Capítulo 5 Suceso Inesperado (Tsol Ytic Parte 2)

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                                                                            * * * * * * * * * *    

   En un cuarto casi completamente oscuro resonaban golpes de puños contra madera, cadenas agitándose y metal resistiendo.

   —¡Soul! —gritó una chica desconocida.

   —¡Maka! ¡No la lastimes, Maka! —esa voz. Esa sí la reconocía.

   De la caja ahora emanaba un aura lleno de rabia, desesperación, frustración, determinación...al igual que tristeza e impotencia.

   Una mujer que parecía tener entre 25 y 30 años, de largo cabello negro y rizado a más no poder volteó hacia la caja. Su cara era ovalada y sus facciones muy suaves, sus delicados y delgados labios color rojo carmesí se expandieron formando una sonrisa que mostraba blancos dientes y afilados colmillos.

   —¡Déjalos! —exclamaba incesantemente otra chica, la cual estaba dentro de la caja con voz que delataba que estaba al borde de las lágrimas— ¡Para! ¡Detente!

   La mujer se rió.

   —¿Por qué habría de hacerlo?

   —Porque si no, hallaré la forma de hacerte pagar.

   —Tranquila, amor —sonrió la mujer mientras cerraba los ojos por unos momentos, disfrutando el aura de desesperación de la chica—. Cuando estén muertos ya no tendrás que sufrir para protegerlos.

   La respiración de la chica que estaba encarcelada empezó a agitarse, su mente se estaba acelerando con los posibles escenarios de las muertes de las personas que debería estar protegiendo. La poca tristeza que quedaba en su cabeza se estaba transformando en ira, en rabia. La desesperación y frustración pasaron a ser determinación. Los trenes de pensamientos ahora estaban borrosos, se amontonaron, formando un negro y desorganizado enjambre de vibrante exasperación, y se fueron expandiendo, llenándose de vacío, que ahora era lo que tenía dentro de la cabeza: nada más que sentimientos que urgían por venganza y libertad. De su boca entreabierta salieron amenazadores gruñidos, sonidos que se complementaron con el del metal crujiendo y madera rompiéndose.

   Sorprendida, la mujer volteó rápidamente, abriendo los ojos y dejando ver sus orbes rojos carmesí que enseñaban una enorme preocupación. Sólo alcanzó a ver una sonrisa maniática que por medio segundo se mantuvo a la vista dentro del agujero forzado al lado de la cerradura de metal que después le dio espacio a una delicada y pálida mano que salió y lentamente le indicó que se acercara. Sin embargo y por razones obvias, ella no se acercó.

   —¡Alto! —gritó la voz que más le importaba a la chica que se estaba liberando lentamente.

   Al ver que la mujer de rizos no cooperaba, se oyeron cadenas reventándose, metal cediendo y una voz dulce pero con una finta de demencia:

   —Dijo alto~.

   Temblando, la mujer admiró cómo la chica contorsionaba su cuerpo para salir sin tener que quitarle la vista de encima.

   —Dijo. Que. ¡Alto! —declaró, golpeando una pared y sintiendo cómo todo se detenía al reconocer a su legítima dueña. —Gracias. Ahora, retírate...

   El cuerpo obedeció.

   —Pero... —murmuró la otra fémina, atónita.

   —Sal.

   —No. Ni lo sueñes —frunció el ceño, determinada.

   —Sal.

   —No.

Soul Eater: Eclipse entre AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora