Capitulo 28: "Torturas en el Capitolio"

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Los gritos de Johanna se escuchaban por todos lados, yo seguía temblando en una esquina de mi celda, tenía miedo de morir ahí adentro, pero tenía que ser fuerte y si iba a morir para que no llegarán a saber algo de los rebeldes lo haría.

Pasaron los segundos y escuche como la celda de al lado se abría, un golpe seco lleno el lugar, las cadenas se escucharon y luego cerraron la puerta de la celda, los pasos se alejaron hasta que la otra puerta se cerró, esperé un momento y luego me arrastre hasta llegar lo más que pude a los lados.

-¿Hola? -Pregunté en un susurro-

-___...-una voz somnolienta respondió.-

-Peeta -estire la mano lo más que pude hasta tocar un barrote de metal.- Peeta soy yo

-Vamos.. vamos.. a..a.. morir

-No -dije firme - toma mi mano

-No la alcanzó. -dijo sollozando- no veo nada.

-Si que alcanzas.-anime al chico.- sólo intenta seguir mi voz

-Seguir tu voz.-repitió.-

Escuche como el cuerpo de Peeta se arrastraba por el asfalto hasta que sentí como tocaba mi mano, la palpo por unos segundos y luego la tomo, él se fue tranquilizando poco a poco  hasta que su respiración se calmo.

-Tranquilo, yo estoy aquí.

Annie gritaba desde algún lugar,  sus gritos cada vez eran más desgarradores, no tenía idea que estaban haciendo con ella pero en algún momento me tocaría a mi. Cerré los ojos y comencé a contar en mi mente, pero fui interrumpida, ya que los gritos pararon.

-Están muertas -dijo Peeta-

-No lo creo -temble.- no es lo que quieren

-Tal vez ya se aburrieron de ellas

-Lo más probable.-confesé.-

Luego de un rato la puerta principal se volvió a abrir, los gemidos de dolor de Annie inundaban la sala, uno que otro insulto de Johanna y las risas de los Agentes De La Paz, dos golpes secos llenaron la sala, suplicaba mentalmente que de olvidaran de mi existencia , pero la puerta de mi celda fue abierta, me iluminaron con una linterna y se encontraron con la escena de nuestras manos, ellos se comenzaron a carcajear como si se tratará del mejor chiste que habían escuchado en sus vidas, un Agente camino hasta mi y comenzo a jalarme, yo solte la mano de Peeta pero él no.

-¡No! ¡ ___!  -Peeta comenzó a forcejear.-
-¡Ya sueltala! -grito enojado el Agente de la Paz-

- ¡Dejenla en paz!

-¡Te dije que la sueltes! -dijo el Agente de la Paz tomando un bate que tenia en su cinturon y luego comenzo a golpear a Peeta-

-¡No! ¡No le hagan daño! -comencé a lanzar golpes al aire.-

-¡Quieta! -recibi un golpe en el rostro, Peeta soltó mi mano- ¡Basta de tanto escándalo! ¡Llevensela!- la voz se dirigio a sus dos compañeros.-

-¡Por favor, sueltenla! -comenzó a suplicar el muchacho.- ¡Llevenme a mi, pero dejenla a ella!

Los gritos de Peeta seguían inundando la habitación, hasta que cerraron la puerta, me llevaron por un gran pasillo hasta llegar frente a una puerta blanca, uno de los agentes acercó una tarjeta de identificación a un escáner y la puerta sedio.

La sala era blanca y sólo había una camilla con correas en medio, intente soltarme pero volvi a recibir un golpe en el rostro, dejandome aturdida, me llevaron hasta la camilla y me acostaron, pusieron las correas en mis muñecas y mis tobillos y luego se fueron, mi respiración era entrecortada, mire lentamente hacia los lados, buscando algo o alguien, pero no había nadie.

Espere poco hasta que entro una mujer de una puerta con una jeringa, contenía una especie de líquido amarillento.

-¿Que es eso? -Pregunté desesperada, no recibí una respuesta.- ¡¿Que es eso?!

