35. Idealizado.

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-Eras... lo que llevaba años buscando. Una apariencia dulce que escondiera mucho más que dulzura.. es difícil, ya estaríamos hablando de mí, y de lo que yo considero perfección. Simplemente me convencí a mi misma de que no eras lo que necesitaba, porque definitivamente eras lo que buscaba.

Respondo como siempre, directa y sincera.

-Pero yo no te enseñe todo... ni lo voy a hacer, porque eso ya es un muro. No soy capaz.
Pero... conociste gran parte.

Dice.
Ahí está. El misterio. Sus secretos. Sus muros.
Su mente laberíntica y caótica.

-Eso era lo que más me gustaba, tus muros.

Me gusta lo difícil.

-¿Por qué?

Pregunta sorprendido.

-Mis análisis. Siempre lo sé todo sobre todo el mundo. Todo el mundo es casi idéntico.
Tú mente era distinta, y tú no querías dejarme entrar. Por dios, es normal que eso me atrajera más.
Aún así nunca intenté entrar. Porque sé que tu no querías que lo hiciera.

- Los muros existen por alguna razón. No me gusta que intenten conocerme, a mi se me conoce de otra manera.
Pero igualmente nadie se ha quedado a mi lado lo suficiente como para conocerme un poco más de lo que siempre he permitido.

Lo sabía. Sabía que aún podía mostrarme más.
Quiero que me deje entrar. Quiero conocer más.

-Algunos nos vamos por nuestro bien y volvemos cuando nos recuperamos. Me gustaba pasar los días hablando contigo, tanto de cosas absurdas como de cosas más personales... me fue difícil irme, pero sabía que iba a volver. Y es la primera vez que vuelvo. Cuando me voy siempre es para siempre...

He vuelto. He vuelto porque estoy preparada.
He vuelto porque extraño esa mente brillante y diferente. Extraño sus diferencias.
Echo de menos sus muros y su infinidad de misterios.

Echo de menos sus ojos claros. Esos ojos con un destello único. Esos ojos especiales.
Esos ojos cambiantes, capaces de pasar de un tono cristalino a uno oscuro.
Lo echo de menos a él.

Eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora