Capítulo 32

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El sábado amaneció nublado, contrastando el estado de ánimo de la ojiazul. Se despertó tarde y tomó de almuerzo el desayuno, encontró platos en el fregadero sin lavar pero lo que realmente la sorprendió fue ver las llaves de su madre en la mesita de la entrada de la casa.

Se apresuró al cuarto de su madre donde la encontró durmiendo en su cama. Algo no estaba bien. Erika se acercó con sigilo a su madre y se sentó junto a ella en la cama.

-¿Mamá? -susurró.

Su madre abrió los ojos un tanto atontada, se giró un poco y le sonrió débilmente a la chica mientras tomaba su mano.

-¿Qué haces aquí? -preguntó preocupada-. ¿No deberías estar en el trabajo?

Su madre suspiró.

-Me despidieron -a ella se le paró el corazón por un momento-. Tuve que vender el carro ayer y unas cosas de la casa porque los doctores llamaron diciendo que tenían que hacerle unos exámenes más a tu padre y hoy tengo que pagarlos...

A Erika se le puso el corazón chiquitito. ¿Qué harían ahora? ¿Qué sería de ellos ahora?

-No te preocupes -comenzó su madre adivinando los pensamientos-, encontré otro empleo justo a tiempo y pagan un poco más, solo que los exámenes y los medicamentos de Arnold son caros -su madre sonaba agotada y luego pareció recordar algo-. ¿Cómo te fue ayer?

Erika sonrió.

-Pasé a la siguiente ronda, ahora solo somos 50 concursantes y en la próxima se escogerán a los mejores 10 quienes participarán para que se escojan dos e ir a las nacionales - contó emocionada.

Su madre se alegró y la abrazó fuertemente.

-Felicidades, pequeña -le deposito un beso en la cabeza-. ¿Cómo vas a celebrar? -Erika la observó alzando una ceja-. Alana me llamó y lamentablemente hoy no podrás escaparte de ella. ¿Te doy un consejo? -ella asintió-. Sí dentro de las cosas malas logras hacer algo bueno entonces celébralo, no lo alardees pero si agradécelo -le guiñó un ojo para dirigirse al baño.

-Mamá -la llamó antes de que ella entrara, Sally se volteó a verla-, gracias.


Erika estaba en su cama escuchando canciones, buscaba cuál sería la siguiente que utilizaría en la competencia. No se decidía por ninguna, ninguna le parecía adecuada. Suspirando dejó la música en pausa y decidió dormir un rato más. No sabía que sería de aquella noche pero no tenía ganas de salir, no después de lo que su madre le había contado. No se sentía correcto, dejó que sus pensamientos se disiparán y se dejó caer en los brazos de Morfeo.

Erika soñaba que estaba bailando, eran las finales... ¡Había logrado llegar a las finales estatales! Estaba haciendo su rutina a la perfección aunque no podía escuchar la música, de pronto el reflector que la iluminaba era lo único real porque todo lo demás comenzó a cambiar mientras escuchaba a alguien decir su nombre. Vio a su padre dormido en una camilla y se lanzó hacia él pero en el momento en que le tomó la mano su madre se materializó frente a ella, tenía la cara demacrada y no había ni una sombra de felicidad en ella, dijo su nombre pero la voz de su madre no era la misma, parecía haber sido alterada y sonaba robótica. Asustada, Erika soltó su mano y se dispuso a correr lejos de ella pero al girarse se topó con Jason, quien dijo su nombre con la voz robótica. Erika se volvió a girar y se encontró a Alana diciendo su nombre de igual manera, y a Blake, y a Steven, y a Ricky...

-¡ERIKA!

La ojiazul abrió los ojos y se sobresaltó sentándose en la cama, Alana estaba junto a ella y parecía preocupada. La respiración de Erika era irregular y tardó unos segundos en calmarse y poder ubicarse en el espacio-tiempo donde estaban. ¿Había sido un sueño? Más bien una pesadilla, pensó.

Baila, Mariposa - ESP (Version 2016)Where stories live. Discover now