Capítulo 40

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Estaba enojada, furiosa, mejor dicho.

¿Cómo es posible que aquello estuviera pasando? ¿Cuáles eran las probabilidades...? Una en un millón... Estaba harta de que todas las posibilidades fueran una en un millón en su familia.

-Eri... -la llamó Jason de nuevo.

Estaban en su departamento, Ashton trabajaba. Erika había estado mirando por la ventana todo el tiempo desde que llegaron hace unas dos o tres horas, sumida en sus pensamientos. El moreno no lo soportó más y se colocó frente a ella y la tomó por los hombros.

-Basta, necesito que hables -le dijo mirándola fijamente.

-Es que...- suspiró y lo abrazó- no tengo nada que decir.

Él le devolvió el abrazo.



Al día siguiente decidió no ir a la escuela. Estaba segura de que aunque fuera no se concentraría en ninguna clase y sería igual a un zombie caminando por los pasillos. Jason la dejo en su casa y pasó toda la mañana dormida. Al mediodía decidió que ya era suficiente y se encaminó al instituto para comenzar a practicar, mañana sería la segunda ronda y había estado mucho tiempo sin practicar convencida de que no había esperanza. Ah, las vueltas que da la vida.

Tocó a la puerta de la oficina hasta que su maestra le indicó que pasara.

-Erika -dijo sorprendida de verla pues no la estaba esperando-. ¿Qué haces aquí?

Erika simplemente le tendió la carta y ella la leyó, la pelinegra observó cómo se le formaba una sonrisa del tamaño de Rusia en el rostro y no pudo evitar sonreír.

-¡Cariño! ¡Maravillosas noticias! -la abrazo con fuerza-. Pero ¿de dónde sacaste el dinero? -preguntó confundida.

Claro, ella estaba al tanto de la situación financiera de su familia después de todo.

-Mi novio me ayudó -dijo sonrojándose.

Mittermaier le dio una mirada cómica y Erika carcajeó.

-Bueno, esto solo significa una cosa- Erika esperó a que hablara y ella marcó un número en el teléfono-. Cancela todas mis citas hasta mañana en la noche, estaré muy ocupada-Le dedicó una sonrisa a Erika pero se le borró instantáneamente-. ¿Qué haces ahí parada? ¡Vamos! ¡A cambiarse que hay que practicar!




Pasaron las horas y Erika sentía que le dolía hasta el alma. Jason la pasó buscando y fueron a casa de la pelinegra. Erika se duchó y salió a la habitación para encontrarla vacía. Suspiró y se tiro en la cama. Al poco tiempo la puerta de su habitación se abrió de golpe causando que gritara.

-¡¿Qué diablos te pasa?! - chilló Erika asustada.

-¡La cena está lista, preciosa! -le guiñó un ojo el moreno.

Erika se pasó las manos por el cabello mirándolo con incredulidad. Este moreno, pensó. Sonrió para sus adentros, como lo quería.

-¿Ya sabes qué canción usaras? - preguntó el moreno al terminar de comer.

-La competencia es mañana...

Jason le quitó el plato de la mesa y comenzó a limpiar todo. Erika suspiró.

-Entonces ¿qué canción usaras? -insistió el chico.

Erika lo miro, sus hombros anchos, su espalda trabajada bajo la tela de la camisa, su cabello negro desordenado y sus malos modales controlados ahora. Era una persona completamente diferente a la que había conocido hace unos meses.

-Titanium -murmuró levantándose y dirigiéndose a la cama.

Jason entró al poco tiempo y se tumbó junto a ella, la abrazo por la cintura y no fue necesario que dijera nada, aquel abrazo era más que suficiente.



-¿Estás nerviosa? -preguntaba su amiga mientras la arreglaba de nuevo.

Su madre no había aparecido aún y eso la molestaba de una manera sobrenatural. Es gracioso como una familia puede irse al trasto en tan poco tiempo, y que tanto tardan en construirla. Más aún las personas que tienen que adoptar porque no pueden tener hijos. Y aún así, después de eso, ¿de qué servía? ¿Cuál es el propósito de una familia si es como la de ella? Chiquita y rota. Demasiado como para reconstruirse de nuevo.

-Normal -respondió aún en su estado zombie.

-Si no empiezas a mostrar si quiera un poco de emoción te juro que te rompo un ladrillo en la cabeza ¿Okey? -le dijo Alana enojada realmente.

Erika comenzó a pensar en eso. Había estado dos días sin mostrar emoción alguna. Ella, de todas las personas, había dejado de sentir por un instante. No le gustaba y le gustaba al mismo tiempo. Era una extraña sensación, como si algo faltara dentro de ti o el cosmos estuviera maquinando una deducción aún más complicada que eso.

-Lo siento -le dijo con sinceridad-. Es que ha sido mucho...

-Yo sé, lo sé -le dijo la pelirroja-. Por eso mismo quiero que muestres emociones, no quiero que caigas en algo malo.

Erika sonrió.

-No pasará -le aseguró ella y la abrazó.

El timbre de su casa sonó llamando su atención y ambas se dirigieron a la entrada para encontrarse con Jason, Erika le dio un beso rápido y se dirigieron al teatro donde se realizaría la segunda ronda.

Mittermaier se encontró con ellos como la última vez y esperaron detrás de las cortinas a que volvieran a llamar a cada concursante.

-¡Erika Phillips! - sus amigos se levantaron de sus asientos y comenzaron a aplaudir.

Erika se colocó en el centro del escenario y escuchó como la música comenzaba, lenta y luego se unía la voz, y luego era la canción con sus movimientos y las letras con su energía y la música con su baile, todo intercalado, todo creando algo nuevo, algo mágico. Al menos para ella.

Al terminar volvió a reunirse con sus amigos hasta que el presentador salió a decir los nombres de los participantes que habían logrado pasar a la siguiente ronda que sería dentro de una semana. Erika tomó la mano de Jason y la otra la escondió en su espalda y cruzó los dedos, estaba nerviosa.

-¡Erika Phillips! - sintió la felicidad invadirla.

Abrazó a sus amigos y todos chillaron emocionados. Mittermaier la felicigo y le dijo que la esperaba dentro de dos días para comenzar la última coreografía, Erika sonrió y se despidió de ella. Sus amigos decidieron ir de fiesta pero ella se quedó con Jason en su departamento. No tenía ganas de salir.

Alana y Blake aún no hablaban.

Steven no sabía si Ricky era gay o no.

Los doctores aún no sabían si su padre iba a despertar pronto del coma.

Ella no sabía de su madre.

No sabía que sería de Jason y se ella.

No sabía que sería de ella en general.

Se quedó dormida pensando en que podría hacer para cambiar todo en su vida. ¿Lo haría enserio? ¿Si tuviese la opción de cambiarlo todo lo haría? Esa es la pregunta que nunca se pudo responder. Nunca supo si hubiera cambiado algo. Pero si de algo estaba segura es que nunca se arrepintió de sentir lo que sentía.

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Baila, Mariposa - ESP (Version 2016)Where stories live. Discover now