradición que Touya no conocía de Konoha.