Ella se acercó hasta la camilla, un par de ayudantes ingresaron  la sala para sostenerme.

-¡Sueltenme! ¡No se nada! ¡Déjenme! - comencé a forcejear.-

Me lograron sostener el brazo y la mujer inyecto el líquido en mis venas, me soltaron mientras ellos se alejaban lentamente, mis venas ardían y sentía como mi corazon se aceleraba, comence a retorcer mi cuerpo lanzando gritos, poco después el dolor no fui sintiendo nada, una sensación extraña recorría mi espina, la droga comenzó a hacer efecto, mi vista de nublo un poco, mis movimientos se hacían lentos.

Mire el techo, extrañada, varios colores comenzaron a surgir de el, no lograba captar nada pero la camilla comenzó a ser llevada por alguien, cerre los ojos por un momento.

Intentaba aclarar un poco mis ideas o siquiera mi vista, abri los ojos un poco y una enorme piscina se encontraba frente a mi,  arriba de ella colgaba una enorme garra metalica controlada manualmente por alguien. La garra metalica se dirigió hasta posicionarse encima de mi, la mire fijamente y de ella se deslizaron varias arañas cayendo en mi cuerpo, moví mi cabeza intentando apartarlas pero al abrir nuevamente los ojos y ver a los lados no había ninguna araña, maldita sea, comenzaba a tener alucinaciones.

Quitaron el seguro de mis muñecas y me sentaron en la camilla, intenté moverme para golpear a la persona frente a mi pero por alguna a razón mis brazos no respondian, las personas a mi alrededor  pusieron una especie de chaleco en mi torso, se aseguraron que estaba bien posicionada para que la  garra me elevará por los aires, llevandome lentamente al centro de la piscina, me sentía como una maldita muñeca de trapo, un par de segundos pasaron hasta que dejaron caer mi cuerpo al agua, me sumergi hasta llegar al fondo de la piscina, no sabia que hacer más que aguantar la respiración, sin que yo lo viera venir comenzaron a enviar descargas electricas, no aguantaba más, queria respirar así que comenze a agitarme, "No ___, no te muevas, intebta nadar afuera" pensé, iba a comenzar a nadar pero otra descarga electrica fue mandada dentro del agua, me dolía todo y antes de pensar en volver a hacer algo, la garra me elevó nuevamente llevandome a la superficie, comencé a toser descontroladamente mientras alguien soltó una risita.

-Ay, mi querida señorita Blackwood -Snow habla con pena.- ¿Ya hablará? Usted y yo sabe que esto No es necesario.

-No se de que me habla, ya le dije.- respondí, buscando el rostro de él.-

-Claro que lo sabe.-responde.- tantas reuniones con Odair no eran por gusto

-¡Ya dejeme en paz! -grite desesperada.-

-¡Entonces dime! ¡¿Donde están?! -grito.-

-¡Ya le dije que no se!

-Veo que no a aprendido aún -dijo riendo- la pantalla.- ordenó.- usted lo pidió.

Enfrente de mi una pantalla enorme se encendió, comenzó a proyectar fotografías personales con mi familia, mamá, papá, la abuela, Roxx y Peeta. No comprendía porque me mostraban eso, hasta que se fueron distorsionando lentamente, luego la imagen cambio y un vídeo comenzó a reproducirse, Hido se encontraba herido en la arena de los juegos, en el lugar justo dónde lo había dejado para ir en busca de Katniss,  los segundos pasaron y luego ella apareció en la escena, Hido le hizo señas a lo lejos a lo que ella se acercó, sin vacilar, la chica tomó una flecha y la clavo en el pecho de Hido.

-¡No! ¡NO MALDICIÓN NO! -comencé a gritar al ver el cuerpo sin vida del chico.-

Seguí gritando al ver la escena, nuevamente la garra sedio y caí al agua, las descargas comenzaron otra vez

Blood Of Innocents (Peeta Y Tu) TERMINADAWhere stories live. Discover now