30. Felicidad espontánea.

126 14 0
                                    

Pasan los días. Llega diciembre.
Me siento... bien. Me siento viva. Me siento feliz.
Estoy feliz.
Por alguna razón que desconozco estoy genial.

El chico de ojos oscuros no me desprecia por lo sucedido.
Supongo que esto afecta mucho al estado de ánimo en el que me encuentro.
Él es... oscuridad, pasión. Él es pura locura.

Él chico de ojos cafés se esfuerza todo el tiempo.
Desea volver a verme, desea volver a contemplar mi desnudez, volver a colocar sus labios sobre los míos, explorar cada rincón de mi cuerpo.
Desea hacerme recordar.
Pero yo no quiero recordar.

Otra novedad es el regreso a mi vida del chico de ojos claros.
Sí. Su mirada vuelve a ser algo cálido y natural.
No hablamos tanto como solíamos hablar, es totalmente comprensible.

Aun así, me alegra volver a tenerlo en mi vida.
Sentir que cruzarme con él ya no me incomoda ni me entristece.
Todo es... maravilloso.

Los viernes son sensacionales, esa es la palabra adecuada para definirlos.
Es un día tranquilo. Muy tranquilo. Casi demasiado.
Me coloco el pijama temprano. De repente, mi móvil vibra.

Es él.
Muerdo mi labio inferior mientras el chico de ojos oscuros intenta seducirme e incitarme.
Definitivamente me enloquece.
Hace que abandone la idea de quedarme en la cama.

Me cambio rápidamente y me coloco cualquier cosa. A él no le importa si voy peinada o no. A él no le importa si voy maquillada o no. A él no le importa si voy arreglada o no.
A él sólo le importa mi presencia. El tacto de mi piel desnuda.

Salgo de casa a sabiendas de lo que supone.
Supone sucumbir a la oscuridad de la forma más brusca posible. Supone sentir su perfume y sus manos sobre mi cintura.
Supone sentirme deseada.

Deseo la oscuridad. La necesito.
Forma parte de mí, de mi naturaleza.
Quiero ser suya durante un par de horas.
Quiero ser feliz, más feliz. Si es que eso es posible.

Eyes.Where stories live. Discover now