Ángel Negro

Eres un ángel [3]

Lo miré desconcertada.

- Luna - Repitió él sin mover su mano

- Damon es malo Luna, no te vayas con él, puede dañarte mucho - Dijo Ángel 

- ¡Oh Dios! - Escuché decir a mi amiga que finalmente lloraba y se veía bastante asustada

- Yo jamás la dañaría - Dijo Damon mirando a su hermano con dolor y reproche en la mirada

- Damon... sabes que está mal, solo vete y déjala en paz

- Luna - repitió una tercera vez sin mover su mano, aun esperando que yo la tomara y me fuera con él

- ¡Por favor! Deja de ser caprichoso, no es un juego y lo sabes - Decía Ángel sin quitar los ojos de Damon

- ¡Déjala tu! A tu princesa de porcelana - Dijo Damon haciendo un gesto algo despectivo hacia Sol - ¿Por qué tendría que ser yo el que renuncie?

- Porque yo la amo... a Sol yo la amo... ¡daría mis alas por ella! ¿Qué harías tú por Luna?

- Tú sabes perfectamente lo que haría....

- Luna quédate con nosotros por favor - Me pidió Sol como una suplica

Damon me miraba, su rostro se veía tan tenso, no había dejado de ofrecerme su mano.

- Lo siento - Dije finalmente tomando la mano de Damon - me levanté para salir con él

- ¡No lo hagas Damon! ¡Así empieza, con ellas separándose!

- Recuerda una cosa Ángel, tú lo causaste no yo...

Salí del café de la mano de Damon, no me soltaba y me apretaba muy fuerte, lo miré y se veía consternado como si algo estuviera molestándolo mucho, no me atrevía a decirle nada, me miraba con el rabillo del ojo.

- ¿Por qué tardaste tanto? - Me preguntó finalmente

- ¿Ah? - No entendía que quería decir con eso

- En tomar mi mano... ¿Por qué lo dudaste tanto?

- ¿Es lo que crees que paso? No lo dude nunca... solo... quería saber lo que Ángel tenia para decir

- ¿Eso cambiaría lo que sientes por mi? - Me dijo mirándome angustiado

- No

Se detuvo en seco, me agarró de la cintura y me empujoó contra la pared más cercana para besarme, me levantó un poco del suelo para quedar a su altura, besaba mi cuello y yo mordía mis labios... 

- Eres mía Luna - Dijo volviendo a besarme

Yo no sabía cómo enamorarme, no sabía si era posible, nunca había querido un novio, lo que si sabía es que no quería estar sin él, lo necesitaba, enloquecería si tenía que perderlo de nuevo.

- No vuelvas a dejarme - le dije de repente abrazándolo muy fuerte en medio de un ataque de desesperación que era lo que sentía cuando recordaba que ya me había dejado una vez, cuando ni siquiera sabía cómo se veía o como se llamaba, si me dejaba ahora no lo soportaría...

- No voy a dejarte nunca... lo prometo

Volví a abrazarlo fuerte, quise llorar pero me contuve... yo no lloraba.... Sacudí la cabeza y seguí caminando con él.

Una vez que subimos al subterráneo para ir casa, nos sentamos en un lugar apartado donde volvía a besarme.

- Creo que esto es más honesto que lo que tienes Ángel y Sol - le dije

- ¿Esto?

- Si lo que sea que tengamos... es más honesto...

- ¿Por el sexo?